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    Cannes 2016: Nicolas Winding Refn incendia Cannes con 'The Neon Demon'

    La prensa abuchea el aquelarre fílmico de Winding Refn. Iggy Pop se pasea por la Croisette de la mano de Jim Jarmusch. Y además comentamos lo último (muy malo) de Brillante Mendoza.

    Koch Media

    Ha sido tremendo. En serio. Tremendo. No recuerdo en todos los años que llevo viniendo a Cannes algo tan impactante y salido de madre -y eso que aquí vimos, no sé, Visage (2009), Anticristo (2009) o Rubber (2010)- como la última película de Nicolas Winding Refn (y eso también incluye a todas las películas de su filmografía). The Neon Demon es una película nacida para matar, un hachazo a la mente de cualquiera que le eche huevos a enfrentarse a ella, un acto de libertad fílmica absoluto donde Refn está absolutamente desatado y que la prensa le ha premiado con el abucheo más grande del festival (también hubo insultos por parte de la prensa española, hay que ser gañanes). Pero vayamos por partes, ¿qué cuenta The Neon Demon? Fácil explicarlo porque el argumento es mínimo: una chica de 16 años (fascinante Elle Fanning) acude a Los Angeles para convertirse en modelo. Su juventud y su físico hacen que sea la envidia de las modelos veteranas –“si tienes más de 21 años ya estás muerta”- y el objeto del deseo de los diseñadores y fotógrafos más afamados. Lo que conllevará tanto una transfiguración moral de la protagonista como la rabia absoluta de sus compañeras de profesión. Bajo esa mínima premisa Refn aprovecha para dar rienda suelta a todo un aquelarre audiovisual -magnífico el score de Cliff Martinez, como siempre- con continuas fugas abstractivas y todo tipo de shocks orgánicos de lo más bizarro. Es probable que tras ella exista un mensaje crítico a los adoradores de la banalidad de la belleza física, pero para mí el mensaje es lo de menos (no tengo tan claro que ni siquiera haya un “mensaje” como tal), lo que importa son las burradas que se muestran en pantalla, todas, eso sí, narradas de forma exquisita. Por eso es sencillo ver la película como un cruce entre Showgirls(1995) -la rivalidad femenina en un contexto de alta seducción- y Suspiria (1977) -el crimen sangriento estilizado hasta su última extenuación-, o mejor aún, una mezcla en el más absoluto delirio de Zoolander (2001) -me era imposible no troncharme en varios momentos de la cinta, aunque sólo sean los que protagoniza Keanu Reeves- y Mulholland Drive (2001) (o Cisne negro (2010)) -la fábula vivida por una joven que acaba convirtiéndose en una pesadilla macabra-. The Neon Demon no conoce ni se plantea ningún tipo de límites, se maneja entre la burrada absoluta y la fascinación más desgarradora. El delirio esteta va mucho más allá de lo mostrado en Only God Forgives (2013), en esta ocasión mezclado con el sexo más insano posible y una presencia de la violencia realmente insoportable. Como digo: la gente abucheaba, insultaba (“¡pajillero!”), se mofaba de Nicolas Winding Refn. Y no es justo. Porque entiendo que la película no puede gustar, es normal, es de una radicalidad que te obliga a posicionarte muy a favor o muy en contra. Pero The Neon Demon no es carnaza explícita como Martyrs (2008) o una imbecilidad como A Serbian Film (2010), sino la obra más bestia de un cineasta que no deja de reinventarse.

    The jokers

    A medio camino entre un neorrealismo sucio (y a la filipina) y una película de los Dardenne hecha sin mesura ni control se encuentra lo nuevo Brillante Mendoza, Ma’Rosa, que también compite por la Palma de Oro (siendo la que menos opciones tiene de llevársela). Mendoza, que lleva años zigzagueando con una obra que no parece llegar a ninguna parte, tiene su mayor (¿su único?) hit en Serbis (2008), aunque fue con Kinatay (2009) cuando se alzó como Mejor Director en este mismo festival. El cine de Mendoza es como un virus gastrointestinal: un seguido de imágenes desagradables donde se muestran situaciones de lo más infecto. Si este hombre fuera comercial acabaría con el turismo en Filipinas en unos pocos meses. En Ma’Rosa reincide en la mugre: una pareja que regenta una tienda de caramelos (llena de basura) es detenida por todo el crack que tiene el padre de familia para meterse en vena. Los policías son aún más corruptos que los traficantes de droga y deciden torturarles y extorsionarles para que, o bien delaten a su camello, o bien les paguen una cantidad de dinero insólita para su liberación. Claustrofobia y dolor, vómitos y palizas, niños explotados y calles que parecen que una favela sea Beverly Hills. El mundo es un lugar horrible, pero Filipinas lo es más. No hay futuro (menos aún para los hijos de los protagonistas: ellos son los que deberán pasarlas canutas tratando de encontrar el dinero de la fianza), ni esperanza, ni nada de nada. Y sobre todo hay muy poco cine. Muy, muy, muy poco.

    FILM DISTRIBUTION

    Cerramos con la segunda película vista de Jim Jarmusch este Cannes (una muerte por sobredosis de lo más feliz). Hablamos de Gimme Danger un 'rockumentary' en toda regla sobre The Stooges, la icónica banda punk liderada por Iggy Pop que hizo sus estragos a finales de los sesenta y principales de los 70. Jarmusch, que ya tiene un documental musical maravilloso dedicado a Neil Young & The Crazy Horse, Year Of The Horse (1997), aborda la figura de Iggy Pop -aunque se hable de la banda, el autor de “The Idiot” es el claro protagonista principal- con respeto absoluto, casi brindándole una hagiografía demasiado amable para una figura que rompió los moldes del punk, más que por lo musical (que molaba mogollón, eh), por lo bestia parda que era: sólo hace falta leerse 'Por favor: mátame. La historia oral del punk' para saber que Iggy estaba como una absoluta regadera. Dada la amistad de Jarmusch con el músico -le brindó, junto a Tom Waits, uno de los episodios más deliciosos de Coffee & Cigarettes (2003)- éste le concede una entrevista íntima, cercana en los roces, pero con falta de punch y de historias que se salgan de lo ya icónicamente conocido. Por decirlo suavemente: más que de Jarmusch parece un documental de Julien Temple. Muy correcto en la forma, con recursos de época interesantes y animaciones simpáticas. Pero nada más. Teniendo en cuenta que es el cineasta que nos ha ofrecido la mejor película de este Cannes: Paterson, todos en pie; este sólo puede pasar por un trabajo menor en una filmografía donde no hay trabajos menores.

    Día 1: Woody Allen (y Kristen Stewart) inauguran el festival con Café Society

    Día 2: Jodie Foster presenta Money Monster, nuevo retrato de la corrupción y la crisis económica

    Día 3: Frío y calor, entre la seriedad de Ken Loach y la locura de Bruno Dumont

    Día 4: Spielberg desborda fantasía en la maravillosa Mi amigo el gigante

    Día 5: Ryan Gosling y Russell Crowe lo parten con ‘Dos buenos tipos’

    Día 6: Triunfo absoluto de la poesía de Jim Jarmusch (y Adam Driver) en ‘Paterson’

    Día 7: Recital de Kristen Stewart en la polémica ‘Personal Shopper’

    Día 8: Lo pasamos pirata con los demonios, fantasmas y zombis de ‘The Strangers’

    Día 9: Léa Seydoux y Marion Cotillard se pasan a la telenovela venezolana por obra y gracia de Xavier Dolan

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