Dos meses y medio después de alzarse con su primer Goya, por Vivir es fácil con los ojos cerrados, Javier Cámara regresa a la gran pantalla con la comedia dramática La vida inesperada, el último trabajo del realizador Jorge Torregrossa. La cinta, rodada en Nueva York, narra la historia de Juanito, quien dejó su vida en España para viajar a la Gran Manzana a intentar cumplir su sueño de ser actor. Sin embargo, después de diez años allí sigue sin hacerse un hueco en la industria de la interpretación, y tiene que trabajar en de camarero y profesor de cocina, para poder vivir. Con la llegada de su primo (Raúl Arévalo), un exitoso hombre de negocios, a la gran ciudad, Juanito descubre que su vida no es tan patética como pensaba y que el futuro puede estar lleno de sorpresas.
Durante la presentación de la cinta, el actor, que recientemente ha terminado de rodar Perdiendo el norte, a las órdenes de Nacho G. Velilla, ha hablado con SensaCine y nos ha contado, entre otras cosas, dónde y cómo surgió la historia de la película; lo decepcionante que puede ser Manhattan, y lo púdicos que son los actores de Hollywood.
Elvira Lindo y tú os conocisteis en Nueva York, durante la presentación de Hable con ella...
Es muy bonito conocer a un amigo en Nueva York, ¿no? Este círculo se abrió en 2003, estreno de Hable con ella en el Lincoln Center, un estreno que fue apoteósico, y que luego dio pie a que Pedro fuera nominado a varias candidaturas en los Oscar, y ganó el de Mejor Guión -la primera vez que un guión en español ha ganado en los Oscar. Nos conocimos porque yo vi sus ojos, me miró como diciendo "estás más perdido que yo". Estaba Catherine Turner, Lou Reed... y de repente descubrí unos ojillos que no conocía. Entonces nos pusimos a hablar, me dio un teléfono, y me dijo: "Nueva York es una ciudad preciosa, pero tarde o temprano te va a morder. Así que, si quieres una tirita y un poquito de betadine, esta es mi casa". A las dos o tres semanas la llamé, y le dije "¿podemos quedar a comer, por favor? Y, empezó a surgir una amistada, una amistad pateando la ciudad, intentado comernos y morder un poco la Gran Manzana. Fuimos sentándonos en todos los bancos, conociendo a todos los personajes, mirando Nueva York, el contraste que es esa ciudad...y yo creo que todo eso está en esa película.
Son dos mundos muy paralelos, los dos primos. Es una película con adjetivos, no puedes huir, simplemente, de una película que sea simplemente una comedia en Nueva York. Es una comedia de amor, de amor a la pareja, a tu trabajo, al teatro, a lo que uno quiere, a los sueños, amor a Nueva York... Creo que hemos hecho una película que va a emocionar.
Creo que la idea de la película surge allí, en el propio Nueva York donde transcurre la historia.
De repente dices, ¿por qué no hacemos una película sobre alguien que viene...? Elvira tiene un espíritu muy adolescente, y dijo: "pues claro que sí, vamos a hacerla. Yo la escribo. Nos va a ir genial. Esto seguro que sale y la vendemos". Pero nos ha costado diez años, en los que cada día hemos peleado por ella, intentando hablar con televisiones, con productores, con distribuidores... Al principio fue un poco desesperanzador, tenemos un buen guión... ¿qué hace falta? Entonces te das cuenta que hace falta mucho trabajo, que el cine español está en un momento muy complicado, y que fenómenos como Ocho apellidos vascos, o premios que se ganan fuera, son como un pequeño oasis dentro del desierto.
Tu personaje, Juanito viaja hasta Nueva York para intentar conseguir el sueño de ser actor, pero al final se convierte en el rey de los "mini jobs". ¿Fueron así tus inicios en el mundo de la interpretación?
Yo creo que no hay ningún actor que no haya sido camarero antes. Tienes que ser camarero mínimo seis meses, o poner hamacas en las playas en verano, o repartir propaganda... Yo fui camarero durante varios años, luego fui acomodador, repartí propaganda... Lo que pasa es que a mí me tocó en una edad que eran los 18, y entonces la euforia y la inconsciencia te pueden frente a todo. Tu sueño es lo primero y da igual lo que tengas que hacer para ganarte las 30 mil pesetas que necesitabas para pagarte el piso y la comida, y lo demás no importa. El problema es que Juanito tiene ya 40 años y está intentando sobrevivir en una ciudad que se lo está comiendo poco a poco. Su sueño sigue siendo ese, y que renunciar a eso es muy complicado.
En tu cuenta de Twitter escribes la famosa frase de John Cheever, "Manhattan es la ciudad de los sueños rotos"...
Me parece una definición muy bella, porque es verdad que todo el que va allí va a cumplir sus sueños, pero es verdad que también ves a mucha gente que se le han roto esos sueños. Pero cuando llegas no lo ves, lo vas viendo poco a poco, porque Nueva York te eclipsa, te ilumina, todo es brillantina... Entonces, cuando realmente te paras y paras el ritmo turístico, descubres que Nueva York tiene una parte muy oscura, y que hay muchos cadáveres en las cunetas.
Compartes "escena de cama" con la norteamericana Tammy Blanchard (Blue Jasmine) y con Carmen Ruiz. ¿Con cuál de las dos fue más sencillo? ¿Impone meterse en la cama con una actriz de Hollywood?
¡No me hagas esto! Cómo se entere Tammy me mata. Con Carmen muy mu fácil desde el primer día de la escena. Fue muy fácil, ella estuvo fantástica en la primera prueba, y es que no hubo ni que ensayar. Después con Tammy fue más complicado, pero por mi parte. Estás hablando otro idioma, estás en otra ciudad, tienes sólo una semana para estar a tope con un inglés que no es santo de tu devoción, porque estás intentado mejorarlo. Tammy me lo hizo muy fácil, la verdad. Venía de rodar con Woody Allen, con George Clooney... Es una actriz muy solvente y que sabe hacer muy bien su trabajo. Allí hay muy buenos actores, aquí los hay también, pero allí hay muchísimos. Levantas una baldosa y hay gente que canta, que baila... A Tammy le encantó la calidez del rodaje español, que éramos unos kamikazes, muy divertidos y que hablábamos muy mal, pero ella estaba feliz con nosotros. Fue muy bonito rodar con ella.
Pero en el momento de la escena en cuestión, ¿cómo se desarrolla todo?
Dices, vale somos muy amigos pero ahora tenemos que acostarnos. Entonces le pregunté, ¿pero esto cómo se hace aquí, se hace como en España, es lo mismo, no? Yo me pongo, tú te pones, ya está. Y me dijo, no aquí todo está muy medido. En el contrato había varias cláusulas donde a ella no se la podía ver. No conocía a nadie, así que, la muchacha se cubría lo bastante para evitarlo. Estuvimos charlando y ella me contó que cuando rodó una escena de cama con Matt Damon, en El buen pastor, éste se puso una tabla para que no hubiera un contacto genital y que no nos pase nada. Me pareció muy educado por su parte, pero pensé ¡qué daño!
Entonces, ¿son más puritanos que en España?
Sí. Bueno, pero son un poco kamikazes. Ahora hay series como Masters of Sex, que se echan unos polvazos que dices "¡madre mía!". Eso aquí no se hace. Hay películas donde sí, pero en las series no. hay series de televisión en HBO, como Juego de tronos, en la que ves uno polvos que dices "¿perdona?" Es gente muy pudorosa, pero a la vez muy kamikaze. Me imagino que tomarán sus precauciones, sus calcetinitos, sus tablitas, sus botellas de agua, ¿yo que sé qué se ponen?
La vida inesperada