Había ganas entre el respetable de Sitges de hincarle el diente al éxito alemán del año, Victoria, tras arrasar en los premios Lola (donde se alzó con el galardón a la Mejor Película y Mejor Director, entre otros). Y no ha defraudado para nada, a pesar de que ha sido proyectada a poco más de las ocho de la mañana. El realizador Sebastian Schipper nos cuenta, mediante un impecable plano secuencia (la mejor forma de dejar en evidencia el Birdman de Iñárritu, y con menos medios), las peripecias de una joven española en la noche berlinesa. Lo que comienza como una sencilla escapada nocturna en la capital germana, poco a poco se va tornando en “una serie de catastróficas desdichas”, cuando la joven conoce a unos chicos malos y pasar lo que queda de noche con ellos. La cinta va cogiendo de tintes de thriller malrollero, cuando entran en escena unos mafiosos y los protagonistas se ven envueltos en un atraco, hasta desatarse una tormenta final que nos ha dejado a todos pegados a la butaca. Cinta de excesos, tanto en el metraje como en el contenido, que a muchos nos ha descubierto el talento de la catalana Laia Costa como una intérprete sólida y con mucho futuro por delante. Muchos no saben cuál es el mensaje que pretende dar Schipper con tanto exceso, aunque el que aquí escribe ve en su final una metáfora: la desvalida nación española, tan maltratada por los germanos, toma el dinero alemán y corre.
Seguimos en la Sección Oficial del certamen con Schneider vs Bax, el retorno al Festival de Sitges del director holandés Alex Van Warmerdam, que en 2013 se llevó el premio a la mejor película con Borgman. Más divertida y quizá por ello más accesible que aquella, Schneider vs Bax es una inclasificable cinta que encumbra a Van Warmerdam como un maestro de, lo que algunos se han atrevido a llamar, el post humorismo. El filme está lleno de situaciones grotescas que causan perplejidad y más o menos consiguen sacar una carcajada al espectador, por lo esperpéntico de las mismas. La historia gira en torno a la figura de un padre de familia que en secreto trabaja como asesino a sueldo. Su jefe le encomendará asesinar a un escritor en horas bajas, maltratador psicológico y adicto a las drogas. Lo que desconoce el primero, es que se trata de una trampa y su objetivo le estará esperando armado (y drogado) hasta los dientes. Rodada en una ciénaga con pocos medios técnicos, la cinta vira hacia la comedia negra, pasando por el esperpento e incluso el thriller en algunas ocasiones. La cinta pierde algo de fuelle en su tramo final, cuando adquiere un cariz algo más serio, pero es que después de haber metido secuencias con apología al speed, violencia de género y hasta un parricidio durante su primer tramo, resulta muy complicado mantener el listón. Filme disfrutable por los amantes de la comedia negra, y que funciona a ratos, pero que igual que llega a tu mente se va.
Volvemos a la Sección Oficial Órbita, con otro thriller coreano. Pero esta vez, frente a la decepción que supuso ayer Gangnam Blues, el alocado policíaco que supone Veteran no ha podido sino resultarnos como agua de mayo. Dirigida por el experto en el género, Ryoo Seung-wan, la cinta es un más que disfrutable producto con todos los alicientes de este tipo de largometrajes: un policía que se implica demasiado, un villano más malo que la nicotina, tramas de las grandes esferas y secuencias de acción a raudales. Lo que comienza pareciendo una cinta de acción con peleas y acrobacias al más puro estilo Jackie Chan, pasa a convertirse en un emocionante thriller en el que un agente de la ley se ve implicado en el misterioso accidente de un camionero, que parece haber sido causado por un gran empresario de Seúl (encomiable trabajo del joven actor Yoo Ah In como el enloquecido ejecutivo). Ciento veinte minutos de acción, tensión y grandes dosis de comedia (al estilo asiático, eso sí) comprenden esta cinta que sacó los aplausos y vítores de la sala Tramutana. Sin ser una cinta de corte fantástico, a este que suscribe le ha parecido de lo mejorcito y más disfrutable del certamen. Y es que muchas veces olvidamos que a este Festival acudimos también a pasarlo en grande.
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