Hay muchos actores que se sacrifican para sus papeles en el cine -y si no, que se lo digan a Channing Tatum-, pero Michael Fassbender lo pasó especialmente mal mientras rodaba la película de terror Eden Lake. En ella interpreta al novio de una pareja cuyos planes de pasar un fin de semana tranquilo en el campo se rompen cuando un grupo de jóvenes violentos les convierte en su entretenimiento.
Según cuenta el director James Watkins, Michael "es un actor muy comprometido [...], apasionado e increíblemente generoso", por eso no dudó en pasar largas horas metido en el barro en un ambiente extremadamente frío mientras rodaban una secuencia: "Había una escena de tortura que le obligaba a sentarse en el barro durante tres días. Quiero decir, teníamos que grabar desde todos los ángulos y tardamos una eternidad".
El cineasta también destaca la personalidad de su protagonista: "Incluso cuando estaba fuera de cámara, seguía actuando y ayudando a los niños (algunos de los cuales no tenían experiencia actuando) a conseguir la intensidad que necesitaban. Es un hombre encantador y muy generoso".