Cuando eres un director acostumbrado a trabajar en la industria del cine independiente, es lógico que te cueste lidiar con las estrellas de Hollywood. Es lo que le ocurrió a John Carney, autor de Begin Again, el musical protagonizado por Keira Knightley y Mark Ruffalo. Según unas recientes declaraciones con The Independent, Carney no disfrutó al dirigir a la actriz porque siempre iba rodeada de un "séquito", lo que hacía complicado poder "hacer un trabajo real".
"Creo que el problema real era que Keira no era una cantante ni una guitarrista y es muy difícil hacer que la música parezca real si no es con un músico. [...] Lo que tiene Keira es que esconde quien es y no creo que puedas ser actor y hacer eso. [...] No es que odie Hollywood, pero me gusta trabajar con actores curiosos y adecuados, en lugar de estrellas de cine".
A pesar de ello, el director aclaró que no quería hablar mal de Keira, "pero, ya sabes, es difícil ser un actor y requiere cierto nivel de honestidad y autocrítica para el que creo que ella no está preparada". Por su parte, según recoge Entertainment Weekly, David Cronenberg -quien trabajó con Knightley en Un método peligroso- declaró que había conseguido hacer un gran trabajo incluso en las escenas más extremas: "Necesitó muy pocas tomas. Todos estábamos impresionados. Estaba increíblemente bien preparada. Ella hace estas cosas increíbles, lo que me permite decir que es una de las mejores actrices con las que he trabajado".
