El director fracés de películas como Copabana (2010) o Pauline Detective (2012), Marc Fitoussi, estrena el 18 de marzo en la gran pantalla su nueva película, Luces de París. Una tragicomedia para la que ha contado con la presencia de actores como Isabel Huppert (Amor) o Jean-Pierre Darroussin (Unos días para recordar), entre otros. En mitad de su promoción, el cineasta ha concedido una entrevista a Sensacine.
La película trata el tema de la infidelidad desde la perspectiva femenina, ¿por qué decidió enfocar la historia desde esta visión?
No sé si es realmente desde el punto de vista femenino. Creo que también hemos visto el punto de vista del marido y cada uno reacciona ante ello a su manera, porque descubrimos también que él ha tenido una infidelidad. Creo que más bien se trata de una película de una pareja que se ama, más que de una infidelidad. La pareja se redescubre de cierta manera a través de una serie de cosas, y esto es un elemento más.
De nuevo podemos ver a Isabel Huppert en el papel protagonista, tras su anterior colaboración con usted en la película Copacabana (2010). ¿Cómo ha sido el reencuentro con ella?
He escrito esta película pensando en ella. A Isabel se la conoce sobre todo por papeles de mujeres frías, cerebrales, duras, pero en Copacabana ya le di un papel de una mujer un poco fantasiosa. Quiero que la gente sepa también que ella puede ser una actriz cómica. Quería sorprender y pensé en cómo hacerlo, lo que me llevó al papel de una granjera rodeada de vacas. Además, no he tenido que darle ninguna clave porque es una mujer que se encuentra realmente a gusto en todos los registros. Es más bien yo el que tengo que encontrar la llave para trabajar con ella.
Brigitte y Xavier son dos personajes muy diferentes. Ella es una mujer muy soñadora, mientras que él es hombre preocupado todo el tiempo por su ganadería. ¿Por qué la contraposición del carácter de los personajes?
Creo que está claro que esta pareja se ama incluso en el desacuerdo. Desde el primer momento se ve que esta pareja se quiere a pesar de todo y con todos esos encuentros, desencuentros y contrastes que se muestran en la película.
En la película no solo nos encontramos ante la contraposición en el carácter de los personajes, sino también el de la juventud y la madurez o la vida en el campo y la vida en la ciudad. ¿Nos situamos ante una película llena de oposiciones?
La verdad es que la película también viaja mucho, hay muchos desplazamientos. Parece ser y se anuncia como que va a ser una película clásica, programada como una pareja en el campo, pero poco a poco va viajando mucho. Hay muchos encuentros: la juventud que llama a la puerta, el personaje danés… Luces de París una película un poco vagabunda, viaja por todas partes.
La película está ambientada en gran parte en el mundo rural, en el que se inspiró tras sus vacaciones en la Borgoña. ¿Por qué la necesidad de llevar la historia allí?
Bueno Normandía es la parte de Francia que se encuentra más cerca de Inglaterra, y había algo bastante inglés en la presentación de los personajes y las ambientaciones. Ella para empezar tiene ese aspecto de escocesa o irlandesa, y también su pelo, la ropa, su casa de piedra… Había como algo clásico en la ambientación y la presentación inicial y luego poco a poco nos vamos alejando de ese tono para hacer entrar colores de otras partes. Partimos de un clasicismo para ir acercándonos cada vez más a lugares contrarios, hasta terminar en Israel.
Una de las escenas más llamativas de la película es el parto de una vaca, ¿cómo se llevó a cabo esta secuencia?
Fue efectivamente la secuencia más complicada y la más emocionante a la vez, porque la película está escrita con nitidez de manera y muy estricta, sin margen de maniobra para la improvisación. De repente todo dependía de los elementos, de lo que pasaba de manera natural con esa vaca. Además, ahí no me sentía del todo director. De hecho había un veterinario a mi lado que indicaba todo, tanto a los actores como técnicamente para que cada persona estuviera lugar. Me convertí momentáneamente en espectador.
La búsqueda de una nueva ilusión en la vida es lo que hace que la protagonista huya a París durante unos días, ¿por qué cree que la búsqueda de un hombre que le haga caso es tan importante para ella?
Su huida empieza siguiendo al chico que sabe que es demasiado joven para ella. Él es el detonante para que entienda que puede vivir algo nuevo, sentirse otra vez vibrante, y permitirse algo en la vida. Me parecía mucho más interesante después que la historia no siguiera por ahí. Que la cosa fuera por otros derroteros. La película es un lienzo de la vida, donde tenemos momentos mejores peores, dramáticos o cómicos. Es como la vida misma.
La película está siendo anunciada por algunos medios como una Madame Bovary contemporánea ¿qué le parece a usted esta comparación?
Lo curioso es que Isabel ha hecho de Madame Bovary y que eso no se ha dicho antes. Es precisamente ahora cuando ha salido esta película que todo el mundo ha empezado a hablar de ello. Nosotros hemos entrado un poco al trapo, para seguir un poco la corriente de esa idea.
El nombre de la película en España es Luces de París, un hecho curioso ya que mucha parte de la acción transcurre en Normandía. ¿A qué debe?
Es algo que depende de Surtsey Filmes, la distribuidora en España. A mí me encanta la idea de que un título cambie según el país, parece que hay algo de exótico. Es importante que se pueda renovar, reinventar constantemente. Esa idea de las luces de París me gusta, una idea que lleva a la libertad, a las ganas de vivir. Pero también con la misma regla de tres podría haberse llamado Las vacas del campo.
El papel de la mujer tiene mucha importancia a lo largo de sus obras cinematográficas anteriores, con papeles en los que ellas muy fuertes. ¿Tiene un gusto especial por mostrar el carácter de las mujeres en las películas?
Creo que resulta mucho más interesante. Cuando escribo el recorrido que quiero que hagan mis personajes, pienso en si va a ser más interesante para un hombre o una mujer. Para mí la idea de que un hombre deje a su mujer y busqué una chica más joven lleva a lo típico, pero en una mujer no sé porque resulta más admisible esa idea de fantasía, de escapar. No sé por qué le hace menos condenable y me parecía mucho más interesante explorarlo.
En los últimos años el cine francés comienza a estar en auge de nuevo en el mundo entero con películas como The Artist o Mustang. ¿Qué opina usted que le falta al cine francés para situarse al mismo nivel competitivo que el americano?
No creo para nada que el cine francés tenga que buscar esa idea de situarse al mismo nivel que el cine americano. La película no tiene nada de americana de hecho, en el sentido de que la idea de una mujer que se va del campo para verse con un joven en la ciudad y a los 40 minutos va por otros derroteros. Eso en las películas americanas no sucede. Y luego nosotros tenemos presupuestos mucho más limitados. Creo que nuestro mérito es llegar a hacer películas que se presentan como fuertes e interesantes pero con mucho menos medios.
