El cine se cruzó en la vida de Mia Hansen-Løve (París, Francia, 1981) cuando sólo tenía 18 años. Olivier Assayas (Viaje a Sils Maria) la escogió como actriz para su película Finales de agosto, principios de septiembre y después para Les destinées sentimentales. Juntos empezaron una relación sentimental y, después de trabajar para Les Cahiers du Cinéma, se lanzó a dirigir y descubrió que había nacido para ello. Así llegaron el corto Après mûre réflexion (2004), Tout est pardonné (2007), Le père de mes enfants (2009), Un amour de jeunesse (2011) y Eden (2014) que, tras exhibirse en el pasado Festival de San Sebastián, se estrena este viernes 18 de septiembre. En junio de este año empezó a rodar Things to Come (2016), su nueva cinta con Isabelle Huppert.
Ambientada a principios de los 90, cuando Hansen-Løve apenas tenía 11 años, Eden gira en torno a la prosperidad de la música electrónica francesa. Paul Vallée (Félix de Givry) es un DJ que da sus primeros pasos en la noche parisina y que, con su mejor amigo, crea un dúo llamado Cheers. Poco a poco empezarán a encontrar su público, tocarán en los clubes más exclusivos de París y de ahí al resto del mundo. Este será el comienzo de un ascenso vertiginoso, eufórico y, por definición, efímero. La historia de Paul está inspirada en la vida de Sven, su hermano mayor, que ha co-escrito el guion. En esta entrevista, la directora francesa nos habla de lo difícil que fue llevarla al cine, de su juventud, de su hermano y de una posible continuación.
Con Eden, ¿querías contar una historia sobre éxitos y fracasos?
Creo que quería hablar de mi hermano, hacer un retrato sobre él, y pensé que a través de él podía hablar de mi generación y de cuando yo empecé. Cuando hice la película, no tenía ninguna idea preconcebida sobre la estructura y sobre aquello de lo que iba a tratar. Sí que sabía que quería hablar sobre mi generación y captar su espíritu, su energía... Pero después, a medida que avanzaba en el guion, acabé dándome cuenta de que era una película sobre éxitos y fracasos. Pero me di cuenta de ello poco a poco. Nunca intenté hacerlo todavía más obvio. Cuando [Paul] fracasa no es algo espectacular. Podía haber sido peor; podía haber acabado en el hospital, o podía haber muerto. Ya hay muchas películas así y a mí me interesaba más hacerlo de un modo distinto.
Hablas de "tu" generación pero apenas tenías 11 años en el momento que comienza la película...
Nací en 1981 y eso significa que tenía 20 años durante los atentados del 11-S. Y creo que eso es algo especial. Para mí, el 11-S fue un punto de inflexión, un momento en el que todos cambiamos. Y cuando digo "mi" generación, me refiero a lo que significó para mí tener 15 años en 1996 con toda esa euforia, 20 en 2001 y 25 en 2006. En los primeros años que trata la película, de 1990 a 1994, yo tenía eso: 11, 12, 13 años.
¿No eras demasiado joven?
Era muy joven y esa fue la razón por la que decidí empezar a escribir con mi hermano. No sabía demasiado sobre esa época. Pero después, empecé a salir bastante pronto. Mi hermano era DJ y eso nos permitía a mí y a mis amigos ir a todas partes; meternos en bares, bares que después se convirtieron en clubes nocturnos... Sobre los primeros años no sabía casi nada y por eso hablé con él. Le entrevisté en casa y llené libretas y libretas. Le hice preguntas sobre cómo empezó todo, qué, cuándo... Fue una experiencia de lo más sencilla y poco a poco le fui pidiendo que me escribiera cosas, escenas... Eso cambió mi estilo y consiguió que hiciera algo completamente nuevo. Él confiaba en mí y cada vez fue incolucrándose más y más.
¿Crees que la película, al tratar sobre el mundo de la música, es para un público más pequeño?
Es curioso porque siempre he estado convencida de lo contrario. Porque creo que los temas que trata son muy importantes para mi generación. Fue muy complicado conseguir financiación para hacerla pero, si conseguía hacerla, siempre pensé que perdería a una parte de mi público; en parte por la música, y también porque algunos incluso pensarán que esto no es música. "¿Qué es esta música? Esto no es música. Es ruido". ¿Sabes a lo que me refiero? Puede que los pierda, pero también creo que no había ninguna película sobre música House y es muy importante, en Francia y en el resto del mundo... Música electrónica, House... No la música 'Garage'. La 'Garage' es demasiado 'underground' pero era una forma de hablar de estas personas. Tenía que elegir un tipo de música y elegí aquella sobre la que sabía más y con la que he tenido una relación más íntima. Pienso que la película puede interesar a gente de 30-40 años y también a jóvenes a los que les gusta este mundo.
¿Cómo definirías a la juventud de los 90 en comparación con la de ahora?
Por supuesto, sería una generalización y sólo puedo hablarte desde mi punto de vista. Para mí era muy sorprendente que a la gente de aquella época no le preocupaba exclusivamente el dinero... Había, claro que había, pero también había gente que estaba enamorada de ese mundo, de la música, y a la que le interesaba la diversión. No ganaban demasiado dinero y el dinero desaparecía tan rápido como aparecía. Puedes decir que eran irresponsables. No pensaban en el futuro y, sin duda, tuvieron que pagar un precio por ello años después. Y, aún así, había una belleza en todo eso. No estoy diciendo que sea un buen consejo para la gente joven de ahora. Tampoco soy la más adecuada para dar consejos... Sólo digo que había belleza e inocencia en ello.
¿Se ha acabado la diversión?
Estoy seguro de que la hay. Y no quiero sonar como esa gente mayor que dice: "Mis tiempos eran mejores". Pero sí que creo que había algo especial en esos años que ya no existe, o al menos de la misma manera.
En la película hay referencias a Showgirls, Roberto Bolaño... ¿Cómo las elegiste?
Porque fueron partes importantes de nuestra vida. Bolaño, por ejemplo, es el escritor favorito de mi hermano. No tenía ningún sentido cambiar las referencias y preferí acudir a la fuente principal. Showgirls ha sido un chiste recurrente entre mi hermano y yo. Tenía un amigo al que le encantaba y siempre nos hemos reído sobre ello y sobre su obsesión. Porque para él representa una de las obras maestras de los 90. Lo divertido fue que, durante el Festival de Cine de Toronto, conocí a un crítico [Adam Nayman] que no sabía nada sobre mi película y que me empezó a contar que estaba escribiendo un libro titulado It Doesn't Suck: Showgirls. Y es una locura porque en mi película hay una escena que utiliza los mismos argumentos para defenderla. Me dijo: "¿En serio?". Me acabó pidiendo que le mandara la escena, lo hice y se convirtió en el primer capítulo de su libro.
¿Cómo está tu hermano Sven ahora?
Si contesto a esa pregunta, te daré demasiada información sobre su paradero. Ha empezado a estudiar de nuevo. Está haciendo un master en Literatura; no exactamente, pero sí para convertirse en escritor. Le llevan publicando relatos cortos durante dos años y ha empezado una nueva vida. También quiere ser profesor. Sigue estando sensible y en bancarrota, pero no creo que piense igual de mal sobre su pasado ahora que hemos escrito sobre él. Espero que haber vivido esta aventura extraordinaria haya cambiado su historia. No digo que todos sus problemas se hayan terminado. Pero sí que la película sea el comienzo de una nueva vida.
¿Harías más películas sobre tu hermano? ¿Con Paul como profesor?
Podría pasar. Me inspiro tanto en la gente que me rodea y en mi propia vida, que no me sorprendería si acabara haciendo una película que, de alguna forma, fuera una segunda parte de Eden. De hecho, hace un par de años, una chica tenía un plan para un proyecto titulado Musique De Notre Temps. La idea consistía en cinco películas cortas con cinco realizadores diferentes. Y yo escribí una especie de epílogo de Eden. No era sobre mi hermano como profesor, pero sí sobre él en la actualidad. Como un nuevo capítulo. Desafortunadamente, no creo que salga adelante. Pero disfruté muchísimo escribiendo el corto. Eran 25 minutos, así que no era tan corto. Se titulaba Sound of Silence y me da mucha rabia que no vaya a poder rodarlo. También he pensado que podría hacer una saga sobre el tema y todo pero, para serte sincera, no lo haré. No creo que sea una buena idea. Cuando haces algo y crees que está bien, siempre quieres hacerlo otra vez. Pero no creo que deba hacerlo.