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12: "¿Te parezco un sádico? Vaya, apuesto a que ahora mismo podría freír un huevo sobre tu cabeza, si quisiera. Verás, peque, quiero creer que eres consciente, incluso ahora, de que no hay nada sádico en mis acciones. Bueno, puede que en lo de esos otros cerdos, pero no contigo. No, peque, en este momento lo que soy es de lo más... masoquista" (Kill Bill Vol. 1, 2003)
Para dar comienzo a la sangrienta historia de La Novia (Uma Thurman), Quentin Tarantino decidió empezar por todo lo alto e idear una escena en blanco y negro tan trágica como violenta. Tras matar a todos los invitados de su boda, un despechado Bill se acercaba al cuerpo destrozado de quien fuera su amante, y se recreaba en un particular discurso tratando de justificar sus actos. La Novia sólo acertaba a decir "Es tu bebé...", poco antes de que Bill le pegara un tiro en la cabeza.
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11: "¡Esperen un minuto, esperen un minuto! ¡No han escuchado nada todavía!" (El cantor de jazz, 1927)
Jakie Rabinowitz (Al Jolson) se dirigía al público con estas palabras poco después de culminar su número Dirty Hands, Dirty Face. Puesto que antes había cantado dicha canción, la frase no es exactamente la primera que oímos, pero tiene una gran importancia al suponer el primer diálogo sincronizado de la historia, que marcaría el inicio de la decadencia del cine mudo.
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10: "Querido señor Vernon: Admitimos el hecho de tener que quedarnos castigados todo un sábado por habernos portado mal, pero pensamos que está usted loco al intentar forzarnos a escribir un ensayo explicándole quiénes creemos ser, porque usted simplemente nos ve como quiere vernos. En pocas palabras, la definición más conveniente sería que hemos sacado en limpio lo que hay en cada uno de nosotros: un cerebro, un atleta, una irresponsable, una princesa y un criminal" (El club de los cinco, 1985)
Este drama adolescente de John Hughes, convertido en película de culto con el paso de los años, limitaba su escenario al instituto en el que varios jóvenes habían sido castigados a pasar un sábado recluidos, aprovechando para hacer un espléndido estudio psicológico de cada uno de ellos. La frase rescatada es pronunciada en off por el personaje de Carl (John Kapelos), y pertenece a la redacción que al final del día debían entregarle a su profesor diciendo lo que habían aprendido durante el castigo.