El estadounidense John Hinkley Jr intentó asesinar al presidente Ronald Reagan para impresionar a Jodie Foster, la actriz que interpreta a una joven prostituta en la película. Hinkley declaró que el personaje le había dicho que lo hiciese. Fue declarado no culpable ya que sufría una enfermedad mental y ha estado bajo atención siquiátrica desde entonces.
El cine tiene una enorme incluencia en los espectadores y, lamentablemente en estos casos, provocó trágicos sucesos.