Llegaron los Oscar y todos estábamos esperando ver cómo se defendía el presentador de este año, Neil Patrick Harris (Como conocí a vuestra madre), conduciendo los premios más importantes del cine.
El resultado: muchos se sienten decepcionados. El actor se quedaba demasiadas veces en chistes malos e interacciones algo incómodas que no hacían reír al auditorio. Nada que ver con el famoso selfie de Ellen Degeneres en la gala de 2014. La broma que parecía ser la guinda, un sobre cerrado en una caja vigilada por Octavia Spencer, ha sido un intento que apenas ha arrancado alguna sonrisa y tampoco ha sido demasiado sonado en Twitter.
Sin embargo, no todo ha sido malo. La gala se ha abierto con un número musical emocionante, una mezcla de sombras y efectos con algo de humor introducido por Jack Black. Una buena manera de empezar una gala que en conjunto no ha resultado todo lo dinámica que se esperaba, según un texto de The Guardian.
Otro buen 'gag': la parodia del presentador a una de las escenas de Birdman mezclada con detalles de Whiplash, en la que Patrick Harris aparecía en ropa interior recorriendo el 'backstage' y llegando hasta el escenario.
Como siempre, los actores han dado momentos para recordar: la petaca de Benedict Cumberbatch, los aplausos de Wes Anderson y la emoción de Oprah Winfrey al recoger un Oscar hecho con piezas de Lego dejan un buen recuerdo de la gala. Neil Patrick Harris ha tenido muy buenos momentos en cuanto a coreografías y algún que otro chiste. Sin embargo, en su conjunto no será un directo recordado por su grandeza.