John Maclean llega a Sitges para presentar Slow West, un western fuera de lo común cargado de dosis de comedia negra. Protagonizada por Michael Fassbender, la cinta nos cuenta el viaje de Jay, un joven de 16 años que ha emprendido un largo camino para rescatar a la chica de la que está enamorado. Sin embargo, el joven no realiza este viaje solo. Durante su periplo va acompañado por el misterioso Silas, un forajido que está dispuesto a servirle como guía.
Impresionante casting para un debut en la dirección.
Hice dos cortos con Michael Fassbender, es decir, ya tenía experiencia previa con él. Él había visto algunas cosas que había hecho con unos amigos… ¡Cosas muy locas! Pero, por lo visto, le llamaron la atención. Así en el año 2009 hicimos un cortometraje en un día y después rodamos otro en tres días. Fue entonces, cuando empezamos a hablar de la posibilidad de hacer un largometraje. Pero aunque tengas a un gran intérprete como él apoyándote, y te garantice también que otros actores populares se unan al reparto, también esperan de ti que haya un buen guion detrás para trabajar en el filme. Así que me tuve que poner manos a la obra.
¿Por qué elegiste Nueva Zelanda para hacerlo pasar por el Lejano Oeste?
Al principio comienzas a preparar el filme con muchas ideas románticas, pero luego llega la realidad y te das cuenta que tienes que ir más a lo práctico. Resulta que teníamos que rodar la cinta en noviembre y diciembre, y claro en esta época en Estados Unidos es invierno… En cambio vimos que, como la mayoría de la película se iba a rodar en exteriores, Nueva Zelanda era una buena posibilidad para trabajar. Me percaté que los paisajes allí encajaban perfectamente con la idea que tenía para ambientar mi película.
La película es un western, pero con grandes dosis de comedia negra. ¿Cómo nivelaste los géneros en el guion?
Siempre me ha gustado y siempre he pensado que toda película debe tener elementos de comedia. Eso no significa que tenga que contener chistes o gags, a veces puede ser una situación que es tan absurda que, aun siendo trágica, puede resultar divertida. Un gran ejemplo de esto es La boda de mi mejor amiga, cinta que me encanta. Muchas veces hay situaciones que son tan ridículas y tan exageradas que llega a ser cómicas. Lo bueno está en cómo hacerlas pasar como tal. Hay películas como Fargo que tienen estos elementos de comedia, tragedia y violencia. Es una combinación que me atrae mucho.
Y hablando de referencias, ¿qué otras cintas te han servido de inspiración para redactar el libreto?
Podía darte cincuenta referencias de los cuarenta, cincuenta, sesenta… De varios westerns, de cine japonés, de cine europeo… Películas como Los olvidados de Luis Buñuel o el propio surrealismo de Dalí. Cada país te da una referencia. Creo que es muy bueno tener cientos y cientos de referencias, porque así no te centras sólo en un género o estilo.
Es impresionante el trabajo en fotografía de Robbie Ryan. ¿Cómo lo trabajasteis juntos?
Trabajé con él en el cortometraje Pitch Black Heist y ya conocía su estilo y sabía que era una persona muy respetable dentro de la industria. Así que, en este caso, le pedí que trabajara con una cámara muy estática y que emplease una gran profundidad de campo. Esos eran los dos conceptos que más resonaban en mi cabeza. Es una persona de gran talento y sé que puede trabajar con diversos estilos. A la hora de trabajar con otro profesional es muy importante conocer la personalidad y el talento del otro. También es fundamental que haya mucha comunicación entre el director y el responsable de fotografía. Por eso me gusta trabajar con él, porque con poco nos entendemos y el comprende perfectamente lo que quiero plasmar. Hablamos mucho y también le pido muchas cosas. Su trabajo es realmente excepcional.
¿Qué me puedes contar sobre tus próximos proyectos?
¡Siempre finalizamos con esta pregunta! (Risas). No sé, ¿Slow West 2? Estoy escribiendo de nuevo. Me encanta el proceso de escritura de un proyecto, cuando la historia comienza a tomar forma cuando la vas redactando. No tengo nada concreto. Quizá otro western… Quizá algo más contemporáneo… Pero nada definitivo por el momento.