La colombiana afincada en España, Juana Acosta, protagoniza Tiempo sin aire, película dirigida por Andrés Luque Pérez y Samuel Martín Mateos, junto a los actores Félix Gómez, Adriana Ugarte y Carmelo Gómez. En ella se mete en la piel de una madre que quiere vengar la muerte de su hija, asesinada por paramilitares dentro del conflicto de las FARC. Al llegar a España para buscar al culpable de lo ocurrido se encuentra con Gonzalo, un psicólo que la ayudará a pasar página.
Hablamos con la actriz en la presentación de la película en Madrid para que nos contase su experiencia al rodar una historia tan dura que, como ella misma declara, le "toca personalmente".
Siendo colombiana, imagino que el hecho de que la película trate sobre el conflicto de las FARC te tocará muy de cerca
Sí, me toca personalmente porque soy colombiana y porque soy madre. Algo muy importante que me gusta decir es que hay que darle voz a las víctimas y, principalmente, a la mujer como víctima del conflicto armado. Creo que, para las víctimas, es reparador que se hable de ellas y en ese sentido el cine lo es. Me parecía que era una historia importante de contar. Es un personaje bien complejo. Complejo por el tema que toca, que es el tema de la venganza, y también porque habla del conflicto de mi país.
Mi personaje es una mujer que es incapaz de elaborar su duelo de una manera sana. A María le arrebatan a su hija de esa manera y se queda ciega, es como si no hubiera más allá. Ya no puede parar hasta que no ejecute la venganza. Sólo al final de la película, después de comprender que nada ni nadie le va a devolver a su hija, ni nada ni nadie le va a devolver ese aire que ella cree o fantasea que va a volver a tener después de ejecutar su venganza, ahí dice "creo que le voy a dar una oportunidad a la vida".
El personaje de María, a pesar de haber pasado por unas situaciones horribles, ella está muy contenida, ¿cómo conseguiste ese equilibrio?
Fue todo un trabajo que hicimos con los directores. Ellos siempre estuvieron muy empeñados en que el personaje lo llevara todo dentro, que fuera como tú lo dices, muy contenido. Para mí era muy interesante el trabajo porque tiene que ver con cómo cuentas demasiadas cosas con muy poco y me parecía interesante. Me daba mucho miedo pensar que no iba a ser suficiente, que no se iba a entender lo que le pasa a esta mujer. Me daba miedo quedarme corta. Viendo el trabajo, creo que han estado muy acertados los directores porque ya de por sí es tan dramática la situación que si eso además se subraya con actuaciones excesivamente explícitas o subrayadas, hubiera perdido fuerza lo que se está contando.
¿Tuviste algún ejemplo que te ayudase?
Tuve testimonios de muchas mujeres violadas. Tengo una buena amiga que es corresponsal en Francia y que está haciendo un documental sobre las mujeres violadas dentro del marco del conflicto. Me pasó varios testimonios que para mí fueron muy impresionantes porque era escuchar la propia voz de mujeres violadas lo que les había pasado y lo que había representado en sus vidas. Ha sido una de las cosas que más me ha tocado. También me ayudó una amiga psicóloga que trabaja en Derechos Humanos con las mujeres del conflicto y me pasó varios testimonios que me ayudaron a comprender el dolor, el desgarro y el horror que significa para ellas vivir una situación tan dura.
María tenía el contrapunto de Gonzalo, que es todo lo opuesto a ella ¿cómo fue tu relación con Carmelo?
Maravillosa. A Carmelo le admiro muchísimo, tenía muchas ganas de trabajar con él. Los dos somos muy trabajadores y, como nos gusta mucho toda la parte de preparación de los personajes, ensayamos mucho. Cuando llegamos al rodaje, teníamos todas las decisiones tomadas, llegamos con nuestro trabajo hecho. Estoy muy contenta con el resultado del trabajo que tiene que ver con nuestra relación porque es muy difícil, muy atípica. Yo digo que esto es una historia de amor que empieza al final de la película. María es incapaz de verlo, ella se deja ayudar porque tiene un hombre bueno que la ayuda. Yo a veces pienso qué sería de María si no se llega a encontrar a Gonzalo.
¿Qué opinas de la imagen de Colombia que aparece en la mayoría de películas, a menudo ligada al narcotráfico?
Ha habido un abuso de las historias de los narcos y parece que es el único tema que hay, pero no estoy de acuerdo, creo que van surgiendo más historias que no tienen que ver con el marco del conflicto. También te digo que me parece que son necesarias, por lo que te decía de que para las víctimas es importante que se hable de lo que ha pasado y que haya una voz para ellas. Pero, por ejemplo, el año pasado rodé una película colombiano-francesa, titulada Anna, que se estrenará este año y que no tiene nada que ver con esto. Es la historia de una madre bipolar con su niño de 9 años. La gente ya está cansada de que se hable de eso, pero tampoco podemos tapar el sol con una mano. La cinematografía de los países cuenta lo que ocurre en ellos.