“Nunca he estado en Cannes para presentar una película, y es algo tan loco y salvaje, una celebración tan increíble del cine, que solo estar aquí con mis amigos es un sueño hecho realidad”. En su primera aparición en el Festival de Cannes, Julia Roberts congregó la atención de los focos en la rueda de prensa de Money Monster, un thriller alrededor de las estafas financieras dirigido por Jodie Foster en el que la “novia de América” comparte protagonismo con George Clooney, también presente en el festival. Tanto Clooney como Foster son actores y directores, por lo que parecía inevitable que la protagonista de Pretty Woman respondiera a la pregunta de rigor. “Me halaga que me pregunten con frecuencia si alguna vez pienso dirigir, pero mi respuesta es muy clara: nunca lo haré. Conozco mis límites intelectuales, y también las limitaciones de mi paciencia, y no puede haber más de cuatro personas haciéndome tantas preguntas en el espacio de una hora. Admiro a mis colegas que son capaces de dirigir tan buenas películas, pero envidio más la idea de tocar el chello o de pintar un cuadro. En esta vida al menos no me planteo dirigir películas”.
Jodie Foster aseguró que “buscar el reparto es la decisión más importante que tomas en una película”, y reconoció que no siempre ha estado a la altura de las circunstancias como directora. “En la primera película que hice traté de controlar mucho a los actores, y aprendí del error. He descubierto que lo que tengo que hacer es casi ser una madre para ellos, darles lo que necesitan, escucharles y dejarles libres para encontrar a sus personajes”. Clooney lo confirmó: “Sabe sin duda cómo hablar con los actores. Es una profesional en el mejor sentido de la palabra, tiene muy claro lo que quiere hacer y la experiencia ha sido extraordinaria”. Impresiones que Roberts no pudo sino reforzar con sus gestos y palabras: “George [Clooney] me mostró este guion y cuanto más convencida estaba de que tenía que hacerlo más me entusiasmaba la idea de que lo iba a dirigir Jodie [Foster]. Hay pocas cosas más reconfortantes que saber que es una gran actriz quien te va a dirigir. Me he sentido muy segura en todo el proceso”.
Según el padre de Buenas noches, buena suerte, en la que, como hace ahora Foster con Money Monster, retrataba el poder político de la televisión, “ahora mismo es casi imposible distinguir información y entretenimiento en la televisión, y los efectos son devastadores. Creo que la película refleja muy bien esa peligrosa combinación, en la que un charlatán cualquiera puede convencer a mucha gente de que coloquen sus ahorros en un bono fraudulento, así que pueden pasar cosas como las que se describen en la película”. Fue más allá: “Donald Trump es el resultado de esa forma de concebir las noticias como si fuera un espectáculo. Ahora se debería poner la atención en los refugiados, pero los canales de televisión te emiten un escenario vacío esperando a que suba Trump a decir barbaridades. En todo caso, Donald Trump no va a ser presidente. El pueblo americano no va a permitir que sea el miedo el que dirija nuestro destino como nación. No tenemos miedo de nada”.
Foster rememoró la primera vez que estuvo en Cannes, con apenas doce años, en la presentación de Taxi Driver, que se alzó con la Palma de Oro. “Por entonces los fotógrafos no estaban detrás de barricadas, ni siquiera estaba el Palais, era todo más silvestre… Ahí comenzó mi carrera como actriz, transformó por completo mi vida, así que es un honor increíble poder estar aquí cuarenta años después presentando una película como directora, junto a Pedro Almodóvar o Jim Jarmusch, y tantos cineastas a los que admiro”. Pero no solo responde a motivos sentimentales la presentación de Money Monster en la sección oficial del certamen galo, como quiso aclarar la actriz y directora. “Sé que es una película producida por un estudio, de género y dirigida a un público mainstream, pero también es un film inteligente, con muchas capas de lectura, y ya no se hacen muchas películas así en Hollywood. Así que Cannes era su destino natural”.