Julia Fortuny (Montse Germán) es una reputada chelista que siempre ha antepuesto su arte a la familia o el amor, descuidando la relación con su hija Carla (Marina Salas), y manipulando a su actual amante y alumno Abel Costa (Jan Cornet), quien la admira obsesivamente. Sin embargo, cuando le diagnostican fibromialgia, una extraña enfermedad que puede dar un final abrupto a su carrera, Julia se verá obligada a replantearse toda su vida…
Ésta es la historia de Sonata para violonchelo, un desgarrador drama escrito y dirigido por la debutante Anna Bofarull donde la banda sonora de corte clásico tiene una importancia central, así como las intensas interpretaciones de todo el reparto. SensaCine tuvo oportunidad de hablar con dos de sus componentes, Marina Salas (El barco, Por un puñado de besos) y Jan Cornet (Goya a Mejor Actor Revelación por La piel que habito), y esto es lo que nos dijeron.
¿Qué fue lo que más os atrajo de la historia de Sonata para violonchelo?
Marina: Más que la historia, me atrajo el hecho de que se tratara de una dirección novel. Hay personas muy talentosas en este país queriendo hacer cosas y contar historias, y me parece muy importante apoyar a gente como Anna Bofarull. El argumento en sí me pareció interesante también, claro, creí que podía sorprender. Además, como tantos otros, no estaba nada familiarizada con la enfermedad de la que habla, la fibromialgia, y pensé que sería un buen modo de darla a conocer al público.
Jan: Desde un principio me gustó mucho el personaje de Abel Costa, y me pareció todo un reto tener que interpretar a un chelista profesional. También vi que era un proyecto muy personal para Anna, pues un familiar suyo tiene fibromialgia, y la veía tan apasionada que pensé que era precioso el modo en que ponía su experiencia personal al servicio de una historia de cine.
En cuanto a tu personaje, Jan, Abel es un joven ambicioso y apasionado, que pasa muy fácilmente de la alegría a la rabia… ¿fue emocionante para ti interpretar a alguien de estas características?
J: Fue interesante, en primer lugar, porque tenía que aprender a tocar un instrumento. También me parecía muy atractivo expresar que la suya no es una ambición consciente, en plan "quiero esto y me da igual todo lo demás, y soy consciente de que estoy haciendo esto con mi profesora, manipulándola para conseguir lo que quiero". No, en realidad no es tanto eso como la admiración que Abel siente por Julia en todo momento. Es como si, en la vida real, mi profesora de teatro fuera Geraldine Chaplin. Esa admiración total que sientes por ella te hace estar más cerca de lo que tú ansías profesionalmente, y ahí empieza un idilio que, sí, puede que tenga mucho que ver con la ambición, pero a un nivel inconsciente.
Esta película viene a ser vuestra cuarta colaboración tras las series Hay alguien ahí y El barco, y la película Por un puñado de besos. ¿Ha sido agradable volver a compartir escenas?
M: Sí, sobre todo porque más allá de la pantalla somos muy amigos. Nos conocimos en Hay alguien ahí y desde entonces pertenece a mi grupo más cercano. Lo conozco mucho, y él a mí también.
J: En Sonata para violonchelo sólo coincidimos en una secuencia, pero quiero muchísimo a Marina y la admiro como actriz. No sólo es que siempre sume trabajar con ella, porque es muy buena, sino que también consigue que sea todo muy familiar. En un rodaje donde hay tantos nervios y te puedes sentir algo desubicado, tener cerca a alguien como Marina es genial.
¿Qué repercusión creéis que tendrá Sonata para violonchelo? ¿Créeis que puede gustar a la gente, emocionar quizá?
M: Creo que se trata de un cine muy especial, pero me parece bien el hecho de que no pueda gustar a todo el mundo. Que sea lo que es, pero fiel a sí mismo. Necesitamos cine así. Me parece que a quien le guste le va a gustar mucho y a quien no, pues se va a ir a mitad de la peli.
J: Yo creo que en ella el público encontrará una película muy íntima, hecha desde el corazón. También notará que es muy atractiva al oído gracias a la música de Gerard Pastor, y experimentará una historia que conciencia, que le hará conocer una grave enfermedad de la que puede que no haya oído hablar hasta ahora.