Shira es una joven de 18 años que está ansiosa por comprometerse con el chico que sus padres han concertado. Todo sufrirá un traspié cuando su hermana mayor fallezca dado a luz a su hijo. La chica, entonces, verá como todos sus planes de futuro se vienen abajo y deberá afrontarse a una situación totalmente inesperada: casarse con el marido de su hermana o no hacerlo.
Rama Burshtein ha escrito, dirigido y producido películas destinadas exclusivamente para el público judío ortodoxo, mayoritariamente femenino, pero con Llenar el vacío da el salto a la gran pantalla con un filme para el público general que se estrenará en España el próximo 25 de julio. En ella, nos presenta una historia de amor situada en el seno de una comunidad ortodoxa que permite al público conocer un poco más acerca de este colectivo tan hermético. En SensaCine, hemos tenido la oportunidad de hablar con ella y esto es lo que nos ha contado.
¿Por qué decidió que era el momento para hacer una película para todos los públicos en lugar de para la comunidad ortodoxa?
No ha sido por ambición en mi carrera. Sentí que la gente nos estaba interpretando como comunidad de una forma tan errónea que pensé que era el momento de tener una voz hablase desde dentro, la de uno de nosotros. Ya que es algo de lo que no ha habido, la gente de nuestra comunidad no hace películas para el gran público. El hecho de que conociera a la chica en la que me inspiré posteriormente para la historia, no me hizo pensar en la película. Yo ya sabía que quería dar ese salto antes. Sentía curiosidad por el tema de este tipo de matrimonios por lo que investigué mucho y, al final, las dos cosas se unieron solas.
Cinco años es el tiempo que has tardado en desarrollar esta película. Te llevó un año encontrar a la actriz que interpretara a Shira, además, de un año de postproducción, ¿qué problemas surgieron durante el proceso de producción que han retrasado tanto la película?
Básicamente es que no sabía lo que estaba haciendo. Nos llevó tiempo elegir a los actores porque yo quería hacer una película en la que no fueran actores sino personas corrientes, pero los personajes resultaban muy complicados, así que decidimos empezar de nuevo el proceso de casting con actores de verdad. Encontrar a alguien auténtico dentro del sector profesional fue muy difícil. En cuanto al montaje, montábamos energía, porque, en la película, no dicen lo que sienten, no se tocan. Es muy difícil, al mínimo cambio pierdes la esencia. Hay que hilar muy fino. Se hicieron muchas versiones de la película hasta llegar a la actual.
En la película se aprecia una estética muy característica que liga de manera muy acertada con el apoyo musical transmitiendo el clima emocional de la historia, ¿el funcionamiento de este conjunto visual-sonoro lo pensaste mientras escribías el guión o ha sido algo que fue surgiendo durante el rodaje y la postproducción?
Fue algo que se discutió mucho con el director de fotografía al rodar esta película. La historia es corazón y esto había que transmitirlo, así que trabajamos muy duro eligiendo el vestuario, los colores... Nos centrábamos en un personaje y en un marco, no había más. Todo es muy estático para destacar el carácter del personaje. Sabía la música que quería antes de la película. Toda la música es original. Quería algo muy personal, teníamos que escuchar la música de la persona y sabía que necesitaba algo así como lo que ha surgido. Para mí era importante que la música fuese sólo vocal que no hubiese instrumentos, sólo la voz humana, que el único instrumento que se escuchara fuera el acordeón de ella. Shira es la auténtica artista.
En la rueda de prensa, ha dicho que el papel de la tía era mucho más grande en el guión de lo que al final ha quedado mostrado en la película, ¿hay más cosas que le habría gustado que apareciesen en el filme pero que han quedado descartadas?
Hay muchísimas cosas que tuvimos que cortar, porque, cuando es una historia tan delicada, cada vez que te sales de ella, pierdes la esencia y hay que encontrarla. Lo bueno de mí es que no soy nada sentimental y si ese algo no funciona, se quita sin problema. No hubo ninguna secuencia o material descartado por el que luchase para que apareciera. Mi prioridad es que la historia no se rompiese. Sí, hay muchas escenas muy buenas que se han eliminado, pero hay que ser leal a tus personajes y no tanto en lo que tú puedas pensar que está bien.
Llenar el vacío se estrenó en Israel hace ya más de un año y ahora llega a España. Después de que el filme haya recorrido medio mundo todo este tiempo y de que se haya pasado la euforia del primer estreno, ¿Ve la película con los mismos ojos? ¿Ve matices nuevos o una evolución que no esperaba?
Claro que el sentimiento no es el mismo que al principio, sobre todo, porque tengo puesta la mente en mi próxima película. Pero creo que es muy interesante ahora, porque tengo más perspectiva, ya han pasado 7 u 8 meses que llevo sin promocionar la película. Entonces, llegar a España y hacerlo de nuevo, te muestra un nuevo punto de interés. Pero, lo que realmente me gusta es conocer a la gente, hablar con ella y eso no cambia incluso un año y medio después de su estreno. Lo más importante es hablar con el público y, ante eso, estoy muy emocionada.
Nació en Nueva York, pero no fue hasta que estudió en Jerusalén cuando alcanzó ese grado de religiosidad tan profunda, ¿a qué se debió? ¿Cómo experimentó aquellos años para decantarse por esta forma de vida?
No se trata de mí teniendo una vida diferente y volverme, de repente, religiosa sino de una inquietud que siempre has estado buscando y no sabes qué es hasta que lo encuentras. Nunca pensé que el judaísmo fuese lo suficiente espiritual para mí, pero, una vez lo conoces, sabía que era lo que siempre había estado buscando. No es algo sólo que tenga que ver con un contenido religioso, es un modo de vida.
Forma parte de un colectivo de cinematógrafas judías ortodoxas que escriben, dirigen y producen sus propias películas destinadas exclusivamente a mujeres de su comunidad, ¿por qué y cómo surge este colectivo?
El mundo del arte en la comunidad ortodoxa pertenece a las mujeres, no es que haya un bajo porcentaje de hombres, es que no existe. Es una comunidad muy feminista en este sector, digamos que los hombres tienen unos trabajos y las mujeres, los suyos. Nosotras no intervenimos en el suyo ni ellos en el nuestro.
Es muy reciente cuando la comunidad ortodoxa han comenzado a acudir al cine. Las películas para mujeres ortodoxas son muy distintas de las del público general. Ellas no ven películas sino solamente lo que nosotras les queremos enseñar. El lenguaje artístico de estas películas es muy primitivo. Son dramas muy simples para que los entiendan y puedan disfrutarlos. He de decir que son increíbles las mujeres que se dedican a hacer películas ya que son esposas que se dedican a criar a sus hijos y, a veces, hasta a sus nietos y aun así sacan tiempo para crear estas maravillas. Son mujeres muy talentosas, aprenden muy rápido y de la nada ya que no tienen escuelas que les enseñen qué deben hacer.
Antes has mencionado que tienes un nuevo proyecto en mente, ¿podrías hablarnos de él?
Es una comedia romántica. Siempre va a ser sobre las mujeres ya que es lo que a mí me importa. Es un drama y se llamará A través de la pared. Trata sobre una chica que tiene 32 años, de los cuales se ha pasado los últimos 12 siendo muy religiosa. Todavía no está casada, pero decide que va a casarse. Así que, tiene el vestido de boda, la fecha para casarse, el apartamento en que vivirán una vez siendo matrimonio. Da comienzo una extraña aventura con muchos personajes en la que esta chica se pasará un mes diciendo que va a casarse sin tener todavía novio, porque ella está 100% segura de que esto va a suceder así. Se llama "A través de la pared" porque aunque creas al 100% que puedes atravesar la pared, si lo piensas de verdad, el 99'9% te vas a dar de bruces, no la vas a atravesar. Es sólo un pequeño porcentaje, pero que está ahí. Será divertida.