Los fallos de seguridad del Porsche en el que iba de copiloto el actor Paul Walker no fueron los responsables de su muerte. Éste ha sido el veredicto del juez encargado del caso, que ha desestimado así la demanda impuesta por Kristine Rodas, esposa del conductor del vehículo siniestrado, que también falleció en el accidente.
Según recoge Business Insider, no hay pruebas de que los frenos del coche fallaran justo antes de su colisión con un árbol, tal y como ha confirmado el juez Philip S. Gutierrez. Esta resolución, por el momento, no afecta a las otras dos demandas contra Porsche interpuestas tanto por la hija de Paul Walker, Meadow, como por su padre, y que alegan que el actor aún seguía vivo poco después del impacto -fue el posterior incendio del coche lo que causó su muerte.
Walker se encontraba inmerso en el rodaje de Fast & Furious 7 cuando sufrió el accidente, el 30 de noviembre de 2013. Su muerte afectó enormemente a sus compañeros de reparto, que llevaron a cabo una emotiva despedida dentro de la película dirigida por James Wan y protagonizada por Vin Diesel.
Por otra parte, una investigación llevada a cabo por la policía de Los Ángeles concluyó en su momento que el accidente se debió a la gran velocidad a la que el coche circulaba, y no a problemas mecánicos.