Después de títulos como A Time to Live, A Time to Die (1985), Ciudad doliente (1989), El maestro de marionetas (1993), Millennium Mambo (2001) y Tiempos de amor, juventud y libertad (2005), el taiwanés Hou Hsiao-Hsien (Guangdong, China, 1947) vuelve con The Assassin, ocho años después de El vuelo del globo rojo (2007). Esta vez, el ganador al premio al Mejor Director y nominado a la Palma de Oro en Cannes se pasa al 'wǔxiá' -género de artes marciales- con una película sutil y arriesgada, una obra de arte en movimiento en la que predominan la emoción y la belleza sobre la historia.
Con Shu Qi y Chang Chen, The Assassin está ambientada en el siglo IX en China. Nie Yinniang (Qi) es la hija de un general entregada para su crianza a una monja. Esta la inicia en las artes marciales y, ya de adulta, la convierte en una asesina implacable. Cuando regresa a casa de su familia tras años de exilio, su maestra le asigna la misión de matar a su primo Tian Ji'an (Chen), el gobernador disidente de la provincia militar de Weibo, con quien años atrás estuvo a punto de casarse. A continuación, la entrevista que mantuvo SensaCine con Hou Hsiao-Hsien durante el Festival de Cine de San Sebastián.
Ocho años después de El vuelo del globo rojo, ¿por qué un 'wǔxiá' como The Assassin?
Quería hacer una película sobre el relato Nie Yinniang de Pei Xing -una historia de artes marciales del siglo IX- porque me gustaba mucho desde pequeño. Además, leí muchas novelas de aquella época en la universidad y siempre había querido hacerlo.
Planos larguísimos, cortinas que se abren con una brisa... ¿Cómo fue el rodaje?
La mayoría de las escenas las hicimos en exteriores, en un espacio muy amplio. De interiores sólo teníamos el palacio, las casas... Y todo lo rodábamos en función de la dirección del viento, de la luz... Era imposible controlar estos factores naturales. Pero para hacer un rodaje artístico, en realidad no hice nada especial. Todo depende de la naturaleza. A veces tardamos mucho tiempo y, si era necesario, repetíamos.
¿Cree que su empleo de la cámara dice algo de usted como cineasta?
Es que... Aquí no podía controlar nada (Risas). Pero sí que tenía tiempo para esperar.
Después de trabajar con Shu Qi en Millennium Mambo (2001) y en Tiempos de amor, juventud y libertad (2005), ¿cómo la ha visto crecer todo este tiempo como actriz al coincidir de nuevo?
Shu Qi es una actriz muy simpática y sencilla, y por eso todo el mundo la quiere. En Millennium Mambo ya me pareció alguien muy especial porque tenía intuición y podía meterse de lleno en el personaje. Por eso no he construido un personaje definido para ella en The Assassin. Ha sido ella quien le ha dado forma.
¿Es The Assassin un canto sobre el individualismo? ¿Una rebelión contra la imposición?
No. Más bien quería reflejar que nadie se permite matar a otra persona por puro gusto. Sólo es permisible llevar a cabo una venganza de sangre si con anterioridad esa persona ha matado a alguien de tu familia.