Johnny Depp se encuentra desde hace unas semanas en Australia grabando la que sería la quinta entrega de la producción Piratas del Caribe, y últimamente su viaje está dando de qué hablar. Volver a encarnar a Jack Sparrow no es suficiente motivo para llamar la atención de Barnabay Joice, el actual ministro de agricultura australiano, pero la existencia de sus dos Yorkshire Terriers sí lo es. Además, en un último giro de la polémica, el también actor de Black Mass podría incluso ir a la cárcel.
“Si dejamos que las estrellas de cine – aunque sea considerado el hombre más sexy del mundo dos veces – entren a nuestra nación (con mascotas) entonces, ¿por qué no puede romper las reglas todo el mundo? El señor Depp tendrá que llevar de vuelta a sus mascotas a California o tendremos que practicar la eutanasia. Es el momento de que Pistol y Boo sean devueltos a Estados Unidos”, ha explicado Joice a los medios.
Si hace un par de semanas el actor fue advertido por las autoridades australianas de que sus perros debían regresar a América, ahora debe pagar 265,000 dólares o podría ser sentenciado a 10 años de cárcel por introducir ilegalmente animales en el país. Pistol y Boo han roto, sin quererlo ni saberlo, las estrictas leyes de cuarentena de Australia y ahora su dueño parece estar en serios problemas.
De momento, el rodaje de Piratas del Caribe: Dead Men Tells No Tales no ha sido detenido por este incidente y su estreno sigue programado para el 7 de julio de 2017. En ella, Jack Sparrow tendrá que enfrentarse a nuevos problemas provocados por el capitán Salazar, interpretado por Javier Bardem.