Este viernes llega a los Cines Verdi de Barcelona y Los Golem de Madrid una historia como pocas, No estamos solos. Una cinta dirigida por Pere Joan Ventura, y producida por Pere Portabella y El Gran Wyoming. Juntos han recogido diferentes historias, personales y grupales, sobre algunos de los movimientos sociales más relevantes de los últimos años, desde la Marea Blanca a la PAH, pasando por La Solfónica o las Comadres de Gijón.
En SensaCine hemos tenido la oportunidad de charlar con Pere Joan Ventura y El Gran Wyoming sobre este interesante proyecto que pretende retratar sin filtros la realidad de España, y que parte de un libro escrito en 2013 por el segundo.
¿Cómo habéis vivido la experiencia de presentar la película en el Festival de San Sebastián?
Pere Joan Ventura: En parte fue una sorpresa para nosotros. La Comisión de Selección del Festival estuvo en Barcelona viendo películas, les gustó mucho No estamos solos y nos dijeron que la llevarían al Festival. Pero no nos concretaron en qué sección iba a estar. Finalmente nos llamaron para decirnos que estaríamos en la Sección Oficial pero fuera de concurso. Para nosotros esto fue una ventana que se nos abre estupenda para promocionar la película.
El Gran Wyoming: Yo quiero hacer constatar que hubo un periódico que protestó, El Diario Vasco. Hicieron una crítica en la que ponía a la película bien, pero al lado había una columna en la que se preguntaban qué hacía esa película en la Sección Oficial de San Sebastián, que era un selfie de Podemos. En realidad protestó por el contenido. No les gusta que la gente tenga voz.
PJV: La alfombra roja de San Sebastián la compartimos con mucha gente de los colectivos. Estaba los iaioflautas, estaba la PAH de San Sebastián, que el día anterior había conseguido en el pleno municipal se declarara a la ciudad libre de desahucios.
EGW: Por cierto ningún medio dijo nada.
PJV: Ha salido indirectamente por parte de nosotros. La gente nos expresaba mucho, vimos que la reacción había sido estupenda.
EGW: Una mujer de la PAH de San Sebastián nos contó que ese día que se había declarado San Sebastián ciudad libre de desahucios, fíjate la importancia que tiene esto, que esto es Ada Colau, es Manuela Carmena, es San Sebastián que en un solo día paran los desahucios. Hay partidos que llevan 20 años ahí, ¿qué están haciendo?, ¿trabajando en ello? En el fondo nos toman el pelo, hacen que hacen, pero no están haciendo absolutamente nada.
Nos contó también que El Diario Vasco publicó una doble página sobre esa sesión del pleno de San Sebastián, y no hablaba de eso que era la decisión más importante que se había tomado. Para que te hagas una idea de hasta qué punto se invisibiliza a estos colectivos y las cosas que consiguen. Que parece que la lucha no ha ido a ningún lado, que no se hace nada, que está muerto o ha envejecido. Pero están activos, pero las cosas que hacen no aparecen.
¿Creéis que la película puede cambiar la visión que parte de la sociedad tiene sobre estos movimientos sociales?
PJV: Puede ayudar a que se incorpore más gente. Que la gente vea que el hecho de salir a la calle, de protestar, no es un hecho delictivo -bueno ahora con la Ley Mordaza casi, nos lo ponen muy mal-. Queríamos enseñar que está muy bien que el activismo imaginativo y creativo tiene aspectos que hacen que te lo pases bien, no hay que dramatizar el hecho de protestar y reflejar una indignación generalizada. Hemos querido enseñar un panorama amplio, la globalidad del estado español y cómo se va extendiendo la protesta por todo el estado.
EGW: La película abarca mucho, porque es un amplio espectro de los movimientos sociales, y en hora y veinte no puede profundizar. Entonces el libro es un complemento en la que hay algunos personajes que no están en la película, como Marina Garcés, u otros muy interesantes tienen más espacio, una entrevista más en profundidad donde se explayan y cuentan cómo es su movimiento, dónde surge, las acciones, etcétera.
¿Qué dificultades habéis encontrado al hacer el proyecto?
EGW: Económicas
PJV: Ha sido un proceso que ha durado un año y que ha ido poco a poco. Por ejemplo, no hemos ido a un lugar a rodar sin antes haber hablado con los responsables. En el caso de La Solfónica, asistí a una asamblea de ellos, les expliqué el proyecto, y la asamblea votó a favor de colaborar con la película. Ese es el camino que hemos seguido con los diferentes colectivos. No es una cámara lejana, aunque la intención sí era esa. Hemos querido crear una mirada, estamos y exponemos o enseñamos de alguna manera con la voluntad de amplificar, de ser nosotros los que amplificamos a los que habitualmente no tienen voz.
Hay casos como el de Ada Colau que pasó de ser una de las fundadoras de la PAH a erigirse como alcaldesa de Barcelona, ¿qué opinión tenéis de este tipo de cambios?
EGW: Por un lado, ella dijo que no se iba a dedicar a la política, y al final es alcaldesa. Pero ojalá el mundo de la gestión pública estuviera en manos de gente así. Tengo fe en la honradez de esta persona, que ya la sitúo en una minoría. En segundo lugar, en el caso de Ada Colau y Manuela Carmena, aunque los medios de comunicación se empeñen en no reflejarlo, han hecho más en estos cien días, que por lo visto no han hecho nada, que otras personas en toda su vida política.
Me parece muy interesante que ocurra esto con los movimientos sociales. Aquí hay una doble lectura que siempre es hipócrita, ocurre ahora y ocurrió con el movimiento del País Vasco, abertzale, que decían: "Que dejen la kale borroka y si quieren que participen en las instituciones como hacemos todos". Pero cuando se presentan en democracia dicen que no, y hace una ley de partidos para intentar prohibirlos. Aquí ha ocurrido lo mismo: "El 15M es una algarada de gentuza que se pone en la calle, si quieren que se cojan el cauce". Entonces cogen el cauce y se presentan como coalición y tampoco vale. Me parece muy bien que haya alguna opción diferente a la de los partidos políticos que son una institución vertical donde uno puede echar una solicitud como si fuera un buzón de correos y va a la basura. Ellos decide, porque para eso son líderes, cómo hay que arreglar el mundo. Pero si hay una alternativa que consiste en que los ciudadanos proponen cosas para que se hagan, porque consideran que así ellos van a vivir mejor, bienvenida sea, y ojalá sea mayoritaria.
¿Qué sentís al ver triunfos como el de La Corrala?
PJV: Constatar que las luchas son útiles y sirven. De esto tenemos muchas pruebas, tanto con cosas como la PAH como por muchos otros. Al 15M se le dio por muerto al año: "Ha sido una hoguera de un minuto y ya se le dio por muerta". Pero la experiencia de la película nos ha hecho ver en todo el recorrido que el 15M es una referencia constante, que muchos de los elementos que han salido, provienen de este colectivo. Las luchas siempre son útiles, no hay que darlas por perdidas. Y ya estamos viendo, en Barcelona, Ada Colau; en Madrid, Manuela Carmena,... Es abrir otras perspectivas y caminos.
También es importante una cosa. Ahora estamos casi en periodo electoral, pero no podemos reducir esto a que la gente tiene que votar cada cuatro años, y ya está. La gente, como dice el historiador Josep Fotana, las cosas se pueden cambiar desde los barrios, desde las asociaciones de vecinos, desde los colectivos más diversos,... pero hay que currárselo. Luego la gente no es consciente de la fuerza que tiene. Si ahora pusiéramos dos millones de personas a la puerta del Congreso de los Diputados, a lo mejor se podrían replantear algunas cosas.
La sociedad actual está viviendo un momento de cambio único, ¿cuándo creéis que va a terminar?
EGW: Esto es un ejemplo que se está siguiendo con mucha atención en todo el mundo. En Europa están con los ojos muy abiertos, el movimiento 15M ha dado la vuelta al mundo como tal. La referencia es ese y no otros, el de Wall Street y todos que se han hecho. Lo enterraron hace mucho, y resulta que no es verdad. Comenzó como un movimiento de gente muy joven, pero ahora se está asesorando y otras personas mayores están contribuyendo. Esta gente que veía que el mundo de los partidos políticos era un mundo cerrado que había dado la espalda al ciudadano y que estaban haciendo dejación de funciones, entonces pensaron en hacer las cosas planteando una democracia real.
¿A dónde nos va al llevar? Pues es la pregunta del millón. De entrada, los medios de comunicación tradicionales se encargan de demonizar y de envejecer. Al final la edad del retratado no depende del posa si no del que retrata. Aquí tenemos ejemplos gloriosos de personas que son más jóvenes que sus propias hijas. Y sin embargo, hay ejemplos de personas que son mucho más viejas de lo que son en realidad, y esto es porque los medios se encargan. Y a estos movimientos sociales les han hecho envejecer de forma brutal. A la gente la han hecho creer que tiene dos siglos cuando todavía no han nacido.