Seamus Finnigan no es uno de los personajes más importantes de la saga Harry Potter, pero permitió que Devon Murray, el actor que le interpreta, alcanzase un alto nivel de vida. La semana pasada, según informa DailyMail, Murray fue condenado a pagar 210.000 libras a su antiguo agente Neil Brooks, quien le consiguió el papel por el cual ha ganado casi un millón de libras. Tras la cuarta entrega, el intérprete rompió el contrato con Brooks de mala manera, por lo que éste ha tomado medidas legales.
Sin embargo, lo más sorprendente del juicio ha sido la revelación de que el joven se gastó su fortuna en coches, bebida y chicas, principalmente. Según ha declarado la propia madre del actor: "Era un adolescente. Salía a beber. Salía con chicas. Compró coches. Sólo tengo un hijo, no iba a dejar que acabase así".
Poco después, el joven ha publicado un tuit irónico que bromea sobre las palabras de su madre: "¡Beber! ¡Coches! ¡Chicas! #PadreDevon". Además, a la salida de los juzgados, Murray ha explicado que no fue lo único que acabó con su fortuna: "Hubo muchas cosas horribles en las que me gasté el dinero. Compré muchos caballos... Compré una propiedad y el mercado cayó. No solo fueron mujeres, coches y bebida".
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