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    Entrevista a Jean-Pierre Jeunet: "En Hollywood yo sería super desgraciado"

    El director de 'Amelie' regresa a la gran pantalla con la emocionante 'El extraordinario viaje de T.S Spivet'.

    Nathalie Nicoloff

    Este viernes se estrena en los cines españoles El extraordinario viaje de T. S Spivet, la última película de Jean-Pierre Jeunet (Amelie). Abordamos al prestigioso director francés a su paso por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde nos habló sin tapujos de su identificación con sus personajes, su visión artística del cine y su problemática relación con Hollywood.

    ¿Es cierto que va a realizar un musical basado en Amelie?

    Tengo la impresión que junto a la Guerra de Siria y el paro en Francia, parece que éste es el evento más importante del año (risas). Sí, es verdad. Habrá un musical. Y es verdad que odio los musicales y que me he negado a ello durante doce años hasta que acabé diciendo que sí, porque pensé que podría ganar mucho dinero que pienso donar a una asociación que ayuda a los niños operados de corazón. Y servirá, básicamente, para eso. Pero podría haber sido peor, podría haber sido patinaje artístico

    ¿Eso quiere decir que ha visto algo y no está contento con el resultado?

    No quiero saber nada, no quiero ver nada. Me parecen horribles los musicales. Me da vergüenza, porque no quería que se supiera.

     Hay directores que han tenido un mayor aprecio por parte de la crítica o más taquilleros, pero hay pocos que hayan tenido tanta influencia visual con su lenguaje en directores posteriores.

    La única forma de hacer películas, y utilizo una frase de Jean Renoir, es la alegría de hacerla. Lo otro depende de los demás. Leí esa frase hace bien poco, y dije “soy yo”. Es la alegría de hacer. Siempre ha sido así. Y cuanto más envejezco más de acuerdo estoy con eso. Como chico protagonista de El extraordinario viaje de T.S. Spivet, que cuando está rodeado por los medios de comunicación, lo único que quiere es volver al rancho a dibujar.

    ¿Qué valores gramáticos le encuentra al 3D?

    Sólo es útil que la escritura se integra en el 3D. Porque lo que le gusta al espectador es cuando flotan las cosas delante de nosotros, ¿no? Pero eso es más fácil en un anuncio de caramelos que en un largometraje. Y aquí, con los dibujos de T. S. Spivet, tienes la oportunidad de hacer eso. Pero hay que interesarse por eso, te tiene que gustar, tienes que tener ganas. No tiene que ser una obligación. Cuando rodaba, me encontré con un director artístico que había trabajado en Alien Resurrection, y me dijo “me he enterado de que vas a rodar en 3D, ¡pobre!”.

    Su cine ha sido siempre, eminentemente, visual. Me gustaría saber si para ello, a la hora de pensar las películas, las piensa más en imágenes o piensa en el texto escrito y luego las imágenes.

    No. Lo ideal es que una película tenga una buena historia y unos buenos personajes. Emoción, humor, un aspecto gráfico y originalidad. Y no pasa en todas mis películas. En mi caso, en Micmacs no hay emoción. En La ciudad de los niños perdidos, tampoco. Es difícil encontrar una en la que se dé todo. Para terminar, evidentemente la historia es lo más importante. En La ciudad de los niños perdidos el error que cometimos fue que teníamos la ambientación, el puerto, los barcos, los personajes… y luego dijimos, hay que contar una historia. Y no, no hay que hacerlo así. En Amelie primero tuve el concepto, una chica que ayuda a los demás de manera gratuita, y luego dije ¿dónde va a ser? En Montmartre ¿cómo lo voy a hacer? Etcétera… Porque lo único que le interesa a la gente es la gente, ya lo decía Frank Capra.

    Hay películas que podrían haber sido suyas como La vida de Pi o La invención de Hugo.

    Le dije a Martin Scorsese: “¡Era para mí, me la has robado! ¡Ahora voy a hacer queso de cabra por tu culpa!” Y La vida de Pi… escribí un guión para ella. Así que hay Otra "vida de Pi" paralela. Que nadie verá nunca. Y que iba a ser mejor (risas). La razón por la que no se hizo es porque Fox no quería gastarse más de 60 millones de dólares. Nosotros estábamos en 59 millones, pero por la diferencia de cambio del dólar al euro, no era lo mismo. Así que no pudimos rodarla. Por tanto, después de dos años, abandoné el trabajo. Porque si lo hubiera hecho, habría terminado haciéndolo con menos medios que Ang Lee y no había hecho ni Micmacs ni T. S. Spivet, ni el anuncio de Channel nº5, que fue una hermosísima experiencia.

    Estaba pensando desde hace mucho tiempo en cómo hacer una película sobre Meliès. Pero nunca encontré la manera y alguien la encontró. Cuando leí el libro, mi jefe operador me dijo “¡no lo leas, no lo leas!”. Hay un pequeño problema que aparece en la película, y es que hay una parte para niños y otra para cinéfilos y no cohabitan muy bien. Pero me hubiera encantado hacerla.

    Y para terminar con La vida de Pi, Ang Lee la hizo con 150 millones de dólares. (risas). Porque es amigo del Presidente de la República de Taiwan. Y Taiwan que quería hacer un gran estudio de cine, les dio muchísimo dinero. Pero la parte central de la película es formidable, el tigre en síntesis yo no habría podido hacerlo. Sin embargo, el inicio y el final, es copiar y pegar del libro. Y nosotros habíamos hecho una adaptación visual real y verdadera, un poco mejor. (risas)

    Amelie fue un éxito de público de los que rompen moldes ¿Cómo lo ve ahora con la distancia?

    Estoy seguro de que morí antes de que se estrenara la película. Y que estaba en el paraíso. Y todo el mundo estaba interpretando un papel a mi alrededor. Era como el Show the Truman, pero al revés. El problema con este tipo de cosas es que nos gustaría que siempre fuera así. Lo único que no funcionó fueron los Oscars, porque fue el año en que Miramax fue boicoteada. Sabemos que para ganar un Oscar se hacen cosas no muy católicas. Así que, bueno, Hollywood dijo “no votaremos por Amelie”.

    ¿Hasta qué punto te identificas con tus personajes?

    Completamente. Soy Amelie, soy T.S Spivet. Siempre es el mismo tema en mis películas: la historia de pulgarcito que lucha contra un ogro.  Y aquí es la culpabilidad del ogro, en Amelie, la introversión, El carnicero en Delicatesen. A veces es más concreto. Y yo creo también, que mi vida salió adelante gracias a la imaginación.  Porque a los 20 años instalaba centrales telefónicas en el este de Francia. Durante cuatro años estuve haciendo eso. Era obrero, vamos. Y gracias a imaginación pude salir de ello. Es el tema de todas mis películas.

    ¿Cómo definiría su relación con Hollywood?

    Recibo muchos guiones del mercado americano, pero para que me decida tiene que ser algo extraordinario. Porque sólo sería un empleado, un asalariado. La experiencia que tuve con Alien: Resurrection, fue una experiencia formidable, estupenda, fue una explosión para mi vida personal, pero ya está. Y rechacé un Harry Potter. Era una propuesta firme, hay que tener mucho valor para rechazarla. Toda la Warner estaba alrededor de la mesa para convencerme de hacerlo. Y me dijeron todo está listo el vestuario, los escenarios, los actores… solo iba a ir a hacer de director. Y dije que no. Era para hacer La vida de Pi, no sé si me equivoqué o no (risas). La vida de Pi también iba a ser una película americana, pero yo había escrito el guión. Y lo adoraron. Se presentó muy bien el proyecto. Pero Hollywood es complicado. Con esta producción franco-canadiense, he conseguido hacer una película americana sin Hollywood. Pero los americanos han conseguido machacarnos la vida. Con los agentes, las mentiras de los agentes, los actores, el niño que estaba haciendo una serie de televisión y la gente de la serie de televisión no nos ayudó en absoluto. Nos trataron como una mierda. Teníamos al niño cuando les venía a ellos bien dejárnoslo. No sabíamos nunca ni qué día… fue una pesadilla increíble. A veces actuaba con Helena y no estaban juntos. Con varias semanas de distancia, fue una locura. Fue el rodaje más difícil de mi vida, ¿sabes? Fue muy fuerte.

    ¿Cómo es de difícil dejar tu huella en una franquicia del tamaño de Alien o Harry Potter?

    Con Sigourney Weaver nos encantaba quitar las escenas de acción, hacer escenas poéticas, extrañas… El resultado es que los americanos lo odiaban, y en Francia fue como si hubiera ganado el mundial de fútbol.

    En cuanto a Harry Potter, me daba cuenta de que no querían nada de eso. Querían un inglés…¿conocéis el nombre del director inglés que ha hecho las siguientes películas? No. Nadie lo conoce. Mi operador estuvo en las reuniones y al final es el productor el que elige. El director es uno de los participantes en la reunión. Yo habría sido súper desgraciado con eso.

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