David Serrano y Diego San José han unido fuerzas para hacer Tenemos que hablar, una comedia romántica con la crisis como telón de fondo. La comedia es un terreno conocido para ambos cineastas, ya que Serrano es el director de Días de fútbol y guionista de El otro lado de la cama y su secuela, entre otras cosas, y Diego San José ha firmado los libretos de Ocho apellidos vascos, Pagafantas o la serie Qué vida más triste.
Sin perder el tono de humor, la película muestra la vida de algunos supervivientes de la crisis económica española y sus esfuerzos por seguir adelante, pero, sobre todo, es la historia de una chica (Michelle Jenner) que quiere que su ex-marido firme el divorcio sin romperle el corazón. Diego San José y David Serrano nos hablan en esta entrevista de la intención al escribir el guion y de la comedia como catarsis.
No debe ser fácil hacer una comedia sobre una situación como la crisis económica española, ¿cómo surgió la idea de hacer la película?
Diego San José: Cuando uno hace comedia de estas cosas, se hace de forma distinta cuando te toca de manera personal. Nosotros no somos ajenos a la crisis porque nos ha tocado vivirla de cerca. Creo que es obligación del guionista que el material que usa para hacer comedia sean cosas de este tipo. Es decir, nuestra función es hacer reir pero tiene algo más, que no es meritorio pero sí más motivante, que es que el material del que partas no sea gracioso que, de hecho, sea dramático y triste. Hay que tener sentido común y no dirigir el chiste hacia la víctima. No reirte del que ha sufrido, pero sí de la situación. Desde luego, no vas a arreglar la crisis, pero al menos estás ganando un pequeño pulso que es conseguir que 400 personas en un cine se rían de cosas que hasta ahora sólo veíamos en los periódicos y nos hacía pasar malos ratos. Si hemos conseguido algo de eso, estaré encantado.
¿Creéis que esta película puede ayudar a la gente que ha sufrido con la crisis?
David Serrano: Ojalá, pero eso ya sería otorgarnos a nosotros un poder que tampoco creo que tengamos. Desde luego, creo que es algo muy sano reirte de tus desgracias y tus mierdas, es lo mejor que puedes hacer y lo más inteligente. Algunas de las cosas de las que hablamos en la película han sido situaciones que han tocado a miembros de mi familia y la gente lo ha pasado realmente mal. Creo que es divertido y sano reirte de las cosas malas que te pasan.
¿Habéis descartado alguna broma para no crear polémica o sois de los que piensan que con la comedia no debe haber límites?
David: El límite es lo que ha dicho Diego, no debes reirte de la víctima, es algo que no tiene mucha gracia y que, además, es de muy mal gusto. Teníamos una gran lista de cosas de la crisis de las que nos podíamos reir, muchas cosas, y ese prólogo podría haber durado treinta minutos. Fuimos seleccionando las que nos parecían más identificables por parte del espectador y las que iban a sacar una sonrisa con más facilidad. Por lo tanto, se han caído ideas pero no por miedo, simplemente porque ya era suficiente y en ningún caso hemos querido hacer una película sobre la crisis, nosotros hemos querido hacer una comedia romántica, de enredo y muy clásica. La crisis está de fondo, hablamos de cosas que están ocurriendo hoy en nuestro país y creo que aporta mucha riqueza a las películas que se acerquen más a la vida. Si hablas de cosas más reales y personajes más reales, la comedia es más interesante. Pero, como ya he dicho, en ningún caso nos sentamos y dijimos '¡Vamos a hacer una comedia sobre la crisis!'. De hecho, anteriormente hubo un proyecto que sí hablamos con otros directores, que era hacer una película de sketches que sobre la crisis, pero eso se quedó en un cajón y nunca se hizo.
Ahora que ya habéis abierto la veda con esta película, quizás podáis hacer esa película de sketches
David: Pero nos podríamos haber reido de la crisis hace cuatro años, cuando estábamos metidos en la crisis y tendría más valor. Algo que se hace mucho en este país, y que es uno de nuestros grandes tesoros, es darle la vuelta a una situación muy dramática y hacer humor. Supongo que no habrá muchos países en los que los familiares de un muerto hagan chistes en el tanatorio y yo eso lo he vivido.
Diego: Sí, aquí somos superdotados del chascarrillo inoportuno.
David: Eso hacen mucho también en Argentina. Ahí sí son capaces de reirse mucho de ellos mismos y de sus miserias. En Italia, históricamente, también se ha hecho mucho cine muy pegado a la realidad. Ese neorrealismo tiene una parte de cine muy dramático pero también tiene una comedia maravillosa, muy potente y con mucho sentido.
Habéis trabajado con Ernesto Sevilla, un genio de la comedia, ¿ha aportado algo al personaje o ha improvisado?
David: La verdad es que es muy respetuoso con los textos, porque además Ernesto también dirige y escribe. Sí ha propuesto ideas, pero todos los actores lo han hecho. Yo siempre intento que los actores traigan ideas y aporten todo lo que puedan
Diego: Eso es curioso porque, tanto Ernesto, como Julián López, como Carlos Areces, que a mi me ha tocado trabajar con estos tres "Chanantes", desde fuera se ven como la locura, improvisar a lo loco... Pero los tres son muy respetuosos con el guion y les cuesta mucho cambiarlo, lo cual, por otra parte, les honra, porque hacen una cosa más bonita que cambiarlo, que es hacer suyo el personaje y parecer que están improvisando. Por otra parte, sí sabíamos que Ernesto Sevilla iba a ser Lucas, entonces ya escribí pensando un poco en su tipo de humor, en cómo interpreta, no hacerle un tipo verborreico, sino con frases más contundentes, porque ya sabes cual es su tempo. O sea, le haces un pequeño traje a su medida y eso siempre ayuda.
Como guionistas o directores, ¿preferís los actores que improvisan o los que se ciñen al guion?
David: Es que, cuando la gente habla de improvisación se creen que los actores llegan al set y empiezan a decir lo primero que se les pasa por la cabeza. Pasa igual con el teatro, el público cree que se improvisa mucho. No, se improvisa muy poco porque si el actor comienza a improvisar está dejando a su compañero absolutamente vendido, porque le estás tirando una pelota de fuego que no sabe muy bien qué hacer con ella. Las buenas improvisaciones aparecen en los ensayos, ahí uno sí puede potenciar que se haga ese tipo de trabajo. Lo que he intentado con esta película es cotejar todo lo que surgiera con Diego y pensar si esa improvisación realmente tiene valor o si estaba mejor lo que había en el guion. O, incluso, reescribir una idea que se le pueda ocurrir a un actor. Es un proceso de varias semanas, pero eso de que, de repente, una improvisación que surja en el set sea una frase mítica pasa muy poco. Nosotros lo que queremos es que nadie piense que ha habido dos guionistas escribiendo esos diálogos, sino que se les ha podido ocurrir a los actores.
Hay una escena muy divertida en la película sobre el significado de los iconos que nos hace preguntarnos a todos... ¿qué significa la berenjena del Whatsapp?
Diego: Yo sigo sin entenderlo y hoy hemos pensado una cosa... Whatsapp es una aplicación mundial y puedo enviar un Whatsapp a alguien de Wisconsin, pero si yo envío la sevillana a alguien de Wisconsin, ¿les aparece la sevillana taconeando o hay un equivalente en cowboy? Porque la sevillana no la pueden entender, verán una señora de rojo moviendo los pies pero no la relacionan con la fiesta. Yo no sé si hay un lenguaje de iconos mundial que tenga equivalencias.
David: No lo tiene (risas)
Diego: ¿No? ¿Has hecho la prueba? (risas)
David: Tengo una amiga que vive en Nueva York y es española y le llega el emoticono de la sevillana.
Diego: Quizás el Whatsapp piensa en castellano porque es el idioma de tu móvil. Puede ser que filtre según el idioma.
David: [Volviendo a la escena de la película] En aquella época yo no tenía Whatsapp y buscamos cuáles eran los iconos más ridículos. Apareció de todo y lo de la berenjena me pareció muy ridículo. Es que puede tener una connotación sexual, rara, extraña...
Diego: Son cosas que parecen tonterías pero es que hoy en día, escribir Whatsapp y mensajes por estos medios es complicado.
David: Hay un uso del lenguaje muy complicado y eso nos fascina.