Las amigas de Àgata se estrena en los cines este viernes 10 de junio. La película, que empezó como un proyecto de final de carrera de cuatro estudiantes de Comunicación Audiovisual, ha conseguido dar el salto a las salas españolas tras ser premiada en varios festivales, entre ellos, el Festival Internacional de Cine de Albacete (Abycine) y el Festival de Cine de Autor de Barcelona. SensaCine ha tenido la oportunidad de hablar con sus protagonistas: Elena Martín, Victòria Serra, Marta Cañas y Carla Linares.
¿Sois conscientes de que vais a salir en el cine a partir de este viernes?
(Ríen)
Elena Martín: No, aún no. Para nada.
Carla Linares: Idem. De repente: "Ah, sí. ¿Vamos al cine? Vale, perfecto". Pero interiorizado, no.
Victòria Serra: Para nada. Es un sueño hecho realidad. Una noticia que creo que vamos a asumir cuando haya pasado todo el proceso de su estreno en cines.
Marta Cañas: No lo tenemos para nada asumido. Vamos haciendo sobre la marcha, pero en plan que vamos a estrenarla en cines, no.
El éxito que ha tenido la película, ¿os ha trastocado el futuro de alguna forma?
M.C: Seguir trabajando igual o más. Currar y currar. Que salgan trabajos, pues algo hemos notado. Pero ojalá que sea para mejor.
V.S: Tenemos que seguir como siempre; currando, ir aprendiendo más cosas y estar ahí. Que haya pasado esto no quiere decir que tengas el futuro visto de otra manera.
C.L: A mí me ha servido para aprender muchas cosas y, de cara al futuro, sí que me da un voto de confianza, una seguridad. Es muy positivo. El haber trabajado en un proyecto tan cuidado y con tanta alma es un placer.
E.M: Es un lujo que, siendo el primer largo que hacíamos -habíamos hecho cortos, teatro independiente-, tengamos visibilidad. Es un regalo. Es muy difícil llegar a estar en el cine.
¿Os conocíais de antes? Se os ve muy compenetradas en la película.
E.M: Nos conocíamos Marta y yo. Nos presentamos juntas al 'casting' y estábamos estudiando juntas interpretación. A Carla y Victoria no las conocíamos y entre ellas tampoco. Nos conocimos todas en el último 'casting', cuando ya nos juntaron. No sé si las directoras hicieron muy bien la selección para que nos entendiéramos o si nosotras pusimos mucha voluntad, pero realmente fue todo bastante rápido.
Avalon Distribución Audiovisual
¿Qué es lo que más os llamó la atención de la película?
E.M: Yo es que he estudiado Comunicación Audiovisual como ellas -las directoras- en un curso menos y las conocía de vista y de oír hablar de ellas. Tenían fama de hacer cosas con buen gusto y me apetecía saber cómo trabajaban y cómo funcionaba un trabajo final desde dentro. Ellas estaban bastante misteriosas, no explicaron muy bien de qué iba (Risas).
¿No explicaron nada?
E.M: No. Pero daban confianza. Era como: "No sabemos qué estamos haciendo, pero vamos a hacerlo".
C.L: Me enviaron un e-mail con información del proyecto, muy misterioso como dice Elena, porque ellas usaban un pseudónimo. No daban mucha información. "Un viaje de cuatro amigas" y ya está. Me presenté porque me picó la curiosidad y vivía muy cerca de donde se hacía el 'casting'. Ellas daban mucha confianza, se volcaban mucho. En el momento del 'casting' estaban todo el rato preguntando información, nos hablaban mucho, y eso me convenció. Me gustó mucho cómo pintaba.
V.S: Lo vi anunciado y ponía que podías presentarte con cuatro actrices o cuatro amigas tuyas de toda la vida, por lo que se lo dije a mis amigas, pero al final me fui yo sola. Y ellas transmitían buen rollo.
M.C: Elena me dijo: "Vamos a hacer este 'casting', que nos lo pasaremos bien". Además, decía que las directoras eran muy buenas y que hacían cosas muy guays. Nos presentamos y fuimos como pasando pruebas pero no teníamos ni idea de qué estábamos haciendo, ni qué personajes, ni de qué iba. Nada.
¿Qué escena os costó más de rodar?
E.M: Al principio, me costaron unas cuantas escenas porque Àgata es muy contenida y yo tenía muchas ganas de hablar con ellas, de improvisar como sus personajes, que eran más verbales, pero me habían dicho que tranquilita. Como escena concreta, la que estamos Mar y yo en la terraza, porque es en la que recuerdo que tuvimos más marcas. La mayoría de escenas eran como muy naturales, todo era muy fluido, y estábamos mal acostumbradas.
C.L: Hemos vivido muy parecido el proceso. Mi personaje era muy comedido, no sobresalía nunca su tono. Me acuerdo mucho de una escena en la que estábamos en las escaleras y de querer hacer una broma o decir esto… pero me tenía que contener. Pero tampoco ha habido una escena que la recuerde especialmente porque fuera complicada. La que ha mencionado Elena, tal vez.
V.S: No me viene ninguna en mente porque todo era bastante natural y sabíamos muy bien de dónde veníamos y lo que teníamos que hacer. Mi personaje era muy impulsivo y a veces tenía que acordarme.
M.C: La primera escena que grabamos. Estaba súper nerviosa. Rmpezar con el personaje después de los ensayos y tenerlo que plasmar. Luego ya, con el rodaje y de ir haciendo, te ibas cogiendo.
Avalon Distribución Audiovisual
Las directoras tenían que presentar un proyecto. ¿Cuál fue vuestro incentivo?
E.M: Para mí, trabajar con cámara y en un rodaje. Tenía muchas ganas. Los rodajes me gustan mucho y me apetecía un proceso largo e intenso que no fueran los típicos cortos de universidades.
C.L: El poder crear un personaje con la libertad que ellas te ofrecían en un proyecto largo, que tenga un recorrido y se pueda sostener en el tiempo. En cortometrajes es una cosa muy puntual y normalmente tienes pocas escenas, pero aquí quería profundizar, investigar y aprender de este proceso más duradero.
V.S: El hecho de trabajar con cámara y, sobre todo, para aprender.
M.C: Para poder descubrir nuevas facetas y, sobre todo, para ver qué sientes dentro de otra persona.También, fuera de la escuela, es como aprendes mejor.
¿Puede verse el éxito de la película como una reivindicación de la gente joven y de su talento tan desaprovechado en la actualidad?
M.C: Sí. Realmente es un impulso. Creo que cada vez se están haciendo más proyectos de este tipo, de los de: "Yo quiero hacer este proyecto, lo tiro adelante y lucho por él". Sobre todo porque creo que están hablando de ellas mismas -las directoras-, y eso es muy importante: hablar de lo que tú sientes.
C.L: Bueno. Es que la gente joven también tiene talento. También el hecho de no tener una gran experiencia a tus espaldas puede ser un punto a favor a la originalidad. Creo que si tienes la idea y la ilusión de contar algo, de la forma que sea, llega. Cualquier persona que crea que tiene a mano los recursos para ello, que se mueva, porque es lo bonito de esto.
¿Qué tipos de proyectos os gustaría hacer? ¿Alguna actriz referente?
E.M: Me gustan mucho los personajes de mujer que se equivoca, personajes complejos y con matices que tengan la valentía de cometer errores. Me encantaría hacer esto, continuamente (Ríe). Como actrices, me gusta mucho Greta Gerwig, de Frances Ha. Tiene un estilo muy particular, es muy auténtica y tiene muchísima presencia. La admiro bastante. Que en algún momento de mi vida me pudieran comparar con ella, me halagaría muchísimo.
C.L: A mí me encantaría interpretar aquellos papeles que estén más alejados de mí o de mi vida. Tener la oportunidad de explorar nuevas cosas de mí, que en parte es lo bonito de este oficio. Personajes de mujeres fuertes como los de Gena Rowlands en Una mujer bajo la influencia o en Opening night. También papeles que hablen de minorías o de colectivos que pueden verse representados en público.
V.S: Ahora mismo, me apetece romper con el estereotipo que se me tira de chica muy dulce, por lo que me encantaría hacer papeles de mala, muy mala. También soy medio alemana y me gustaría hacer cine alemán. Y actriz, me identifico mucho con Julia Roberts por el hecho de que ella un día contó que también le decían mucho lo de que era una chica muy dulce.
M.C: Los papeles, mejor cuanto más alejados de mi personalidad, porque son oportunidades para aprender, crecer y conocerte más. Pero cualquier cosa que te ofrezcan es una oportunidad para crecer y aprender, tomárselo con muchas ganas siempre. Mi actriz favorita es Meryl Streep. Me flipa mucho.
Avalon Distribución Audiovisual
Película favorita y por qué.
E.M: Tengo muchas. Ahora mismo te puedo decir una película que en el momento en que la vi me marcó mucho, El extraño caso de Angélica de Manuel de Oliveira, que la dirigió con 102 años. La película tiene una pureza y una manera de contar las cosas, y de cómo construir las imágenes, bellísima. No se puede tener más experiencia que él y la película desprende esto. Me pareció increíble.
C.L: Me viene la primera de la trilogía de Roy Anderson, Du levande, un filme sueco que me gustó porque entendí muy bien lo que quería decir y empaticé con él, con su crítica hacia la displicencia de la sociedad.
V.S: No me atrevo a decir una así de repente.
M.C: Yo tampoco.
Hay Premio Novel a Mejor Actriz en los Goya. ¿Quién sería la nominada de las cuatro?
(Todas señalan a Elena, que encarna a la protagonista, Àgata).
E.M: La tendencia siempre supongo que, en general, es esta. Pero la película es súper coral. La interpretación de las cuatro se retroalimenta muchísimo, todo el rato es un fluir de situaciones y fue clave la confianza que creamos entre las cuatro para que saliera. Pero a mí esto que has dicho me parece como sí los marcianos se presentan aquí ahora mismo y nos abducen (Ríe).
Nunca se sabe. En todo caso, si pasara, iríais las cuatro juntas...
E.M: Si pasara, nos montamos un fiestón que no se cuenta, vamos.
Y si ya se ganara, imagino que subiríais las cuatro a recoger el premio.
E.M: Hombre, claro. Y subiría también toda nuestra familia, los abuelos… (Ríen).
C.L: Un Goya con cuatro cabezas.
