Una de las escenas más recordadas de la película de 2002 sobre Spider-Man, es cuando los protagonistas, Tobey Maguire y Kirsten Dunst se besan bajo la lluvia. Pese al gran romanticisimo que desprende esta escena, con un Spiderman colgado boca abajo y la cara parcialmente descubierta, el actor era reacio a interpretarla porque sabía que sería una experiencia desagradable por varias razones, como estar boca abajo durante un largo período de tiempo y que se le metiera el agua de la lluvia dentro de la nariz, tal y como explicó al The Vancouver Sun en 2014.
