Después de descubrir los antecedentes de El planeta de los simios hace tres años en El origen del planeta de los simios, Matt Reeves presenta una nueva aventura de este hipotético futuro dominado por los primates. Tras sustituir al realizador de la primera película, Rupert Wyatt, quien tuvo que abandonar el proyecto por incompatibilidad de agendas, Reeves comienza su historia diez años después de los acontecimientos de El origen, en la que un misterioso virus acabó con la mayor parte de la población humana. En El amanecer del planeta de los simios, el inolvidable Cesar, el chimpancé al que vuelve a dar vida Andy Serkis, se convierte el principal protagonista de esta historia en la que humanos y simios se enfrentarán para conseguir el control del planeta Tierra.
Con motivo de la promoción de la película, Reeves y Serkis viajaron a Madrid, donde tuvimos el placer de charlar con ellos. Ambos coincidieron en destacar los avances que permite la tecnología stop motion al mundo del cine y la interpretación. Serkis, uno de los mayores expertos en este campo, quiso resaltar que no es necesario tener ninguna habilidad especial para interpretar personajes con captura de movimiento, sino que son papeles como cualquier otro.
¿Hasta dónde puede ser frustrante interpretar a algunos de los personajes más famosos del cine y que nadie le conozca por su cara?
Andy: No me hice actor para que me reconocieran, me hice actor para hacer grandes papeles y desaparecer dentro de ellos.
¿Qué ha aportado y qué ha restado a la historia del filme el uso de la tecnología?
Matt: Esta tecnología me permitió hacer lo que quise. Quería seguir con la historia de Cesar, como en El origen del planeta de los simios, porque soy un fan de este tipo de películas. Lo que me gusta de estas nuevas películas de la saga es que ellos vuelven a entrar en este mundo pero desde el punto emocional de los simios. Al principio tenía el temor de que la tecnología iba a interferir en mi habilidad de poder relacionarme y compenetrarme con los actores. Pero luego, resulta que solamente se trata de un equipo, de las herramientas que están allí grabando sus actuaciones, no es más que eso esta tecnología. No resultó ningún impedimento a mis fines. Yo lo que quería era incidir en la historia de Cesar y tener estos momentos íntimos dentro de un gran espectáculo.
¿Cree que para interpretar papeles con captura de movimiento se requiere una mayor cualificación interpretativa? ¿Considera que es más complicado transmitir las emociones con este tipo de sistemas? ¿Cómo ha evolucionado este método desde que se inició en él hasta día de hoy?
Andy: No es necesario tener ningún tipo de habilidad especial para hacer este tipo de papeles, porque la tecnología lo que hace es grabar la interpretación. Lo que pasa es que los actores cuando empiezan a trabajar con esta tecnología tienen la tendencia de querer expresarse más de lo que hace falta, y según te vas acostumbrando a la técnica te das cuenta de que lo que tienes que hacer es entrar en el personaje, más que eso. Así que, poco a poco lo vas aprendiendo según la experiencia. Tampoco es cuestión de cuánto te muevas. Uno puede haber observado a los simios, sus movimientos, pero eso no quiere decir que luego haya que plasmarlo todo. Aunque hagas de chimpancé, gorila, o cualquier otra especie, lo que trata es de simplificar, interiorizar todas estas emociones, el grado emocional, y tener en mente el fondo de la historia.
Ha cambiado mucho, porque ahora con esta tecnología de captura del movimiento, estos papeles se pueden rodar al mismo tiempo que el resto de los actores. No hay una desconexión entre los dos. Es tan real como si todos fueramos actores interactuando. En cambio, en la época de El señor de los anillos esto no se podía hacer. Entonces después de haber actuado, luego tenía que volver a actuar para grabarlo con esta tecnología. Pero incluso un año después, repetir la misma escena.
¿Continúo la historia que había planteado Ruper Wyatt, director de El origen del planeta de los simios, antes de salir del proyecto, o decidió cambiarla radicalmente y partir de cero?
Matt: La historia de Rupert era diferente. Y los estudios tenían preparada otra historia completamente distinta a la de Rupert. Ellos me preguntaron qué quería hacer yo con la historia, y al decirles que quería hacer una nueva historia aceptaron sin ponerme ningún impedimento. Para mí lo interesante era que ellos no arrancaban con la historia de Cesar, y eso es justamente lo que yo quería hacer. Porque para mí lo importante era continuar con la historia de Cesar. Sin embargo, la historia de los estudios empezaba en un mundo postapocalíptico, donde los simios podían hablar, convivían con los humanos. Pero a mí me daba la impresión de haber visto esto antes. Así que, yo no quería arrancar desde ahí, sino partir desde el momento en el que se va creando el nuevo mundo de Cesar, con su grupo de simios. Entonces esto sería el amanecer de los simios inteligentes, desde el amanecer de los humanos. Además, en la película vemos que todavía había humanos, además de los primates. Le quise dar un enfoque similar al de las películas del oeste, donde estaban la familia de los simios, la familia de los humanos, y debajo de todo, la cuestión de la violencia latente. Todo esto planeta la pregunta de qué hubiera pasado de haber ido por otros senderos, quizá hubiera habido un planeta de humanos y de simios, lo cual sabemos que no llegó a ocurrir.
¿Cree que la película se pude interpretar desde la perspectiva de que el ser humano es incapaz de reconciliarse y vivir en paz mientras haya culturas diferentes, como ocurre en el mundo real?
Matt: Aparte de la anatomía de la violencia, lo que quería explorar también era la fatal de habilidad para evitar la violencia, no sólo ahora sino a lo largo de la historia de la humanidad, esta lucha constante entre los humanos. Además, no es sólo la violencia entre poblaciones diferentes sino los enfrentamientos dentro de una misma población. Esta lucha interna de cada hombre. Aquí lo vemos dentro de nuestra propia naturaleza, esa tendencia hacia la violencia, que lo vemos con Cesar que es el personaje que empatiza mejor con todos, tanto simios como humanos, pero él también tiene sus impulsos violentos, pierde el control, y demuestra algún que otro perjuicio en algún momento, cuando dice que pensaba que los simios era diferente a los humanos. Y es lo que él quería pensar, que eran mejores que los hombre, pero ves que también tienen esa capacidad para la violencia. En resumidas cuentas, eso de empatizar es clave. Cuando alguien puede empatizar hay esperanza, sino casi siempre da lugar a la violencia.
¿Qué piensa de la revolución que podría suponer en el mundo de los actores la tecnología stop motion, gracias a la que cualquier actor, independientemente de su edad, raza o sexo, puede interpretar a un personaje completamente diferente?
Andy: Es una herramienta increíblemente liberadora, es la herramienta del siglo XXI. Es muy poderoso como vehículo narrativo, no sólo para el mundo del cine, sino como un espacio de conversión. Por ejemplo, recientemente Ellen Page y Williem Dafoe han prestado sus rostros a los personajes de un videojuego, yo también lo he hecho en varias ocasiones, y gracias a ello la narrativa de estos juegos está mejorando. También se puede utilizar en teatro en directo para bailarines, para los actores, porque se puede proyectar avatares de ellos en una pantalla. Mi filosofía es que es una herramienta de lo más liberadora.
¿Cómo ha sido la evolución de Cesar desde la primera película a esta, se inspiró en algún líder político para interpretarlo?
Andy: Estuve pensando el líderes mundiales de los últimos tiempos, y me fijé en Nelson Mandela. Fue una gran inspiración, porque aquí había un hombre intentando unir a grupos muy dispares de gente, dentro de un régimen represivo, llegando a poner en juego su propia libertad para conseguirlo, e incluso hubiera dado su vida por la causa. Fue una gran inspiración.