Ganar 140 millones de euros te cambia la vida, pero a veces no de la forma que imaginamos. De eso trata Felices 140, la nueva película de Gracia Querejeta (15 años y un día) que se estrena este viernes 10 de abril en las salas españolas. Además, el filme cuenta con un reparto de lujo, encabezado por Maribel Verdú, con la que hemos podido charlar para conocer más detalles sobre la película.
¿El dinero da la felicidad?
El dinero no da la felicidad, pero desde luego las penas con dinero son más llevaderas. La felicidad va con la vida, cómo sepas gestionar todo con el carácter que tengas. Como decía Woody Allen: “El dinero no da la felicidad, pero la sensación es tan parecida que se necesitaría un especialista muy avezado para encontrar la diferencia” (Risas).
¿Qué compartes con tu personaje?
Comparto humildad, inocencia, y poco más. Elia es muy diferente a mí. Por ejemplo, es muy raro que yo luchase por alguien que ya no me quiere. No voy a rogar a nadie, perder mi orgullo y mi dignidad. Si mi antiguo novio aparece con una de 25 y se va a casar, no tengo nada que hacer. A Elia se le va la olla, no acepta un “no” por respuesta. Por otro lado, es mucho más serena y tranquila que yo, que soy como un fuego artificial. Ella es más sensata, hasta que se desboca. Quizá yo soy más pragmática.
Pero el papel era para ti.
Sí, pero aunque escriban un papel, no tiene que ser Maribel. Es como en 15 años y un día, donde Gracia también había escrito el papel para mí. Ella piensa que puede salir bien, aunque Elia no tenga nada que ver conmigo.
¿Qué aporta Gracia a sus películas?
Gracia hace un cine muy personal e intimista. Habla sobre los seres humanos por encima de todo, sus virtudes, sus miserias, sus miedos, sus preocupaciones. Relaciones entre madres, padres e hijos; entre amigos, entre el mundo adolescente que se le da tan bien. Sus películas tienen siempre un humor muy bestia; en este caso es un humor negro hasta el último momento, cuando todo se da la vuelta y se convierte en algo atroz. Pero con humor.
¿Cómo es el pasado de Elia?
No se puede decir. Digamos que hay una sorpresa importante que alude a eso. Gracias o por culpa de ese pasado, lo que hace Elia a medida que se desarrolla la película está condicionado en gran parte.
Después de tantas películas, ¿cómo te sientes?
Es cada vez peor. Ahora mismo, es como subir a un 8.000. Cada vez que me ofrecen un nuevo proyecto, tengo mucho más miedo que el anterior. Con una diferencia abismal. Antes me tiraba al vacío sin pensarlo, y ahora tengo que asegurarme bien e ir con cuidado porque me muero de miedo. Siempre pienso: “No voy a poder. Esto sí que no”. Al final puedo con todo, pero cada vez la responsabilidad es mayor y tengo la sensación de que se me va a exigir más. Que es un nuevo examen.
¿Algún proyecto especialmente difícil?
Cada proyecto es un reto y conlleva dificultades, pero también facilidades. Para mí, el trabajo a la hora de rodar no es complicado. Una vez elijo un proyecto, que es la parte difícil, empiezo a ensayar y ya no hay dificultad. Solo disfrute y tirarme con el director a la piscina. A saco. Ser suya, y a jugar.
¿Cómo se ha desarrollado el personaje de Elia?
Con Gracia se ensaya mucho, y para mí eso es vital. Yo soy carne de ensayos. Amo ensayar. En los ensayos se cambian diálogos, se encuentran los detalles, las aristas. Ahí es donde sale el personaje. Lo tienes escrito. Hay que interpretarlo con sentido común, con verdad, con honestidad, y dejarte llevar por el director. Pero según el actor o la actriz que tengas enfrente, creces de una manera abismal, y en esta película no puedo estar mejor rodeada. Tú le das al otro, el otro te da a ti, y eso es una gozada.
¿Qué aportan tus compañeros?
Generosidad por encima de todo. Son compañeros generosos y con mucho talento. Aportan esas dos cosas por los cuatro costados.
Pablo Iglesias dijo hace poco en Fotogramas que se quedaría encerrado contigo en un baño. ¿Qué te parece la idea?
¡También lo dijo Jon Sistiaga! Sólo puedo decir que tanto él como Pablo Iglesias tienen muy buen criterio. Les agradezco profundamente que quieran quedarse encerrados conmigo en el baño (Risas).