El joven director alemán, Dietrich Brüggemann, dirige Camino de la cruz, un filme en el que relata su paso por una comunidad religiosa en la que aprendió cómo viven y cómo se manipulan unos a otros para obtener el poder y el control. En SensaCine hemos tenido el placer de entrevistar al realizador, quien nos ha contado algunos interesantes detalles de la producción.
¿Qué le aportó su experiencia personal a la hora de grabar la película y que se refleja de ello en la película?
En primer lugar me sirvió porque era una especie de parroquia, de comunidad religiosa de la que formé parte, conocía todas las clases de confirmación, las interacciones con los curas… y para mí cuando vas a hablar de un tema pues viene bien hacer cierta investigación sobre ese tema y eso me venía como una investigación directa que yo conocía por esa experiencia de todo el sistema.
En cuanto lo que hay ahí dentro se refleja bastante. En la primera secuencia, por ejemplo, el cura explica todo ese sistema filosófico, la escena de la confesión, las ceremonias de la iglesia, todo eso está basado directamente en la experiencia que yo tuve.
¿Cree que la repercusión sería la misma si la protagonista hubiese sido una adulta, en lugar de una niña?
Hubiese sido completamente distinto, porque la manera en la que tú actúas con tu madre siendo una niña en esas circunstancias cuando estas creciendo, no va a ser la misma que si tienes treinta años. Entonces toda la historia hubiese sido otra, no se hubiese producido.
La película puede ser una crítica o no, ¿tiene una intención cuando rueda la película dependiendo del espectador?
Yo no empiezo a priori pensando en lo que quiero que la gente piense o sienta ni en la reacción posible, es decir, no es mi intención a priori cuando arranco. Yo cuando hago una película quiero poner una maquinaria en marcha con una serie de herramientas que se interrelacionan y funcionan todas en su conjunto. Nunca pienso en cómo quiero o cómo va a reaccionar la gente en función de lo que yo haga. Simplemente quiero compartir una experiencia que veo de cierta manera y ya está.
¿Considera que 'Camino de la cruz', por el fundamentalismo religioso que refleja en contraste con el agnosticismo y ateísmo que hay hoy en día, es una barrera o un rechazo para el espectador?
Pues no lo sé, porque para empezar no es una película pensada para grandes públicos, va a llegar a la gente por un motivo u otro, a los que le interese esta cuestión. Incluso para los laicos o ateos que están hablando cada vez más hoy en día de la religión, es un poco paradójico, y cada vez hay más interés por la religión al mismo tiempo que estamos viendo que la religión como fuerza está decreciendo, pero eso no impide que se hable cada vez más sobre la religión.
¿Has tenido alguna referencia de otra película para utilizar a la niña como un Jesucristo contemporáneo?
Es curioso. Hay muchas películas que son clásicos y que no hemos visto y que no hace falta que veamos, es como si se hubiese incrustado en nuestra memoria colectiva, es como Star Wars, La guerra de las galaxias, está ahí y todo el mundo lo sabe, todo el mundo la menciona, pero no todo el mundo la ha visto.
Esta película no está inspirada en otra como la de Driver, no se basa simplemente en una inspiración interna, tiene que ver más con mis encuentros personales con el tema de la religión y con Roger Anderson y como él trata el tema de la religión.
¿Cree que la fe en nuestros días está corrompida?
Bueno, yo creo que la fe es una cuestión ficticia, no existe en la vida normal y tampoco existe el miedo contaminado o los celos, la dicha o la alegría no contaminada. Beber alcohol no contaminado te va a matar, pues yo no estaba interesado en la fe no contaminada, sólo me interesaba la gente, como intentan manipular los unos a los otros, esas relaciones que se establecen entre unos y otros para poder llegar a tener poder, dominio y control. Yo creo que la fe siempre existe, porque todos tenemos que creer en algo inconscientemente, creemos siempre en algo, todos tenemos esas creencias ocultas que es un tipo de religión. La idea o esa creencia oculta en que sino fumamos, si bebemos poco, si comemos esa comida vegetariana viviremos más. Siempre tenemos algo que nos da ese tipo de significado y transcendencia a la vida. Al fin y al cabo se trata de poder elegir sabiamente tu Dios o esa idea de Dios.
¿Cuál es la razón del empleo de los planos fijos?
En primer lugar, porque me parece una manera fascinante de hacer una película y de poder contemplar una película, porque es realmente el poder entrar en una meditación o meditar tú mismo en las imágenes mientras te vas adentrando en ellas. El poder contemplar ese sistema en su conjunto y no coger al espectador de la mano como a un perro y le vas guiando por aquí y por allá, porque sí. Esa calidad panorámica me parece una manera más justa de contemplar y sopesar a los personajes, así no se es de ninguna manera juicioso. Incluso las acciones y conductas de algunos de los personajes son debatibles, como por ejemplo el papel de la madre, pero eso es lo que determina la filosofía narrativa que a mí me gusta. Esa manera muy filosóficamente contemplativa de las imágenes y permitir que el espectador lo vea así en su conjunto.
¿Por qué decidió ese final para María?
Porque ella sigue el camino de Cristo, como dicta la religión. Ella decide llevar esto a sus últimas consecuencias como Jesús. No había otra salida y ella seguramente dentro de su creencia pues llegará al cielo como lo hizo Jesucristo. De hecho no es que lo haya elegido, sino que la historia ha elegido ese camino.
¿Le parece cruel el fundamentalismo religioso?
Por supuesto que es cruel. Yo no sé, pero la gente piensa que es una reacción al mundo moderno, que se están perdiendo todos los pilares y hay que volver a lo fundamental. Yo creo que siempre ha sido así. Sólo hay que leer biografías de personas del siglo XIX para ver que las cosas eran así. Hay muchos alemanes que han visto la película que me han dicho que es como un documental de su infancia, porque era la vida normal de su época. Yo creo que la religión organizada de toda la vida ha sido así.
Algún crítico lo ha llegado a comprar con directores como Haneke, ¿cómo se siente con esta comparación?
Eso me recuerda que un crítico me dijo "este chico parece tener un hueso curioso de Haneke", pero yo con los viejos maestros tengo una actitud de bastante ambivalencia. Haneke es tan serio a veces que quiero reírme, recuerdo haber leído una entrevista antes de hacer la película y me impactó lo sincero y serio que es. Siempre tienes que estar atento cuando hablas con él, porque él es muy inteligente y tiene una forma de argumentar tan legalista como los buenos curas católicos. Entonces, según lo que dices, yo creo que el debate sigue abierto.