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    'Animales fantásticos y dónde encontrarlos': Esto es todo lo que hemos aprendido de 'Historia de la magia en Norteamérica'

    La precuela de la saga de Harry Potter que protagoniza Eddie Redmayne se estrena en España el 18 de noviembre.

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    La Norteamérica mágica de los años 20

    - Los magos norteamericanos participaron en la Primera Guerra Mundial (1914-1915), con la particularidad de que la mayoría de sus compatriotas nomajs -es decir, gente no mágica- no tenían ni idea de que había gente con poderes en sus filas. Sin embargo, al haber magos tanto en un ejército como en otro, la contribución de éstos no acabó variando demasiado el resultado.

    - Años después de que Dorcus Twelvetrees violara el Estatuto del Secreto y se instaurara la Ley Rapaport de no confraternización de magos y nomajs, la comunidad mágica de EE.UU seguía viviendo en la total clandestinidad, y MACUSA (Mágico Congreso de USA) castigaba con dureza a todos los que entraran en contacto con personas no mágicas. En aquella época, la expresión "ser un Dorcus" formaba parte del lenguaje coloquial de los magos, empleada para designar a alguien idiota o inepto.

    - En 1892 tuvo lugar la Gran Rebelión de los Sasquatch, que obligó a MACUSA a cambiar de sede por quinta vez y desplazarse de Washington a Nueva York, donde permanecería a lo largo de los años veinte. La presidenta del organismo durante esta década fue Seraphina Picquery.

    - Debido a una ley introducida a finales del siglo XIX, todos los magos y brujas de Norteamérica debían tener un "carnet de varita", mediante el cual las autoridades podían controlar la actividad mágica e identificar a los infractores. En aquella época el uso de varita ya estaba perfectamente normalizado gracias al plan de estudios del Colegio Ilvermorny de Magia y Hechicería, el cual era considerado como uno de los mejores del mundo.

    - Norteamérica contaba con cuatro grandes fabricantes de varitas, contrariamente a lo que sucedía en Gran Bretaña, donde Ollivanders monopolizaba el mercado. Éstos eran Shikoba Wolfe, cuyas varitas eran tan poderosas como difíciles de manejar; Johannes Jonker, de origen nomaj, que solía incluir en todas sus obras incrustaciones de nácar; Thiago Quintana, que empleaba en su fabricación espinas de los monstruos del Río Blanco de Arkansas y supuso toda una revolución en el mercado; y por último Violetta Beauvais, de Nueva Orleans, cuyas varitas de pelo de rougarou se sentían atraídas por la magia negra.

    - Pese a la instauración de la Ley Seca en los años veinte, MACUSA siguió permitiendo a los magos y brujas el consumo de alcohol, lo cual acababa provocando que éstos llamaran mucho más la atención al estar rodeados de gente nomaj en perpetuo estado de sobriedad. Con respecto a esta problemática, la presidenta Seraphina Picquery alegó que "ser mago en Norteamérica ya es de por sí bastante duro".

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