Es la primera vez que Russell Crowe se lanza de cabeza a una comedia. En Dos buenos tipos, presentada en Cannes fuera de concurso y a partir del 10 de junio en las salas españolas, interpreta a un eficaz sicario de Los Angeles en los años 70 que se alía con el detective privado interpretado por Ryan Gosling para buscar a una actriz porno misteriosamente desaparecida. "Lo cierto es que era una apuesta fuerte para mí, porque yo nunca he hecho comedia –ha explicado el australiano en rueda de prensa. He tratado de mantenerme fiel al niño que llevo dentro. No me prepararé nada en especial, no investigué nada, aparte de escuchar música disco. Tenía la intuición de que Ryan y yo íbamos a congeniar muy bien. Y así fue. Ha sido uno de esos mágicos rodajes que surgen de vez en cuando". Gosling también lo tenía claro: "Es un actor tan increíble que puede hacer lo que le dé la gana. No tenía ninguna duda de que la química iba a surgir entre nosotros, porque el guion es fantástico, muy divertido, cualquier actor disfrutaría con esos personajes, y la película tenía todos los elementos para que funcionara".
El director Shane Black, guionista de la saga Arma letal, debutó tras las cámaras con la excéntrica Kiss Kiss, Bang Bang (2005) para luego firmar Iron Man 3 (2013). Es un especialista, por tanto, en los 'buddy-movies' y la 'action comedy'. "La mejor definición de lo que es la química la ha dado Russell: todo consiste en escucharse el uno al otro". Bromeando constantemente entre ellos y lanzando bromas a los periodistas congregados -Crowe ha hecho enrojecer a una periodista colombiana-, las dos estrellas de Hollywood han protagonizado una rueda de prensa a la altura del humor que estila el filme. "En verdad, durante el rodaje Russell estaba en Nueva Zelanda y yo en Los Ángeles…", ha dicho Ryan Gosling, y Crowe ha completado la frase, "y con un plasma han superpuesto las imágenes y así parece que estamos juntos en la película. Pero nos hemos conocido ahora”.
"Los Ángeles en los 70 era Gomorra"
Black ha hablado de la influencia que ejerció en su infancia la película de Ron Howard Turno de noche: "Me llevó casi a las lágrimas, me hizo descubrir algo muy importante, por el tono cómico que introducía. Siempre que hago una historia de detectives me fijo en la tradición del cine americano al respecto, porque es tan rica que no puede olvidarse”. Y ha añadido: "Me gustan los 'buddy movies' porque tratan generalmente de dos personajes que no creen mucho en sí mismos y encuentran a otro que sí cree en él, así que se genera una camaradería emocional que cuando funciona es insuperable en la pantalla". El cineasta también ha explicado qué aportaba a la historia el contexto histórico: "Aparte de la música de la Mowton, en los 70 Los Ángeles era una tierra para los soñadores de toda América, y al mismo tiempo una ciudad muy corrupta y decadente. La historia en verdad es atemporal porque la corrupción siempre ha formado parte del ADN de la ciudad y sus negocios. Pero es que los 70 era Gomorra".
A la enésima pregunta sobre cómo abordaron sus personajes, Russell Crowe ha decidido zanjar el asunto con ironía. "Nunca he recibido lecciones de interpretación, ni he estado en escuelas dramáticas, ni siquiera he leído textos académicos, no tengo ni puta idea de lo que es el método Stanislavsky y además me importan un comino… [Gosling estalla en una carcajada sincera]. Mi método es el método Russell Crowe. [Más carcajadas]". Black le interrumpe: "¡Te acabas de cargar un siglo de tradición dramática, tío!". Y concluye el protagonista de Gladiator: "En serio, no es tan complicado, cualquiera puede hacerlo. Aprende bien el diálogo y no te tropieces con el mobiliario". En Dos buenos tipos desde luego le funciona.