Con motivo de la primera edición de Tu cita con el cine francés, Audrey Dana nos habla de French Women, su primer largometraje en la dirección. El filme nos cuenta la historia de madres, mujeres de negocios, novias, amantes y esposas. Son once mujeres que retratan las diferentes facetas de la mujer de hoy: con complejos, felices, infelices, sorprendentes, explosivas...
French Women es una película dirigida por una mujer y protagonizada por mujeres, ¿cómo surgió la idea de un film así?
Partió realmente de un deseo de actriz, de ver papeles que se parezcan a las mujeres reales y aspirar a tener un lugar auténtico en la comedia francesa.
Muestras a la mujer en todas sus facetas o situaciones que puede vivir, con toque cómico o no, ¿cómo recibió el público masculino francés la película?
Ha habido de todo, ha habido hombres a los que les encantó, que son los hombres con los que te quieres casar. Y luego los demás, los buenos machistas que obviamente la odiaron. Les parecía vulgar, estúpido, y nulo, que no valía nada. Algunas mujeres también me han encontrado misógina. Hay feministas enfadadas, reacciones muy violentas. Incluso del público, que era muy numeroso y la película ha funcionado muy bien, me han llegado ecos de ciertas mujeres que decían "no, no somos nosotras, no somos así. Es una película de sexo". Ninguna mujer desnuda aparece en mi película, no hay ninguna escena de sexo. En el 98% de las películas hay mujeres desnudas y escenas de sexo con mujeres; y la única vez que no ponemos escenas de mujeres desnudas o haciendo el amor, pero que hablan de ello, les parece que es vulgar, es interesante ¿no?
¿Hay alguna huella personal, alguna situación que hayas vivido y que muestres en la película?
He hecho muchas entrevistas con muchas mujeres y me he inspirado en ellas. También en nosotras, somos cinco chicas en mi casa.
En las primeras escenas, lo primero que nos muestras es la menstruación y cómo afecta a las mujeres, sin poner impedimento en mostrar algo de sangre. Partiendo de ahí, ¿qué significado le otorgas al color rojo como elemento simbólico a lo largo del film? Ya que está también en los créditos y en el cartel.
Rojo es la pasión. Para mi rojo es el color del amor, de la sexualidad. Es un color muy vivo y también es el color de la sangre, evidentemente; pero no tuve esta reflexión con respecto al cartel.
¿Cómo ha sido dirigir y actuar en el mismo proyecto?
Era muy difícil, he tenido la impresión de no hacer ninguna de las dos cosas bien. Tenía mi co-guionista, Murielle Magellan, que me dirigía, pero no lo voy a volver a hacer. Prefiero dirigir.
En cuanto al guion, todos los personajes están entrelazados y hacen compacta la historia. ¿Ha sido complicado escribir un guion en el que haya algo que teja esa red?
Fue difícil llegar a cerrar el círculo en el que cada una de las actrices pudiera existir de manera equilibrada con el resto. Ver una historia, conoce historias era el reto del guion.
¿Tienes algún cineasta de referencia o del que bebas para inspirarte?
Almodóvar. Es un enamorado de las mujeres realmente. Sabe vernos, sabe mirarnos, comprendernos; y la película podría haberse llamado Mujeres al borde de un ataque de nervios.
¿Cómo esperas el recibimiento en España?
Espero que sea lo mejor posible, el mejor recibimiento posible. Que vaya a funcionar muy bien y que les vaya a hacer bien a las mujeres. Porque para mí, la idea de hacer esta película es hacer que las mujeres se sientan menos solas y también les quite complejos. Hay tantas cosas que se viven y que creemos que somos los únicos que vivimos; tenemos que entender que todos somos iguales, aunque cada uno sea único, evidentemente. Creo que puede quitar un poco de culpabilidad porque, sorprendentemente, ser mujer va de la mano con la culpabilidad. Espero que esta película haga que pidamos un poco menos perdón y que podamos asumir un poquito más quienes somos sin creer que es un pecado.