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Frank Miller es uno de los escritores de comic más conocidos y apreciados, y cuenta en su haber con varias novelas gráficas sobre el Caballero Oscuro, por lo que no es de extrañar que cuando Warner acudió a Darren Aronofsky para que llevase las riendas de la nueva cinta de Batman, este recurriera a Miller.
En concreto, Aronofsky era un gran fan de la novela Batman: Year One y quería adaptarla a la gran pantalla. Este comic se centra en el personaje de Jim Gordon como un joven policía que debe luchar contra la corrupción y el crimen organizado que campan a sus anchas por las calles de Gotham.
En lo que respecta a Bruce Wayne, esta película narra como el joven había rechazado su fortuna y su herencia hasta que fuese capaz de demostrar su valía, una vez que lo consiguió, usó el dinero para convertirse en Batman viajando mucho y estudiando cada tipo de artes marciales que existen. Al mismo tiempo, Gordon debe equilibrar su vida personal y profesional, ya que le han pedido que detenga al vigilante que está protegiendo la ciudad, que no es otro que el recién llegado Wayne. Poco después el superhéroe salva a su hijo, y Gordon se convierte en su aliado y amigo.
Este guion fue rechazado debido a la gran cantidad de violencia que la compone, lo que la situaría dentro de las no aptas para menores de 18 años y el estudio estaba buscando algo para toda la familia. En 2002, Warner rompió relaciones con Aronofsky y Miller, quien ha señalado no tener rencillas ni sentirse mal, al fin y al cabo al poco tiempo consiguió el éxito con Sin City.