Es la película a concurso que ha conquistado a la crítica. Jim Jarmusch regresa a Cannes, su festival favorito, con Paterson, la historia de un poeta que trabaja como chófer de autobús en la pequeña ciudad de Nueva Jersey. Protagonizada por Adam Driver y la actriz de origen iraní Golshifteh Farahani, ambos también estaban presentes en la rueda de prensa para hablar de la cálida y original historia de amor que representan en la pantalla. “De hecho lo más importante para mí es esa historia –dijo Jarmusch–. Son dos personas que se aceptan exactamente como son, así que no hay conflicto en la película. Es una historia muy tierna entre ellos, y también es el relato de un poeta que es un proletario. Quería trabajar con las imágenes que entran en su percepción, que propulsan sus poemas, porque es un tipo muy observador. En realidad, es una historia muy silenciosa”.
Driver, que se dio a conocer con la serie Girls para conquistar el estrellato interpretando al villano Kylo Ren en la última entrega de Star Wars, recordó que de adolescente condujo “una hora y media para ir al único cine en el Midwest americano que ponía Coffee and Cigarettes cuando se estrenó”, mostrando así su admiración por el autor de Dead Man (1992). En la misma línea, la actriz contó que descubrió a Jarmusch con doce años en la televisión iraní, y que desde entonces el americano siempre ha sido su director favorito. “Me fui de Irán porque ya no me querían ahí, no porque yo quisiera irme –contó la actriz–. Nunca quise actuar, yo empecé en la música, pero la vida me ha traído hasta aquí. Trabajar con Jarmusch ha sido como una señal del universo. Soy feliz de trabajar en el mismo tiempo que él, porque para mí es una leyenda”.
“Creo que el guion era tan claro y sólido, y los personajes estaban tan marcados, que no quería forzar al personaje a ser algo que no era –explicó Driver–. Había tantas líneas del guion que empezaban diciendo ‘Paterson escucha…’ que eso ya me dio la clave para el personaje, la necesidad de que fuera como una mosca en la pared, un ser muy observador, muy callado. Es algo que no se ve mucho en las películas”. La bella actriz Farahani añadió: “Encarnamos a dos personas que pueden vivir en el presente, y ambos personajes son capaces de disfrutar de las cosas. Paterson es más introvertido, pero ambos tienen su propio espacio y se respetan mutuamente, se dan mucha libertad. Ellos ven la poesía en lo ordinario. Su vida es ordinaria pero la viven con amor y con poesía, sin tensión dramática”.
“Queríamos hacer una película que fuera un antídoto al drama, la acción, la excitación”, aclaró el director. “Es una película muy observacional sobre las pequeñas variaciones en nuestra existencia. Me gustan mucho en el arte, en la música, en el cine, en la literatura. Paterson intenta ser una celebración de los pequeños detalles de la vida”. El filme es a su vez una oda al poder de la poesía y a la ciudad de Paterson: “Llevo obsesionado veinte años con esta pequeña ciudad de la que apenas se habla, muy olvidada, con una diversidad étnica increíble y una historia fascinante, relacionada con la industria. Y luego está William Carlos Williams, y Allen Ginsberg… y los anarquistas”. El director, que se confesó ser un fan de Wes Anderson, “especialmente de sus últimas películas”, le de un pequeño papel a Kara Hayward para interpretar a una joven poetisa, “que introduce el tema de los anarquistas, muy importante en la historia de Paterson”.
Driver evitó en todo momento hablar de otras películas que no fuera Paterson, especialmente de su papel en Star Wars. “No pienso en mis papeles en términos comparativos. Puede que con Kylo Ren ofrezca una interpretación más extrovertida y aquí más introvertida, pero no me planteo esas cosas. Solo importa el guion y con quién trabajas”. Jarmusch se apropió del pasado militar de Driver para introducirlo en el guion: “Me encantaba la idea que entendiera los dos lados del personaje, que es un artista y que tiene experiencia en el ejército, y eso es muy impresionante para mí porque rompe muchos clichés. En el guion original no había referencias a ese pasado militar, pero luego lo añadimos. Puede que Adam sea el actor más intuitivo con el que he trabajado”.
La rueda de prensa prácticamente se convirtió en un monólogo del autor de Ghost Dog, que aprovechó en los instantes previos, en una entrevista con el presentador de la televisión del festival, para vindicar una vez más el arte del gran cine: “No soy un analista cultural. No creo que el cine sea algo anticuado, todavía amo entrar en una sala oscura con extraños para experimentar un mundo en una gran pantalla. Quizá soy un dinosaurio, no lo sé, pero creo que es muy importante preservar esa forma de ver cine. No sé, las cosas cambian, las herramientas para hacerlas también, pero no creo que la experiencia de ver una película en gran pantalla puede cambiar”.