El complejo proceso creativo se desarrolló durante años en las oficinas de Pixar, lugar en el que dibujos, pizarras, hojas y ordenadores llenaban de información el edificio sobre las distintas posibilidades y caminos que podía recorrer la película. El director y el productor de Del revés (inside Out) explicaban que el visto bueno de John Lasseter para comenzar a crear una cinta no es tan sencillo de obtener. Para que el proyecto funcionara, el equipo debía presentar cada 3 meses una muestra de la historia de la película al completo ante una sala llena de disintos trabajadores de Pixar, entre los que se incluían desde directores y guionistas a cocineras y camareros. Estos daban sus opiniones y ayudaban a cambiar el rumbo de la película y a modificar todos los errores del guion.
Una vez que el guion fue terminado, el equipo comenzaba con el proceso creativo más complejo: la creación de los personajes en 3D y todos los detalles de animación que compondrían la cinta. Ambos aconsejaban durante la masterclass que los detalles se deben "repetir, repetir y repetir" tantas veces como sea necesario para que la película sea perfecta.