Brooklyn se estrena este viernes 26 de febrero y su director, John Crowley, sigue sin saber si Eilis, su protagonista, acierta al final de la película. No te lo vamos a contar pero Crowley se pregunta lo siguiente en Deadline: "¿Tomó la decisión acertada? Eso es lo que quiero saber. Nunca lo sabremos". La cinta está nominada a tres premios Oscar en la ceremonia del 28 de febrero: Mejor Película, Mejor Actriz Principal (Saoirse Ronan) y Mejor Guion Adaptado (Nick Hornby). ¿Qué más dice su realizador?
"Para mí, es una obra profundamente importante; no sólo sobre Irlanda, sino también sobre América", coemtna John Crowley sobre la novela del mismo nombre de Colm Tóibín. "Porque es la primera historia que más o menos cuenta el viaje al completo de la emigración. Al enviar a una joven -que también es lo que es nuevo- a América, y después devolverla a Irlanda -que es el golpe maestro-, donde ves ciánto ha cambiado y cómo ve Irlanda de un modo distinto [...] Es un relato diminuto, que creo que tiene una escala enorme porque es la versión de una historia que ha pasado miles y miles y miles de veces. En los 50, en especial, hubo una enorme ola de emigrantes que vio de Irlanda". Crowley destaca también el carácter solitario de los emigrantes de aquella época, como comprobó durante la investigación. "A menudo eran hombres y mujeres jóvenes que emprendían el viaje solos con una maleta".
La historia de Brooklyn transcurre en la Irlanda de los años 50. Eilis Lacey (Saoirse Ronan) vive en el pueblo de Enniscorthy con su hermana mayor Rose (Fiona Glascott) y su madre viuda Mary (Jane Brennan). La joven trabaja como empleada en una pequeña tienda de comestibles, donde tiene que soportar a su estirada jefa Miss Kelly (Brid Brennan). Gracias al Padre Flood (Jim Broadbent), un sacerdote irlandés de Nueva York, Eilis logra escapar de ese asfixiante mundo y viaja a Estados Unidos. Se instala en Brooklyn, vive con otras emigrantes irlandesas y empieza a trabajar como empleada en unos grandes almaneces. Pero justo cuando su vida va viento en popa, su pasado llama a la puerta.