El primer largometraje de Daniel Guzmán, A cambio de nada, es una película personal que le ha costado diez años sacarla a la luz y el próximo 8 de mayo se estrena en los cines españoles. Cuenta la historia de Darío, un adolescente que, junto a su amigo Luismi, huye de su familia y de su hogar, lugar donde vive un auténtico infierno, buscando algo mejor. Tres generaciones se encuentran en la ciudad de Madrid, demasiado grande para estar solos. En SensaCine hemos hablado con el joven director para conocer más sobre esta película que tanto esfuerzo ha costado.
¿Cómo ha sido el recibimiento de la película en el Festival de Málaga?
Ni en mis mejores pensamientos he podido imaginar hasta dónde podíamos llegar con la película, nunca habría adivinado lo que está pasando. Lo que hemos vivido en Málaga es muy emocionante, sobre todo a nivel personal, pero también a nivel profesional, el hecho de que coincidan la crítica, la prensa y el jurado... Han sido diez años en los que he dejado un poco de lado mi vida por esta película. Esa carga emocional y esa presión que tengo hacen que todo se sobredimensione más. Me ha sobrepasado tanto que no soy consciente. Cada día soy más feliz, porque ha habido un proceso, el primer día que me dijeron lo de Málaga ni sentía ni padecía, no podía expresar mis emociones con palabras.
¿Por qué has decidido contar parte de tu vida en A cambio de nada?
Creo que es un material importante para empatizar con el público, que hables de lo que conoces y lo que sabes. El narrar experiencias que yo he vivido me viene muy bien para intentar emocionar y conectar con los espectadores. Hay una parte autobiográfica muy importante, no lo niego, pero no digo lo que es mi vida y lo que no, que cada uno lo intuya. Podría hacer varias películas para lo bueno y lo menos bueno, hay mucho más detrás.
¿Ha sido complicado sacar este proyecto adelante?
Sacar una película es muy difícil, en este país es complicadísimo. Es el país equivocado para hacer cine. Lo de este proyecto ha sido muy complicado, primero porque son diez años de mi vida, segundo porque pensaba que me iba a costar menos escribir esta historia, dado que hablo de mí mismo pero hay cosas que tapo. Y luego está el problema de conseguir la financiación, ya que al no tener una televisión, a priori, y no tener el porcentaje del ministerio es complicado, y ya si a eso le unes que el contexto social y económico en el que estábamos... Ha sido el peor momento porque a mí me ha pillado la crisis más brutal que he vivido nunca, se iba juntando todo. Cada cosa mala que podía pasar, pasaba y llegó un punto en el que veía que este proyecto no salía. Se me ha caído durante dos años y medio, casi tres, porque sólo podía rodar la película en verano y cada verano se me caía para el siguiente. Luego sí que es verdad que han aparecido Televisión Española, Canal+, Telefónica Studios, Canal Sur… y estoy súper agradecido a ellos porque han creído en la película. Además, que haya entrado Warner para mí era algo impensable con este tipo de cinta, pero han creído en ella y ahora estoy súper contento.
¿Cómo ha sido trabajar con tu abuela?
Es una parte fundamental porque dentro de la película mi abuela ocupa el lugar de esa anciana. Esa relación intergeneracional entre un niño y una anciana me parece súper rico, para mostrar cómo la figura de los abuelos es importantísima e indispensable en nuestra sociedad. No quería quedarme sólo en sueños de la adolescencia, mi idea era ir un poco más allá y hablar de otras generaciones y no había nadie mejor que mi abuela para hacer lo que yo quería, para transmitir esa verdad, autenticidad y emocionalidad que ella transmite y ese sentido del humor. Lo tenía claro desde la primera letra, sabía que mi abuela iba a estar.
¿Cómo ha sido? Pues muy emocionante. Es un homenaje para ella, así que no te puedo explicar cómo lo está viviendo. Es la felicidad absoluta, es materializar un sueño que yo tenía desde siempre y sabía que ella iba a funcionar en la pantalla. Si mi abuela y yo ya estábamos totalmente unidos, esto lo aumenta a una nueva dimensión que es la felicidad absoluta de poder trabajar con ella y ver como el equipo disfrutaba. Y luego el haber vividoel Festival de Málaga es demasiado, no te puedo expresar la felicidad que siento.
¿Cómo te has visto como director?
He disfrutado muchísimo, me lo he pasado muy bien. Soy muy cabezón, muy pesado, muy obstinado hasta que no consigo lo que quiero y seguro que saturo muchísimo a todos, pero he disfrutado, sobre todo dirigiendo a los actores, eso es lo que más me gusta. Es verdad que es muy duro, con los chicos he estado cuatro meses, con mi abuela hemos tenido que trabajar mucho, pero es tan bonito el proceso de trabajo que ahí ya estás encontrando el resultado. Es lo más gratificante, me apasiona dirigir.
¿Tienes en mente algún proyecto para el futuro?
Tengo muchas ganas de escribir y estoy preparando el guion para otra película. Es una cinta muy canalla, una comedia muy radical de un anti-héroe, un tipo que lleva viviendo cuarenta y cinco años del cuento. Es una historia en parte autobiográfica, porque habla de un amigo mío, así que lo único que tengo que hacer es estructurarla. Vamos a disfrutar mucho escribiendo el guion juntos. Voy a intentar disfrutar del proceso hasta el momento de preocuparse por la financiación y hasta el rodaje, porque me gusta mucho.