Una de las sorpresas de la noche fue la aparición en el escenario de Olivia Wilde y Sacha Baron Cohen vestido como su famoso personaje Ali G. El actor realizó una divertida interpretación que recibió los aplausos y alabanzas de todos los asistentes, y de los espectadores, por sus divertidas bromas sobre la polémica racial que ha rodeado a estos Oscar.
Pese a las buenas críticas recibidas, no todo es tan simple ni organizado como parece. Según ha revelado el actor al programa Good Morning Britain, su aparición como Ali G iba en contra de las normas de la Academia, quiénes le pidieron expresamente que no hiciera nada fuera del guion y que presentase las películas nominadas como él mismo.
Baro Cohen se saltó esta directriz con la ayuda de su mujer, la también actriz Isla Fisher. Juntos se encerraron en el baño para minusválidos argumentando que el actor se encontraba mal, y estuvieron 40 minutos caracterizándole. Cabe añadir, que en su camino al escenario, Cohen se encontró con Chris Rock y le explicó su broma, ante esto, el presentador de la gala no dudó en levantarle los pulgares en señal de aprobación.
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