Vengadores: La era de Ultrón de Joss Whedon
No por hacer una ópera wagneriana (que lo es) con el supergrupo esencial de la Marvel pierde Joss Whedon el sentido de la aventura y del humor. Hiperbólica, arrolladora, alucinante (el plano secuencia que abre el film), wagneriana en suma, la segunda entrega de Los Vengadores pasa, de manera absolutamente brillante, de la tragedia cósmica sobre el sentido último de la vida (artificial o no) a un intimismo (la granja de Ojo de Halcón; la relación entre Hulk y la Viuda Negra) digno de San John Ford. (Suso Aira)