Star Wars: El despertar de la Fuerza, Ex Machina o Marte (The Martian) son algunas películas que optan a la estatuilla a los Mejores efectos especiales en la próxima edición de los Oscar y en todas ellas se ha recurrido a la tecnología digital para mejorar el resultado final. En la actualidad, pensar que el uso de ordenadores es motivo de descalificación para esa categoría de los premios es surrealista pero es lo que ocurrió en 1982 con Tron.
La película protagonizada por Jeff Bridges iba a estar nominada a un Oscar por sus efectos visuales, pero los miembros de la Academia pensaban que usar ordenadores para crearlos era trampa. Es cierto que el fondo y la maquinaría es completamente digital, pero también hubo mucho trabajo manual.
Unos 200 trabajadores pintaron los efectos brillantes de los personajes y se encargaron de esconder el cable de una batería que iba conectada al traje, ya que al encargado del vestuario se le olvidó crear un departamento especial para ello. ¿Crees que merecía la nominación?