El 29 de abril se estrena en España El caso Fritz Bauer, un drama político dirigido por Lars Kraume (Todo por el éxito) y protagonizado por Burghart Klaussner, Ronald Zehrfeld, Lilith Stangenberg, Jörg Schüttauf y Sebastian Blomberg, quienes dan vida a los personajes de una historia real basada en la vida del valiente fiscal general Fritz Bauer, que quedó en la memoria por su afán de hacer justicia y detener a aquellos que participaron en el crimen nazi.
SensaCine ha tenido la oportunidad de entrevistar a su director, un cineasta apasionado por su trabajo que comenzó a hacer películas desde la adolescencia, tras graduarse en la Escuela de Cine y Televisión de Berlín.
De la figura de Fritz Bauer, ¿qué es lo que más llamó su atención para querer hacer una película?
Es un total ‘outsider’ de su época. Además homosexual, socialista y judío. Volvió a Alemania para tratar que hubiera justicia por la barbarie que cometieron los Nazis. Querer cumplir ese objetivo le llevó a convertirse en una persona aislada, en un ‘outsider’ del momento. Justo esto le convierte también en una especie de héroe arcaico, tanto en la época de la película como en la actualidad. Creo que también es digno de admirar por el público moderno. Me pareció muy interesante su actitud rebelde, a pesar de su avanzada edad, así como su extraño lenguaje corporal y el hecho de que todo en él resultaba excéntrico. Perseguía la democracia y la justicia. El conjunto de estos rasgos me llevaron a pensar que sería una gran historia para llevarla al cine.
Una historia que aún despierta polémica, una figura llena de claro-oscuros y con opiniones encontradas al respecto, ¿tuvo dudas a la hora de acercarse al personaje por la diversidad de juicios que hay sobre él?
Lo primero que me planteé fue encontrar un argumento y un guion claro. Detrás hay un trabajo duro porque todo en su vida resultaba interesante, desde que huye de Alemania, su época de exilio, hasta su muerte, pero para hacer la película tuvimos que centrarnos en un único aspecto, y esta decisión nos llevó su tiempo. A pesar de la diversidad de opiniones, no resultó difícil que se financiara la película en Alemania. Hay una gran tradición en el país por tratar la memoria y el pasado, por lo que la subvención del Estado se consigue sin problemas. Mucha gente veía la historia como vengativa pero otra gran parte no. En general, tuvimos mucho apoyo para llevarla a cabo.
La tarea de documentarse, ¿fue un proceso demasiado complejo? Al ser un relato histórico y no de ficción, ¿qué problemas le causó tener que guardar fidelidad a los datos?
Todo está en los libros y los historiadores trabajaron a fondo sobre ellos pero en la labor de documentación tuvimos algún problema. Por ejemplo, la información decía que el criminal Adolf Eichmann estaba en Argentina pero sólo se sabía una fuente: la carta, la otra era y sigue siendo secreta. Ni siquiera los historiadores conocen este dato y el propio Bauer nunca lo desveló. Además, si escribes un guion basado en hechos reales estás obligado a dos cosas distintas: a ser fiel al hecho histórico y a generar impacto dramático. Encontrar ese equilibrio fue lo que más tiempo me llevó. Pues no quería que la gente saliera del cine diciendo "esto es falso" pero tampoco creyendo que es aburrido. Todo lo que hay en la película está basado en la realidad, excepto el personaje de Karl Angermann, que tiene matices, pues sí hubo un fiscal joven al que se le chantajeó por su homosexualidad, pero fue años más tarde.
El tema de la homosexualidad ha sido tratado en la película con gran delicadeza, ¿era algo que os preocupaba?
Sí, de hecho hay secuencias donde decidimos ir un poco más lejos entre la amistad de Fritz Bauer y Karl Angermann pero nunca hemos querido traspasar la línea ni rodar secuencias explícitas. No queríamos mostrar algo erótico, pues de eso no iba la historia.
Sin duda, Burghart Klaussner hace una interpretación sublime, ¿cómo ha sido trabajar con él?
He de confesar que yo he sido demasiado exquisito a la hora de elegir al actor protagonista. Me preocupaba mucho quién iba a interpretar el papel, sin embargo, fue más fácil de lo esperado. Tras conseguir el guion que queríamos, mi agente de casting me habló de su preferencia por Burghart y yo, cuando le vi en su primera audición, quedé sorprendido, lo hacía con tal perfección que hasta me irritó y le mandé que lo repitiera de nuevo, pero volvió a bordarlo. Ahí supe que era la persona idónea para dar vida a Firtz Bauer y respiré tranquilo, pues, aunque tengas un buen guion y la financiación, sin un buen actor no se puede hacer una buena película.
Las películas que ha realizado abordan temas muy diversos, por lo que es difícil encasillarle en un género concreto, ¿a qué se debe?
Me adentro en diferentes géneros porque me gustan las grandes posibilidades que te ofrecen las películas. Veo todo tipo de estilos y mis héroes en el cine son precisamente los que han realizado películas muy distintas y ven cada historia como una aventura. Un ejemplo serían las películas de John Houston, siempre grandes.