El 19 de febrero se estrena en los cines La corona partida, un largometraje dirigido por Jordi Frades, con Irene Escolar (Un Otoño sin Berlín) y Rodolfo Sancho (No habrá paz para los malvados) como protagonistas.
Sensacine ha tenido la oportunidad de hablar con ellos y descubrir cómo fue el rodaje de la película, basada en la historia real de España.
Tras la muerte de Isabel la Católica, se suceden tiempos de incertidumbre y de lucha por el poder. Felipe el Hermoso y Fernando de Aragón (Rodolfo) se disputan la corona de Castilla, dejando de lado a Juana (Irene), que es la heredera del trono, pero que se convierte en víctima de sus manejos políticos. Un periodo de tres años que sirve de enlace entre las populares series de televisión Isabel y Carlos, Rey Emperador.
También forman parte del elenco Raúl Mérida (Felipe el Hermoso), Eusebio Poncela (Cardenal Cisneros), Fernando Guillén Cuervo (Fuensalida), José Coronado (Maximiliano de Habsburgo), Úrsula Corberó (princesa Margarita) y Silvia Alonso (Germana de Foix), entre otros.
Rodar para televisión no es lo mismo que para el cine, ¿qué diferencias habéis encontrado entre un rodaje y otro?
Rodolfo Sancho: Lo cierto es que, hoy en día, a no ser que se trate de una grandísima superproducción, y viniendo de una serie de tanta calidad como es Isabel, que cuida enormemente cada detalle, el rodaje es muy parecido. Además, en la actualidad el cine cada vez se hace más rápido, lo que antes se rodaba en ocho semanas, ahora se consigue en cinco, por lo que el ritmo en realidad es muy parecido. En esta película, hemos corrido bastante y se ha hecho en muy poco tiempo. También porque contábamos con una gran ventaja, sabíamos cómo iban los personajes y, aunque había que matizar algunas cosas, ya los teníamos interiorizados. La verdad, estamos muy contentos de cómo ha ido el rodaje.
¿Alguna anécdota destacable? ¿Cuál fue la escena más dura?
R.S.: (Sonríe) Soy bastante malo para recordar anécdotas, pero si tengo que destacar algo diría que siempre pasamos mucho frío o mucho calor, es inevitable, casi nunca conseguimos estar a la temperatura adecuada. Una de las escenas más duras durante esta película fue precisamente por esto. Cuando grabamos el reencuentro que se produce en el camino entre Fernando y Juana, después de dos años sin verse, fue uno de esos días de rodaje en los que te dan las seis de la mañana y comienza a amanecer pero tienes que estar ahí y darlo todo hasta que la escena quede perfecta. Era una parte de mucha emoción y, a pesar del cansancio, cada uno puso todo de sí.
Irene, ¿qué destacarías del personaje de Juana?
Irene Escolar: Juana es un personaje que cala mucho por dentro. Es una mujer que sufrió cada día y tuvo que enfrentarse a episodios muy desagradables a lo largo de su vida, por lo que debió ser una persona muy fuerte. En mi caso, logré empatizar mucho con este papel y al hacerlo durante tanto tiempo te acaba afectando y siempre queda algo del personaje en ti.
¿Creéis que es una gran ventaja para las series que se hagan crossover? Por ejemplo, en El Ministerio del Tiempo aparecen personajes históricos, incluso Michelle Jenner sale en su personaje de Isabel. ¿Os gustaría salir en alguna escena pero en vuestro papel como el Rey Fernando y Juana?
R.S.: Hombre, sería realmente muy divertido encontrarme conmigo mismo en el Ministerio del tiempo interpretando a dos personajes, la verdad. Pero sí, me gustaría. Sobre todo en una serie como esta, en la que cruzamos la cuarta pared y nos dirigimos directamente al espectador en ciertos momentos. Creo que sí, que los crossover funcionan muy bien.
I.E.: A mí en El Ministerio del tiempo me gustaría hacer lo que fuera. Es una gran serie, soy fiel seguidora y creo que es arriesgada y diferente. Estaría encantada de interpretar en ella a cualquier personaje. Aunque es cierto que pienso que Juana ya ha tenido su recorrido, así que hacer a otro personaje no estaría mal.
Sin duda, el mundo del cine lo tenéis en los genes pero, ¿siempre pensasteis en dedicaros a ello? ¿Qué os hubiera gustado en el caso de no ser actores?
R.S.: La verdad que siempre he querido ser actor pero, si no, seguramente creo la vida me hubiese llevado hacia el mundo del deporte, porque es mi gran hobby y disfruto mucho con ello.
I.E.: A mí, de no ser actriz, me hubiera gustado ser diplomática. Sí, lo he pensado alguna vez, me gusta.
R.S.: ¿Embajadora en Kenia? (Risas)
I:E: Sí, en algún país, establecer vínculos culturales. Me habría encantado.
Lleváis muchos días trabajando juntos y eso da para conocerse, ¿qué destacaríais el uno del otro?
I.E.: De Rodolfo destacaría su compañerismo y lo bien que siempre me ha tratado. Desde el primer día que llegué a Isabel. Todos se conocían y yo entraba de nuevas con un personaje que no era nada fácil. En ese momento necesitas que la gente esté ahí para apoyarte y me acuerdo perfectamente de Rodolfo, de cómo me cuidó. Su respeto y su cariño. Es un gran compañero.
R.S.: De Irene me llama la atención la facilidad que tiene para lo emocional y para dar vida a personajes desgarrados. Es algo que admiro. El otro día, por ejemplo, escuchando su discurso en la gala de los Goya, pensé: ¡Qué emocional! Haga lo que haga. Y eso es algo con lo que se nace, no se aprende en una escuela.
Hablando de los Goya, Irene, recientemente premiada como mejor actriz revelación, ¿qué se siente al ver que tus metas se van cumpliendo con tanta rapidez?
I:E.: Bueno, si te digo la verdad, mi meta nunca fue ganar un Goya, porque pensé que era completamente imposible. Mi meta era que un día alguien confiara en mí y me diera un gran papel, eso era lo más importante. Y llegó. Tuve la oportunidad de enfrentarme a un personaje protagonista en el cine y ví que pude hacerlo. Un trabajo que requería mucha profesionalidad. Luego estrené en San Sebastián y de ahí surgieron el resto de nominaciones hasta que obtuve el Goya. Es lo más inesperado que te puedas imaginar, y más con esta película. Lo que he vivido ha sido sorprendente.
Ambos habéis trabajado en teatro, televisión y cine, ¿con cuál de estas tres facetas os quedáis?
R.S.: Para mí lo más importante es que el personaje sea potente y que me sienta cómodo al hacerlo, que me pueda aportar algo. El medio es secundario.
I.E.: Estoy de acuerdo con Rodolfo. Somos contadores de historias, ¿no?. Por tanto eso es lo único importante. Donde esté la buena historia allí quiero estar yo, da igual el medio que sea.
¿Tenéis en mente algún proyecto en el extranjero? En tu caso Irene estudiaste Filología Inglesa, eres bilingüe.
I.E.: No es algo en lo que piense, lo veo algo lejano. Me gustaría más hacer teatro por Europa. Hay directores que trabajan con actores de diferentes nacionalidades y lo veo más factible. Me haría muy feliz.
¿Qué consejo le daríais a los futuros actores que sueñan con seguir vuestros pasos?
I.E. y R.S.: (al unísono) ¡Paciencia!
I.E.: Sí, paciencia y constancia.
R.S.: Paciencia porque es una carrera larga. Sé de lo que hablo, hice una serie que se llamaba Al salir de clase y, aunque a mí no me pasó porque había visto la carrera de mi padre y sabía lo que era dedicarse a este mundillo, muchos llegan a creer que porque con 20 años te griten por la calle tu carrera va a estar hecha, y no es así.