Álex de la Iglesia se encuentra en estos momentos rodando en Fuente el Saz de Jarama su nueva película de suspense que tiene por título El bar. Protagonizada por Mario Casas y Blanca Suárez, narra la historia de un grupo de personas que se ven obligadas a encerrarse en el interior de un bar ante la amenaza de un francotirador que disparará a todo el que intente salir. Allí las tensiones entre los protagonistas crecerán y, por supuesto, la barra se convertirá en un lugar donde revelar los pecados y las culpas. En Sensacine hemos tenido la oportunidad de hablar con el director de Mi gran noche y El día de la bestia durante el rodaje de la cinta.
De nuevo guion con Jorge Guerricaechevarria, ¿qué nos puedes contar de esta nueva película?
Es un thriller. Es una película de suspense entre un grupo de personas que por una razón ajena a ellos se ven encerrados en un bar y tienen que descubrir primero como salir y luego como sobrevivir a la situación. Recientemente, digamos que ocurrió algo en este país que nos ayudó mucho a pensar en la historia. No os voy a decir el que porque desvelaría parte del guion, pero de pronto descubrimos que el thriller que siempre habíamos querido hacer tenía posibilidades de terminarse y llevarse a cabo.
¿Tiene alguna similitud con El día de la bestia?
No, no tiene nada que ver. Es una apuesta técnica a nivel narrativo que Jorge y yo estábamos ansiando rodar. Es un enfrentamiento entre personajes muy diferentes que por razones absurdas se ven unidos por una situación que les enfrenta.
Repites con Mario Casas, con Blanca Suárez, con Carmen Machi. Es como si se tratase de una compañía teatral...
Me gusta la idea de que es una compañía teatral. Me gusta repetir con la gente con la que trabajo cómodamente. También descubro otra gente. Una película es como una ecuación, si tienes constantes que ya sabes que funcionan, las aprovechas para buscar otra incógnita.
¿Recuerda la película a algunas de Tarantino como Reservoir Dogs o Los odiosos ocho, en el sentido de que trascurren en un lugar cerrado?
[Tarantino y yo] somos amigos. Quizás hayamos visto las mismas películas. Me gusta que los personajes se muevan en ese entorno cerrado. Al cerrar el entorno tú tienes el control de la situación. Pero esto mismo ocurre en otros muchos directores que saben que el encerrar a los personajes en un entorno crea un clima específico. Es decir, no hay un motor. Siempre hay un motor previo. En definitiva es generar un entorno, un espacio único.
¿Y por qué has elegido un bar para crear este espacio único?
Por un lado, el bar ejemplifica un tipo de vida y un entorno muy cotidiano. Por el otro, me encanta que en ese entorno en el que realmente nunca parece que pasa nada pasen muchas cosas realmente. El bar es prácticamente una reproducción de un bar de Madrid que se llama "El palentino". Entonces, Terele es una especie de trasunto de Loli. También hay un señor que tiene esa especie de plancha para los sándwiches. Nosotros hemos estado allí mucho y hemos visto precisamente estos personajes.
La imagen promocional de la película está al revés ¿Qué significado tiene?
Creo que precisamente ese es el sentido de la historia. Ver como alguien es lo contrario de lo que tú te imaginas. Como la gente de pronto, en situaciones límite, no tiene más remedio que descubrirse como son. Y entonces descubres en unos casos la mezquindad y en otros una bondad extrema.
Hablando de los actores, viste a Mario Casas bailando electrolatino, ahora de hipster. Eres uno de los pocos directores que brinda estas oportunidades para que estos actores cambien la imagen que se tiene de ellos...
Quiero disfrutar de las posibilidades y de la versatilidad de algunos actores. Y en el caso de Mario es una delicia. A mí me alimenta mucho las ganas que tiene Mario de hacer locuras o de hacer cosas totalmente ajenas a su "imagen". Y por otro lado, yo se la brindo y eso me da a mi muchísima energía. Ver que la gente te pide, que te lo da directamente.
¿Y por qué crees que, en este caso, Mario es tan criticado?
Normalmente cuando alguien es bueno, es criticado. Forma parte del negocio. Es una gozada. Parece como que hay que explicar que la gente no es solamente las oportunidades que se les da, si no que tienen muchísima más capacidad para hacer otras cosas. El caso de Mario es evidente. Me parece que es un gran actor pero puede hacer otras cosas. Me recuerda mucho a actores como Tony Curtis. Esos galanes que hacen películas románticas, pero que pueden hacer también una comedia o un drama.
¿Y qué opinas sobre Blanca Suárez?
Es muy fácil trabajar con ella. Son monstruos de la interpretación. Estoy muy orgulloso de trabajar con actores que siguen el ritmo y siguen la fuerza de la historia.