Después de Una historia de Brooklyn (2005), Frances Ha (2012) o Mientras seamos jóvenes (2014), la nueva película del cineasta Noah Baumbach (Nueva York, EE.UU, 1969) es la historia de la amistad entre dos mujeres casi opuestas, Brooke (Greta Gerwig) y Tracy (Lola Kirke), y de su manera de navegar por las emocionantes y en ocasiones turbias aguas que caracterizan al caleidoscopio social de la Gran Manzana neoyorquina. Co-escrita con la mismísima Gerwig, Mistress America ofrece una entretenida e inteligente visión de la ciudad de Nueva York de hoy en día, de la mano de una de las voces más importantes del cine independiente. Tranquilo, humilde y seguro de sí mismo y del tipo de cine que defiende, Baumbach recibió a SensaCine en Los Ángeles para hablar de su último trabajo.
Háblenos de la génesis de este proyecto...
Todo partió del personaje de Brooke y de la idea de que Greta Gerwig, con quien he escrito el guión, también fuese la actriz que le diera vida en pantalla.
¿Quién es Brooke?
Es una mujer con carácter que tiene un lado romántico e incluso algo nostálgico, hasta el punto de llegar a compararse con un vaquero que aún sigue luchando por lo que cree. Ese rol ayudó a construir el tono de la película, que empieza siendo de alta comedia y luego va más allá. Así que decidimos yuxtaponer personajes y envolverlos con el carácter de la ciudad de Nueva York, provocando un choque entre romanticismo y realismo. Por eso nos hacía gracia la idea de que Brooke viviera en Times Square, que responde a un concepto algo pasado y poco realista. Se trata de una persona que quiere triunfar a toda costa, pero que no sabe muy bien cómo hacerlo ni qué es lo que realmente está persiguiendo.
Y escogieron a la actriz Lola Kirke para dar vida al otro personaje clave de la historia, Tracy. Es su primer papel protagonista en el cine...
Así es pero, a medida que iba pasando pruebas de cámara, también nos iba demostrando lo bien que entendía este personaje. Y después, una vez en el rodaje, me evidenció su indiscutible talento, ratificando nuestra decisión de apostar finalmente por ella. Lola tiene un buen fondo, y es capaz de hacer comedia y drama igual de bien.
¿Y Tracy cómo ve a Brooke?
Inicialmente está fascinada por Brooke; pero después ve a través de ella e incluso la critica, aunque nunca dejará de quererla. Y en cierto modo, esa reacción de Tracy en su contra también le dará a Brooke una cierta licencia para seguir adelante.
¿Qué condición le exigiría a una gran producción de Hollywood para contar con usted?
Antes en Hollywood se hacía cine de manera parecida a como nosotros lo hacemos. Y de hecho, he rodado un par de películas para empresas subsidiarias de los grandes estudios, como fue el caso de Margot y la boda o Greenberg; pero ahora ese escenario también ha cambiado. Lo cierto es que los grandes estudios ya no hacen películas así, ni siguen este modelo de negocio. Y yo prefiero manejar un presupuesto que no me obligue a tener un éxito desmesurado en taquilla para que el proyecto sea viable, sin que ello suponga que tenga que renunciar a hacer el filme como quiero. Así que estoy cómodo en ese terreno. Y eso no significa que no estuviera dispuesto a trabajar para los grandes estudios; pero siempre que cambiasen su manera de hacer negocio, claro.
¿Cómo fue el rodaje en Nueva York?
Fue especial para mí porque me crié en Brooklyn y me gusta trabajar en Nueva York, donde ya he rodado varias películas. En este caso, tenía claro que Mistress America no podía hacerse en ningún otro sitio.
¿Esta escribiendo algo nuevo?
Sí, pero es pronto para hablar de ello porque aún le estoy dando forma.