Segunda de sus participaciones en la Sección Oficial de Cannes de este año, después de la inauguración de Woody Allen con Café Society, Kristen Stewart absorbió el protagonismo mediático de la jornada de hoy en el festival galo con la rueda de prensa de Personal Shopper, de Olivier Assayas. “He tratado de conectar la realidad en la que vivimos con nuestra propia imaginación –explicó el cineasta–. Vivimos en ambos lados del espejo, en una soledad inhabitable, y creo que el personaje que interpreta Kristen en la película busca el pasaje entre ambos mundos”.
La actriz norteamericana ocupa cada uno de los planos de una película de fantasmas en la que da vida a Maureen, una joven en duelo por la muerte de su hermano mellizo que quiere entrar en contacto con su espíritu. “Soy muy agnóstica al respecto, genuinamente no creo en fantasmas, pero al mismo tiempo soy muy sensible a las energías invisibles que nos atan al mundo, y creo que mi vida está conducida por algo que no puedo definir, sobre la que no tengo responsabilidad alguna. Creo que mostrar esa ambigüedad, esa zona gris, nos hace menos solitarios, aunque las preguntas no se pueden responder con un sí o o un no. ¿Qué si creo en fantasmas? No lo sé. Creo en algo”.
Aparte de una médium, Stewart es la asistente personal de una modelo en la película. Assayas sostuvo que “estaba interesado en poner en contacto la historia con la industria de la moda, que no puede ser más materialista en el retrato que ofrezco, y de la que Maureen quiere huir para encontrar la salvación en lo invisible”. La actriz dijo: “Cuando era pequeña no tenía miedo de monstruos, sino de los fantasmas que pudieran estar a mi alrededor, así que la naturaleza del terror que siente el personaje es muy real para mí”. En este sentido, desgranando aquello que Stewart ha aportado a la película a partir de sus experiencias personales, el director francés aseguró: “Muchas veces tenía la impresión de que ella estaba reescribiendo las escenas conmigo, y de que yo la estaba siguiendo, en lugar de ella siguiéndome a mí".
Es la segunda vez que el director y la actriz trabajan juntos –en Viaje a Sils Maria Stewart compartía protagonismo con Juliette Binoche– y han desarrollado una profunda confianza y admiración mutuas. “Creo que es una cuestión de confianza que juega en los dos sentidos. Lo importante es que los actores confíen en ti tanto como tu confías en ellos –explicó Assayas–. Cuando diriges tienes que adaptarte a lo que los actores esperan de ti. Tengo una forma de funcionar con los actores que no es esencialmente verbal, y con Kristen ha sido lo mismo”. Stewart recogió el testigo: “Aunque nunca contesta a mis preguntas sobre el personaje, hay una comunicación innegable entre nosotros, un fuego que aviva en mí que es más fuerte que nada que haya sentido. Trato de conducir mi carrera mediante el sentimiento, y la idea de que Olivier puede ser el catalizador de un proceso intelectual tan complejo es algo muy bueno, sientes que estás creando algo muy relevante y satisfactorio”.
Solo a partir de esa confianza, explicó Stewart, es posible afrontar un escena de nudismo y de masturbación en la película, que no considera en ningún caso gratuita para el desarrollo del relato. “Mi personaje está tan estancado en un estado cerebral, tan inhabilitado por el sobreanálisis de lo que está viviendo, que ni siquiera puede pensar en mantener contacto físico con otra persona, así que muestra la versión más animal de sí misma. Es una película sobre una enorme crisis de identidad, y debía ofrecer la versión más desnuda de mí misma. La mejor sensación para un actor no pasa por empaquetar una noción, sino por experimentarla, y en este caso la única forma de hacerlo era desnudándome”.
Los fantasmas de Personal Shopper tienen una naturaleza tecnológica. Maureen empieza a recibir mensajes de un desconocido en su móvil que activan un diálogo cargado de tensión, pues entendemos que ha entrado en contacto con un espíritu a través de la tecnología. “Imagino que si recibiera estos textos sería muy aterrador –reconoció la actriz–. En el contexto de la película mi personaje está muy solo y no puede hablar con nadie, y el hecho de que pueda sentirse cerca de estar viva a través de un teléfono dice mucho de cómo interactuamos con la tecnología, que realmente es aterrador”. Assayas explicó las motivaciones de esa escena: “Quería hacer una especie de película experimental en la que el diálogo tiene lugar a través de whatsapp. Quería construir una historia con una amplia sección en torno a las relaciones con las formas de comunicación tecnológicas, que acaban controlándonos, y lo considero aterrador”.
El autor de Demonlover y Boarding Gate también se refirió a los abucheos que recibió la película al final de su proyección para la prensa. “Es interesante porque pasa de vez en cuando, cuando la gente no entiende el final –dijo con confianza–. Para mí es muy claro que Maureen encuentra una suerte de reconciliación con ella misma, el final de su propio camino para sobrevivir a la pérdida. Pero cuando vienes a Cannes con una película tienes que estar preparado para todo”. Y continuó: “No estaba haciendo una película de género con sus códigos establecidos, sino una película sobre cómo comunicarse con los espíritus. Para ello he viajado al siglo XIX, cuando se descubrió la fotografía, los rayos X, cosas que eran impensables, fue un periodo muy corto en el que lo invisible se hacía visible, y me gustaba la idea de trasladar esa posibilidad de fotografiar fantasmas a la película”.
La actriz se mostró realmente entusiasmada con el resultado final del film. “Es difícil entrar a hablar de la película sin entrar en su visión de conjunto. Es desconcertante, me he pasado gran parte de la película en un estado de perplejidad, y en los momentos de iluminación piensas que cómo no he visto la película de ese modo antes”. Y concluyó: “Honestamente, la experiencia de actuar para mí pasa por razones intrínsecas que sé explicar. Pero al final del día estás segura de que debes hacer lo que estás haciendo, y la fuerza que eso produce te anima a saltar cualquier abismo. Como los abismos de esta película”.
Crónica del día 7 en Cannes 2016: Recital de Kristen Stewart en la polémica ‘Personal Shopper’