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    Juliano Ribeiro Salgado: "Esto me ha ayudado a completar mi viaje hacia la vida como adulto"

    Entrevistamos al realizador Juliano Ribeiro con motivo del estreno del documental sobre su padre, 'La sal de la tierra'.

    El realizador Juliano Ribeiro Salgado, junto a Wim Wenders (Buena Vista Social Club), dirige La sal de la tierra, un documental sobre su padre, el famoso fotógrafo Sebastião Salgado. Se trata de un viaje a través de tierras vírgenes que aún no han sido arrasadas por la moderna civilización, pero también un camino donde redescubrir a su padre y su relación con él. Una película que ganó el premio especial del jurado en la sección "Un certain regard" del último festival de Cannes.

    ¿Cómo surgió el proyecto de hacer un documental sobre tu padre?

    Hacer una película sobre Sebastião es una idea que ha crecido por sí sola. Comenzamos a pensarlo cuando Wim Wenders vino un día a mi casa en París, hace cinco años. Estuvimos hablando del proyecto pero no llegó a más porque no era una idea lo suficientemente cinematográfica. Al mismo tiempo, yo hice un viaje con mi padre al Amazonas, a conocer la tribu Zo'é, lo que me dio la seguridad de que realmente habíamos hecho este viaje para hacer una película juntos. Puedo decirte, ahora que he terminado la película, que esto me ha ayudado a completar mi viaje hacia la vida como adulto y que la relación con mi padre ahora ha cambiado completamente.

    ¿Fue fácil o difícil convencer a tu padre?

    Él no quería hacerlo pero no fue difícil. En ese viaje a la tribu de indios brasileños, yo había filmado unas imágenes. Cuando volvimos, se las enseñé a Sebastião y se emocionó mucho. Y yo, viendo como se emocionaba él, también me emocioné. Ahí vi que tenía la confianza de poder filmarle y que él tenía también la seguridad de que le respetaba. A partir de este momento fue posible hacer este filme.

    Dices en el documental que, cuando eras niño, como no veías mucho a tu padre, era como una especie de superhéroe para ti, ¿ha cambiado tu imagen sobre él?

    A Sebastião le admiro desde pequeño. Pero a medida que crecía empecé a verle como a un hombre normal, con un gran talento, eso sí. Al ir a este viaje, he descubierto cosas que no sabía, como su alta capacidad de concentración y su lucha por conseguir una fotografía. Es muy dedicado en lo que hace. Es increíble.

    ¿El hecho de que tu padre y tú hayáis estado tanto tiempo separados ha hecho que tú, como hijo, sientas egoísmo en algún momento?

    Ha estado lejos pero siempre ha habido una fuerte comunicación. Aunque estaba fuera, nos escribía cartas y volvía cargado de experiencias y consejos que darnos para crecer en un mundo difícil. Mis profesores y amigos me preguntaban dónde estaba y yo podía ver sus ojos de admiración al contestarles los sitios a los que iba, las historias que contaba... Era una figura para mí.

    ¿Hubieras preferido tener un padre más normal?

    No creo. Mis padres han intentado compartir mucho conmigo y con mi hermano. En mi casa siempre había muchos periodistas y hablaban durante horas sobre el mundo. Era muy interesante escuchar sus opiniones. He aprendido mucho de ellos, así que no podría haber sido mejor.

    ¿Te pesa mucho el apellido?

    Sí, absolutamente. Cuando empecé a trabajar cometí el error de llamarme Juliano Salgado. La gente de mi alrededor percibía que les estaba engañando y no les gustaba. Cuando me mudé a Londres, primero a estudiar y luego a trabajar, decidí que a partir de entonces me llamaría Juliano Ribeiro. Esos años me dieron mucha seguridad y cuando volví de Inglaterra estaba preparado para llevar mi nombre completo.                                                                                                                        

    Se acaba de estrenar en España una película sobre el escritor Michel Houellebecq, también está la de tu padre... ¿Crees que hay un intento por acercar al cine iconos de la cultura popular que no son sólo actores y directores, si no fotógrafos o escritores?

    Sí, completamente. Sebastião, aunque no creo que sea una figura icónica, tiene algo con mucha fuerza para compartir, más allá de sus fotografías: sus experiencias con la humanidad y los momentos de desesperación de este mundo que a veces es tan brutal. Un punto clave de la película era ver cómo podíamos transformar todas esas cosas terribles en algo positivo. Espero que la gente que vea esta película piense que, aunque el mundo es injusto y hay cosas terribles, mañana puede ser un día mejor.

    El cambio de tu padre de fotógrafo social a fotógrafo de la naturaleza ha sido muy criticado, ¿qué opinas de eso?

    Sebastião ha cambiado en algunos aspectos. Antes se centraba más en el fotoperiodismo y en denunciar o dar una información. Ahora, no se trata sobre transmitir información, si no sobre transmitir una visión del mundo y el mensaje de que realmente puedes cambiar algo. Por eso creo que sigue siendo el mismo chico que era antes, muy concienciado sobre lo que pasa en el mundo.

    En la película se habla mucho sobre la vida, pero también sobre la muerte. Incluso, tu padre habla sobre su futura muerte. ¿Te impacta escuchar a tu padre hablar sobre este asunto?

    No me gusta nada, pero Sebastiao ha vivido experiencias terribles y para él la muerte es una cosa presente, es algo que existe. De hecho, es algo que todos compartimos, algo que todos tenemos en común, que vamos a morir algún día.

    Después de hacer el documental, ¿qué crees que es lo mejor y lo peor de tu padre?, ¿te has dado cuenta de que es humano?

    Él tiene debilidades como todo el mundo tiene. Cuando viajas con él, te das cuenta de la forma especial en que trata a la gente que conoce y fotografía. Algo pasa cuando está ahí que se convierte en más humano y más cercano.

    ¿Alguna vez has pensado que tu padre se interesaba más por gente que está a millones de kilómetros que por ti?

    No, nunca me ha pasado. Somos una familia brasileña y en Brasil somos muy cercanos. Nos queremos mucho los unos a los otros y creemos que está bien llorar y mostrar tus emociones. Cuando él estaba lejos, era muy difícil pasar por eso pero también compensaba el hecho de que había otras cosas que ganar. Si pudiera cambiarlo no lo haría. Creo que me ha enseñado mucho y he crecido de una forma mejor que si lo hubiera hecho en una familia convencional.

    ¿Cómo ha sido trabajar con Wim Wenders?

    Trabajar con Wenders ha sido una experiencia tremenda. Quiero decir, él es muy talentoso, es algo que todo el mundo sabe. Es muy generoso y he aprendido mucho de él sobre cómo hacer cine.

    ¿Qué piensas hacer después de dirigir este documental sobre tu padre?

    Mi próximo proyecto va a ser una película de ficción, situada en Sao Paulo. Tratará sobre un factor muy importante en la sociedad brasileña como es la ascensión social. Se centrará en varias historias conectadas entre sí de personajes que intentan hacer lo mejor para sí mismos.

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