Hace un mes que el equipo de Juan Antonio Bayona dejó Manchester, donde se rodaron los exteriores, para ocupar por completo las instalaciones del Parc del Audiovisual de Catalunya (Terrassa) donde tiene lugar hasta finales de enero la segunda y más larga fase de la filmación de Un monstruo viene a verme. Sensacine visita el rodaje de la película protagonizada por Felicity Jones, Sigourney Weaver y el niño Lewis MacDougall. Liam Neeson, que da voz y gestos (a través de la técnica motion capture) al gigante del título ya ha realizado la primera parte de su trabajo en el Reino Unido; la segunda se hará después de que concluya el rodaje de 12 semanas en Terrassa, aunque todavía no se ha decidido dónde
Un monstruo viene a verme, la tercera película de Bayona, es una historia dramática que sucede en la actualidad en Inglaterra pero donde la fantasía tiene un papel muy importante. Un niño imaginativo de doce años (Lewis MacDougall, seleccionado entre mil aspirantes, y que aparecerá también en Pan, de Joe Wright), su madre enferma (Felicity Jones), una abuela severa (Sigourney Weaver) y un monstruo de once metros que lo visita y le cuenta historias son los protagonistas de un relato que, desde la fantasía, encauza la madurez del chico y su enfrentamiento con la realidad que lo rodea.
Dos casas unifamiliares son los espacios básicos de la cinta: la de la abuela y la de la madre y su hijo. Eugenio Caballero, director artístico del film que ya había trabajado con Bayona en Lo imposible, ha diseñado decorados con paredes móviles que facilitan el movimiento de las cámaras, elementos practicables de quita y pon y sets preiluminados que se encienden y apagan desde un iPhone. "Lo más fascinante de diseñar espacios para cine es que tiene su propio código: tienen que contar historias, ponerte en situación, transmitir sentimientos y todo ello a partir del conocimiento técnico de cómo se ruedan las películas. Y eso lo hace maravillosamente complejo", comenta mientras se aleja ante nuestros ojos un pedazo enorme del decorado -las escaleras de ascenso a un segundo piso- que parecía inamovible.
Equipo de Un monstruo viene a verme
Además de ese pragmatismo que agiliza el rodaje, Caballero, ganador del Oscar por El laberinto del fauno, hace énfasis en que los espacios, aparte de ser atractivos "han de transmitir lo que le sucede al personaje". De ahí que haya dotado las dos viviendas de pequeños detalles que expresan sutilmente la distinta relación que tiene el niño con su madre y con su abuela: "La casa de la abuela es un espacio aburrido en el que se siente pequeño, con ángulos rectos, lleno de puntas que lo hacen más hostil para él. En cambio, su casa está llena de curvas, que son líneas que lo abrazan".
Sandra Hermida, directora de producción y ganadora de dos Goyas por las anteriores películas de director barcelonés, incide en la importancia de los detalles ejemplificando ahora en la ambientación de Pilar Revuelta, cuyo equipo ha trabajado previamente durante tres semanas: "La ambientación dota de vida al decorado y da información subliminal al espectador sobre los personajes. La habitación de Conor está llena de detalles maravillosos, de planetarios, dibujos...". Algunos de estos últimos, por cierto, fueron hechos por el propio director.
Hermida, por otra parte, nos revela la complicidad que se crea en un rodaje de una película de Bayona: "Tiene una manera de hacer que motiva tanto a actores como a técnicos. Genera un vínculo emocional tremendo porque es más que una película: aquí nos han dado ya varios ataques de lloro compulsivo y no llevamos ni la mitad...".