
Aunque el animador y biólogo Stephen Hillenburg es el padre strictu sensu del genial Bob Esponja, Paul Tibbit se ha convertido en el responsable de sus aventuras desde que se enrolara como guionista en la serie desde la primera temporada. En 2004, Tibitt tomó el relevo de Hillenburg para entregarse por completo a la causa y cuando ha cumplido diez años al cargo del show televisivo llega la segunda película del personaje: Bob Esponja: Un héroe fuera del agua, donde vemos a nuestro protagonista de todas las maneras posibles, como dibujo en 3D y como superhéroe CGI.
En esta segunda película, que cuenta con Antonio Banderas como uno de los villanos, veremos cómo Bob Esponja y Plankton unirán sus fuerzas para salvar Fondo de Bikini del Apocalipsis y para recuperar la fórmula de las deliciosas Krabby Patty. ¿Lo conseguirán? Hablamos con Tibbit para que nos detalle algunos secretos de la trama y sobre si ha costado que Bob Esponja saltara del mundo submarino de Nickelodeon para pisar por primera vez la arena de la playa y el mundo exterior en 3D.
Bob Esponja: Un héroe fuera del agua es la segunda película del personaje, pero la primera en 3D y CGI. Cuéntanos cómo ha sido la inmersión digital.
Cuando hicimos la primera película sobre Bob Esponja en 2004 ni nos planteamos el uso del 3D porque para entonces todavía no era una tecnología lo suficientemente desarrollada. Para la segunda, era un reto después de estar haciendo la serie durante tanto tiempo y estábamos algo nerviosos cuando nos planteamos acercarnos al formato porque no teníamos mucha experiencia con esta técnica. En realidad no es nuestro fuerte, así que contratamos a una empresa australiana, Iloura, para que nos ayudara y cuando vimos el primer test nos quedamos más tranquilos, porque nos pareció que iban por el camino adecuado. Sabían como manejar todo el proceso y nos hicieron todo mucho más fácil.
¿Estás satisfecho con el resultado?
Sí, de hecho creo que hemos conseguido lo que teníamos en la cabeza, o al menos ¡algo contrario a lo que temíamos! Una cosa que teníamos clara era que los personajes no tenían porqué no parecerse a cómo son en la serie. Me explico: se da la tendencia en muchas ocasiones en las películas basadas en dibujos animados televisivos, en Los Pitufos, por ejemplo, de dibujarlos de una manera más realista o diferente. Y nosotros queríamos ser muy fieles al espíritu de la serie, nuestro objetivo era que fueran como en la serie pero que al mismo tiempo tuvieran algo distinto. Estoy muy contento con el resultado. Obviamente, me hubiera gustado tener más tiempo para hacer las cosas mejor, pero todo el mundo ha hecho un gran trabajo y estoy muy entusiasmado.

¿Cuánto tiempo os ha tenido atrapados el proyecto?
Empezamos hace unos tres años, estuvimos poco tiempo trabajando el tratamiento y después tomamos un descanso bastante largo. En realidad han sido hemos estado con la película dos años y medio.
¡Qué rápidos!
Sí, pero estamos acostumbrados a este tipo de calendarios tan ajustados porque en televisión trabajamos a este ritmo. Así que, en realidad, este ritmo acelerado de trabajo, de escribir chistes, montar, es nuestro día a día. También creo que nos ha beneficiado mantener el mismo ritmo laboral que el que aplicamos al show, aunque hemos tenido baches en la producción.
¿Compaginasteis la serie y la película?
No, hicimos un hiato de dos años de la serie televisiva. Estuvimos trabajando en la serie mientras escribíamos el guión de la película, pero cuando nos metimos de lleno en el largometraje la dejamos. Se acabó más bien el proceso de escritura de la nueva temporada y en realidad hace un par de meses que hemos regresado a la tele para escribir la temporada nueva, la que será la décima. Como la película posee distintos formatos (el 3D, CGI, muñecos, stop-motion, la imagen “real”, etcétera), queríamos estar seguros de que todo saliese a la perfección, así que nos tomamos un descanso de la tele.
Habéis sufrido unos cuantos contratiempos con la producción y quería saber si eso ha provocado que el guitarrista Slash desapareciera del montaje final. Vemos un cameo del músico en el primer tráiler de la película.
En efecto, Slash no está en la película. Hizo un cameo en su momento. Nos lo pidió personalmente porque tanto él como su hija son muy fans de Bob Esponja. Rodamos su intervención, que es fantástica, pero finalmente no la incluimos porque hubo cosas de la película que cambiaron. Una pena que no esté en la cinta.
¿Qué os convenció de Antonio Banderas para ficharlo como el malo de la película?
Queríamos un villano y queríamos mantenernos alejados del típico estereotipo americano y como a todos nos gustaba Antonio -sobre todo desde que le vimos en Spy Kids- y sabíamos de su faceta cómica, nos pareció la mejor opción para interpretar al pirata. Antonio es muy divertido, se entrega muchísimo y hace interpretaciones muy físicas. En momentos me recordaba a Buster Keaton, por su expresividad corporal y porque es capaz de ser divertido sólo con los gestos de su cuerpo. Eso es algo difícil de encontrar en un actor americano. Creo que hace un gran trabajo.
¿Cuál es tu momento favorito de la película?
Hay muchos y nos divertimos mucho pensando en la idea de cómo la ausencia de Krabby Batty provocaba el caos social en Fondo de Bikini. De hecho, esa idea, la de enseñar Fondo de Bikini como un escenario post-apocalíptico fue el catalizador del filme, la primera idea que tuvimos. Y a partir de ahí empezamos a expandir la historia y es sin duda mi parte favorita de la historia. Aunque también me entusiasma mucho -y creo que uno de los grandes logros desde que trabajo con el personaje (es decir, desde 1999)- el tramo final de Bob Esponja: Un héroe fuera del agua, cuando tiene lugar la batalla final entre Bob Esponja, Patricio y los demás contra Antonio, cuando aparecen como superhéroes. Es algo tan nuevo para mi, tan distinto a lo que he hecho hasta ahora que me podría pasar horas viéndola repetidamente. Es la parte que más disfruto.

Bob Esponja es un personaje muy querido desde hace muchos años y su popularidad no decrece con el paso del tiempo. Más bien lo contrario. Como responsable de la cinta, ¿por qué crees que gusta tanto Bob?
Creo que lo que mantiene a Bob Esponja vivo es su optimismo, su inocencia casi infantil. Cuando te haces mayor dejas de lado todo eso, así que es agradable saber que hay un sitio en el mundo en el que las cosas se ven sencillas, divertidas. Cuando escribimos los guiones de la serie intentamos estar en contacto con esa faceta más infantil, más de niño; tratamos de reírnos como si fuéramos pequeños. Encarna la felicidad y de ahí su éxito, por eso la gente conecta con él en todas partes del mundo.
Hablando de esa felicidad absoluta que encarna Bob Esponja, en la película desveláis uno de los grandes secretos del personaje que tiene que ver con su estado de ánimo hipervitalista: enseñáis lo que hay dentro de su cerebro.
¡Sí! (risas) La secuencia en la nos adentramos en la cabeza de Bob es otra de las escenas que más nos gusta de la película. Intentamos hacer algo distinto, algo que no habíamos hecho antes y la idea de visualizar el cerebro de Bob Esponja como un terreno feliz, divertido, de chucherías y de azúcar, era algo que siempre queríamos haber filmado. Y, además, nos gustaba por oposición al otro gran personaje de la película, Plankton, que es más cínico, y por eso le horroriza ver un paisaje así. Es como si un adulto mirara la mente de un niño y no entendiera nada.
¿Veremos más veces a Bob Esponja por el cine?
Bueno, no lo sé. Creo que a todos nos gustaría repetir pero ahora mismo la tele nos llama porque hemos de terminar la décima temporada de la serie. Así que, en fin, volvemos a la rutina. El largometraje es otro tipo de experiencia, ya sólo por la propia duración de la película y por el formato, nos permite hacer otro tipo de chistes, alargar las tramas, cambiar cosas y probar otras nuevas. Sí por mi fuera, haría otra más.
Para finalizar y como llevas media vida junto a Bob Esponja, quería preguntarte qué significa para ti, a nivel personal.
Para mi, Bob Esponja es la manera que tengo para mantener viva mi faceta de niño, para intentar que no se apague esa pequeña llama que todavía no se ha extinguido. Cuando creces es muy fácil caer en el cinismo, en el miedo, en la apatía y Bob es todo lo contrario. Hay un montón de dibujos animados estupendos por ahí, con muchas referencias pop y más sofisticados, pero Bob Esponja siempre me recuerda, con su dulzura y su alegría, lo importante que es no olvidar el niño que uno tiene dentro. Si lo olvidas, créeme, estás acabado.
