Ya se ha abierto el telón. Los nueve miembros del Jurado del 68 Festival de Cannes, que tienen en sus manos emitir el veredicto del palmarés de aquí a diez días, ya están todos en la Croisette. En multitudinaria rueda de prensa, han dicho algunas palabras bajo la habitual prudencia que requiere la situación, cuando todavía no han visto ninguna de las 19 películas a competición (toca a tres y cuatro películas por día). El cotarro empieza realmente mañana con la proyección de la película del japonés Hirokazu Kore-eda. Y luego Mateo Garrone, y Nanni Moretti, y Todd Haynes, y Gus Van Sant… Desde luego, no lo tendrán fácil.
El jurado lo presiden los hermanos Joel y Ethan Coen, quienes han comentado que cuando les invitaron a ocupar tal honor aceptaron por una cuestión de timming: “No estábamos liados con ninguna película, y era una oportunidad de venir al festival y de hecho ver películas, que es algo que no hemos tenido oportunidad de hacer cuando hemos venido aquí en otras ocasiones”. Antes de bromear con la posibilidad de que el jurado probablemente se divida entre “el grupo Joel y el grupo Ethan”, Jake Gyllenhal se mostró “entusiasmado ante la posibilidad de ver algunas películas antes que nadie en el mundo –“y además gratis”, puntualizó Ethan Coen–, y escuchar las opiniones del resto del jurado, a quienes respeto enormemente. Creo que será fantástico”.
El sanedrín lo conforman los también cineastas Guillermo del Toro y Xavier Dolan (ganador el año pasado precisamente del Premio del Jurado con Mommy), y los intérpretes Sienna Miller, Jake Gyllenhal, Sophie Marceau (aunque también ha dirigido), Rossy de Palma y Rokia Traoré. Como es habitual en un festival que tiene un ojo puesto en el cine de autor y el otro en la alfombra roja, se trata de un plantel de lujo bajo cuyo criterio se decidirá la Palma de Oro y demás premios de la Sección Oficial. Junto a Fernando León y la cortometrajista Elena López Riera en la Quincena, la actriz almodovariana es una de las contadísimas presencias españolas este año en el festival galo. De Palma, con vestido naranja y una enorme flor en la cabeza –“un icono del cine español y europeo”, según la presentación de rigor–, recordó a Anna Magnani y a Ingrid Bergman, a quien siempre ha asociado al Festival de Cannes, y aseguró que la invitación fue una enorme sopresa para ella: “Ya hubiera sido un honor estar de jurado en Un Certain Regard o en la Quincena, pero en la sección a concurso es un sueño”.
Para Guillermo del Toro, su participación en el jurado es “una oportunidad que se presenta muy pocas veces en la vida”, y viene dispuesto a aprovecharla. “Sé lo que significa estar en competición –añadió–. Cuando mi primer película Cronos estuvo en Cannes me cambió la vida, pero sé que estoy aquí no como un juez, sino como un espectador que dirá lo que le gusta y lo que no. Sé que nos tomaremos muy en serio el trabajo, pero al final todo se reduce a que a algunos espectadores les gusta Cinema Paradiso y otros La naranja mecánica. Creo que vengo sobre todo a aprender”. En la misma línea, Dolan sostuvo que empezarba a rodar su próxima película en doce días, y que no puede “imaginar mejor laboratorio de ideas, ni nada más inspirador que tener la oportunidad de debatir con toda esta gente sobre cine.”
Sophie Marceau recordó que en su oficio no tiene muchas oportunidades de ver películas, “y aquí he venido solo a eso y a debatir sobre ellas, que siempre me apasiona”. Sienna Miller añadió que esta es su primera vez en el Festival de Cannes y que “no puedo esperar más para empezar a ver las películas que nos esperan, que seguro que serán sorprendentes”. Nosotros también lo esperamos.