Son ya seis (siete si contamos su ensayo general de 2010) las ediciones que lleva el Festival de Cinema d'Autor de Barcelona -celebrado entre los días 21 de abril y 1 de mayo- alegrando la primavera de la Ciudad Condal, un escenario en el que se ha hecho fuerte estirando los brazos para alcanzar las películas que los distribuidores no se animan a tocar, recolectando los títulos que han destacado en otros certámenes, fijándose en obras que parecen haber pasado inadvertidas para casi todos los demás y haciendo foco en las novedades estatales menos evidentes.
Para confeccionar esta previa, hemos elegido cinco títulos que, por ahora, no tienen distribución en nuestro país, y que sirven para representar otros tantos itinerarios cubiertos por el festival: maestros a los que no hay que perder la pista, guiños póstumos, retrospectivas dedicadas a nombres injustamente opacos, promesas que ya son realidad, y formatos que truncan las expectativas del largometraje narrativo.
Sangue del mio sangue (Marco Bellocchio)
Hay un momento en Sangue del mio sangue en que resulta casi inevitable desconectar unos segundos de la película y preguntarse qué pretende contarnos exactamente Marco Bellocchio, y qué le ha llevado a disponer de manera colindante el caso de una mujer que en el siglo XVII es acusada de brujería y martirizada por seducir y llevar al suicidio a un monje, y los paseos y meditaciones noctámbulas del Conde Basta, un vampiro contemporáneo.
De entrada, ambas historias no comparten otra cosa que su escenario, Bobbio, localidad natal del director. Quizá, al concentrar todo su cosmos en ese pequeño pueblo, Bellocchio tiende un puente natural entre una Italia retrograda y fanática que, con los siglos, ha degenerado en un patio de locos, farsantes y advenedizos. Lo que resulta impepinable es que el cineasta no pretende telegrafiarnos el “mensaje” o el “tema” de la película desde el primer minuto, prefiriendo que este se vaya tejiendo poco a poco, en el reposo de las ideas que sigue al desconcierto inicial, y ofreciéndonos una única certeza: toda corrupción y podredumbre sucumbe ante la fuerza y la belleza del deseo desnudo.
Cosmos (Andrzej Zulawski)
A la espera de que alguien se decida (o se atreva) a dedicarle una retrospectiva completa -muy necesaria para que el conocimiento de su filmografía cale más allá de las míticas Lo importante es amar y La posesión-, bienvenido sea el guiño que el D'A dedica a Andrzej Zulawski, fallecido el pasado mes de febrero, con la proyección de su último film, Cosmos.
Ahora sabemos que se trataba de una despedida, pero hace unos meses, cuando se presentó en Locarno (donde obtuvo el premio a la mejor dirección), la película se nos aparecía como un esperado retorno, pues el cineasta polaco no se ponía tras la cámara desde hacía tres lustros, cuando estrenó La fidelidad. Repitiendo alianza con el productor portugués Paulo Branco, Cosmos lleva al cine la novela de mismo título de Witold Gombrowicz, cuyo lenguaje exuberante y su superávit de procesos mentales obsesivo-delirantes la hacían parecer poco menos que infilmable. Pero Zulawski no solo demuestra que la adaptación fiel es posible, sino que logra un encaje perfecto entre el misterio absurdo de Gombrowicz, detonado por un pájaro muerto que cuelga de un alambre, y su tendencia natural a una exasperación manierista que hace de todas las secuencias catarsis, decantado en esta ocasión hacia una comicidad que no se priva de la autoparodia (para muestra, la chanza a propósito de la expresión “lo importante es amar”, título impuesto por el productor y que él siempre consideró ridículo). Le echaremos de menos, sí.
Few of Us (Sharunas Bartas)
Teniendo en cuenta que la cinematografía lituana es un terreno absolutamente ignoto, decir que Sharunas Bartas es el director más reconocido del país parece casi un chiste. En cualquier caso, Bartas, que empezó a hacer cine hace tres décadas, se ha granjeado un prestigio notable en el circuito de festivales; aunque hasta ahora no había conseguido estrenar en salas comerciales españolas. Peace to Us in Our Dreams, su obra más reciente, romperá la maldición, y el D'A ofrece la oportunidad de adentrarse en su producción previa con una retrospectiva casi integral.
Few of Us resulta paradigmática del credo de Bartas en un cine eminentemente silencioso (aquí literalmente, pues la película no tiene diálogo alguno), de paisajes inhóspitos y poco confortables, solo suavizados por los profundos ojos de la muy llorada Yekaterina Golubeva; una presencia que baja del cielo para deambular por las montañas que separan Rusia de Mongolia, donde las emociones humanas (sean de afecto o venganza) quedan reducidas a una mínima expresión. Resulta difícil saber si, para Sharunas Bartas, mantener la fe en un cine inflexible y espartano es una cuestión de necesidad o de gusto, pero no hay duda de que sus películas ofrecen una experiencia tangible, muy parecida a masticar piedras.
John From (João Nicolau)
En 2015, el cine portugués pareció estar monopolizado por la muerte de Manoel de Oliveira y por el estreno de las mastodónticas mil y una noches de Miguel Gomes. Pero entre ambos acontecimientos, aún hubo espacio para que surgiera el brote de una película magnífica, John From, que confirma el estado de gracia de João Nicolau después de sus cortometrajes y del largo A espada e a rosa.
John From empieza con Rita, su joven protagonista, derramando agua en su balcón, creando un simulacro de playa en la que remojar los pies sin salir del bloque de apartamentos en el que vive. A partir de ahí, en el film se irán sucediendo una serie de disfraces y simulacros domésticos con los que la adolescente tratará de acercarse a sus fantasías, personificadas en su nuevo vecino, un fotógrafo mayor que ella del que se enamorará sin remedio. Poco a poco, la película irá abriendo su mano a las fabulaciones, hasta entrar en un terreno mítico en el que los deseos de los personajes no se verán obligados a responder ante la moral y los tabús de una sociedad aburrida.
The Exquisite Corpus (Peter Tscherkassky)
Este año, el D'A ha establecido una colaboración con el Xcèntric, la programación semanal de cine experimental y de vanguardia del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. La sinergia entre ambos proyectos se traduce en dos sesiones: una estará protagonizada por The Thoughts That Once We Had, donde Thom Andersen traslada a la pantalla las reflexiones sobre el cine del filósofo francés Gilles Deleuze, empleando ingentes cantidades de material de archivo. La otra es el programa “Exquisitos, Recientes y Esenciales”, que reúne cuatro piezas muy celebradas en los círculos de cine experimental. Entre ellas destaca The Exquisite Corpus, el trabajo más reciente del vienés Peter Tscherkassky, donde aplica la técnica surrealista del “cadáver exquisito”; esto es, un cuerpo artístico formado por el ensamblaje de piezas de distinta procedencia. El resultado es una ensoñación lúbrica en 35mm., que se articula a partir de fragmentos de cine erótico y pornográfico, dejando atrás las excusas argumentales de los films de procedencia para poner de relieve la desnudez de los cuerpos.