Cuando llega el momento de celebrar algo, hay quien organiza una fiesta por todo lo alto, quien se va a una isla paradisiaca para descansar o quien se rodea de los suyos en una íntima velada. Sin embargo, para celebrar que acababa de terminar de escribir Harry Potter y las reliquias de la muerte, J.K. Rowling decidió dejar su huella en la habitación de hotel en la que se encontraba con una pequeña firma en un busto decorativo.
El 11 de enero se cumplieron 9 años desde que terminase el libro y por ello la escritora ha recordado en su cuenta de Twitter aquella firma que se quedó para siempre en el hotel Balmoral de Edimburgo: "JK Rowling terminó de escribir Harry Potter y las reliquias de la muerte en esta habitación (652) el 11 de enero de 2007".
En Twitter, Rowling afirma que lo que hizo "está mal" y aconseja a sus seguidores que no lo hagan nunca, aunque es posible que los trabajadores del hotel estén agradecidos por ese recuerdo, ya que seguro que más de un fan de Harry Potter ha reservado habitación para encontrarse con la firma.
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