Sin duda, el mejor momento de la 88ª edición de estos premios fue el protagonizado por el intérprete cuando subió a recoger su largamente ansiado Oscar al Mejor Actor. Tras haber sido nominado hasta en seis ocasiones -cinco como actor- y poseer una filmografía envidiable en todos los sentidos, el hecho de tener una estatuilla por El renacido no debería suponer un punto de inflexión en su carrera, pero sí un aliciente para seguir vinculándose a obras de gran calidad.
Por ello, el ganador del Oscar tiene multitud de proyectos en mente, como su inevitable reencuentro con Martin Scorsese -de quien se acordó en su discurso de agradecimiento- en The Devil in the White City, donde será un asesino en serie de refinados métodos. Además, volverá a verse las caras con Jonah Hill tras El lobo de Wall Street en The Ballad of Richard Jewell, donde interpretará al abogado de un guardia de seguridad acusado de actividades terroristas, y colaborará nuevamente con el guionista Mark L. Smith en Conquest después de que el último filme de ambos, El renacido, le granjeara el Oscar.
Incansable, DiCaprio continuará con su trabajo encarnando a un agente de la DEA en The Cartel de Ridley Scott, investigando el asesinato de Kennedy junto a Robert De Niro en Legacy of Secrecy, y defendiendo la ley dentro de un pueblo corrupto en Mean Business on North Ganson Street. Por si fuera poco, también tendrá tiempo de afrontar el mayor desafío de su carrera en The Crowded Room, donde interpretará a un asesino con trastorno de personalidad múltiple que existió realmente, y que en concreto tuvo hasta 24 personalidades distintas.